El cierre del interesante season pass de The Evil Within nos pone en la piel de uno de los más emblemáticos enemigos de toda la serie, el Keeper, en un episodio que nos revelará las motivaciones de este implacable enemigo a través de varios de los niveles por los que hemos deambulado tanto con el protagonista Sebastian Castellanos como con la misteriosa Julie Kidman, en The Assignment y The Consequence.

The Executioner es otro experimento libre de la fórmula, en donde el diseñador de turno -Shigenori Nishikawa- se la juega por un modo en primera persona, con combate casi exclusivamente melee, recuperando algo de los elementos RPG del juego original, y descartando por completo el controversial superwide para volver al tradicional 16:9.

La trama nos cuenta que el Keeper es un hombre desconocido que es introducido en la misteriosa máquina STEM -la base de todo este viaje terrorífico- para rescatar a su hija, que está atrapada en este mundo y se enfrenta a los mismos enemigos y peligros que vivimos con Castellanos. La estructura de juego nos obliga a seguir los pasos de esta jóven, enfrentándonos a seis de los jefes del juego (más un jefe extra, luego de terminar el juego), en una especie de combates de arena que requerirán lo mejor de nuestra habilidad y estrategias.

A medida que avanzamos, y con un tanto de traición hacia el concepto original, iremos teniendo la posibilidad de utilizar las armas de los enemigos que vamos derrotando, estilo Mega-Man. Estos nuevos agregados nos permitirán manejar motosierras, cuchillas, lanza cohetes y trampas, para poder atacar de distintas maneras a estos particulares y terroríficos bosses. Estos devastadores enemigos estarán acompañados por sus minions: enemigos de baja calaña que ya nos encargamos de enfrentar con Sebastian, entre los que se encuentran los más comunes -Haunted-, unos explosivos, y otros más resistentes. Gracias a la aparición de estos lacayos más fáciles de derrotar, podremos “farmear” monedas para comprar mejoras e items de curación y fabricación de trampas.

La estructura hace que The Executioner parezca una especie de dungeon crawler en primera persona, pero falla en profundidad y apertura de niveles. La experiencia es absolutamente lineal, con algunos desvíos en donde podremos meternos en algunas especies de arenas que están pensadas simplemente para farmear sin escrúpulos, y así poder subir de nivel las características de nuestro Keeper al máximo. Sus intenciones de juego simple y casual también se dejan ver en el recuento de monedas luego de cada asesinato, unas espectaculares ejecuciones con cámara de tercera persona, y una larga lista de objetivos que van desde revolear a un enemigo encima de otro, hasta tener que ejecutarlos utilizando cuchillas y pinches del entorno.

En esta ocasión, el estudio también nos deja hacer un poco de trampa con una habilidad estilo “detective mode” (de los juegos de Batman), que nos ahorrará la cacería de píxeles y polígonos para encontrar las cartas esparcidas por nuestra hija, con información importante sobre el trasfondo de la historia, y elementos que nos abrirán paso a nuevos sectores.

Nada en este último DLC deja sospechar de que se trata de un proyecto medianamente serio, sino que es un viaje de relax -por más extraño que suene- en donde simplemente reviviremos los entornos de la mansión y aniquilaremos todo lo que se cruce en nuestro camino… por tan solo una hora y media.

La cámara en primera persona, irónicamente, lo deja mejor parado que las incursiones de Julie Kidman, devolviendo la gloria de la iluminación y los entornos que bien sabe representar este controversial motor gráfico, aunque nunca lo pone al nivel de producción de la rama principal de la serie. Definitivamente, la devolución del widescreen -en reemplazo del superwide- hacen que la experiencia se sienta mucho más confortable, y nos permite jugar sin mayores problemas.

El único detalle visual a criticar es que parece que en algún intento de lograr que el gore sea mucho más gráfico que en el juego original, le han levantado demasiado la saturación a la sangre, resultando en un rojo brillante, totalmente anticlimático, que rompe con todo lo logrado por las ausencias de luz de los entornos, y las imágenes perturbantes de los enemigos y cadáveres esparcidos por las distintas habitaciones.

En general, y habiendo experimentado el resto de los productos de esta franquicia, The Executioner es un justo desenlace, deliberadamente lineal y arcade, y a pesar de durar tan solo 90 minutos -que se pueden extender gracias a un no-tan-justificable “New Game +”- con los aproximados 50 pesos que cuesta -fácilmente alcanzables vendiendo cartas de Steam-, no podremos ni ir a pasarla bien a un local de comidas rápidas.

Pero lo importante queda en resolver si el Season Pass, luego de haber probado todas sus partes, vale la pena tenerlo en cuenta, y la realidad es que no tanto. Como fanático del trabajo de Mikami, puede ser que nos obligue el coleccionismo y estemos interesados en completar la obra, pero lo poco que ofrecen no le hacen justicia a lo logrado en el juego original, y es preferible esperar una oferta antes que derrochar el valor de la mitad de un juego completo en tres válidos experimentos que, a la larga, no aportan nada. Lo mejor tiene que estar por venir.

The Evil Within: The Executioner DLC - Review
Historia55%
Gameplay70%
Graficos80%
Musica y Sonidos70%
Lo bueno:
  • Interesante nueva perspectiva
  • La brutalidad y espectacularidad de las ejecuciones
  • Reencontrarse con algunos de los excelentes bosses
Lo malo:
  • Extremadamente corta duración
  • Muy lineal y poco desafiante
  • No aporta nada a la serie
64%Nota Final
Puntuación de los lectores: (3 Voto)
46%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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