La verdad que febrero de este año ha sido uno de los meses más cargaditos en cuanto a lanzamiento de videojuegos, con bombazos como Helldivers II, Persona 3 Reload y el tan esperado Final Fantasy VII: Rebirth. Pero entre medio de tanto nombre importante y establecido en la industria, se nos escabulle un juego que, de igual manera, vino pisando fuerte hasta el día de su publicación, como lo es el singular Pacific Drive.

Desarrollado por Ironwood Studios y publicado por Kepler Interactive (Sifu, Tchia), Pacific Drive no iba a pasar desapercibido de ninguna manera. Ya sea por su gameplay que parece un licuado de géneros tales como survival, roguelite, aventura y un poquito de terror, o también por la idea de volcar todo lo dicho anteriormente a un auto que va por una carretera de Estados Unidos y tratar de hacerlo funcionar como el protagonista de esta rarísima historia. ¿Pero al final del día podemos decir que funciona esta inusual combinación?

Ya el comienzo es sumamente atrapante. Nos encontramos arriba de un auto viajando por una ruta que se va poniendo cada vez más extraña, con una misteriosa tormenta que se avecina, caminos en mal estado y, de repente, escombros que empiezan a levitar y desaparecer en frente de nuestras narices. En medio de todos estos extraños sucesos, somos succionados por un misterioso portal rojo.

Nuestra protagonista de forma deliberada se había adentrado en la “Zona de Exclusión”, nombre adquirido gracias a un enorme desastre radioactivo que había tenido lugar en ese sitio muchos años atrás, y al que ya nadie visita por cuestiones de seguridad. Al despertarnos empezamos a caminar por la ruta que, a esta altura, está plagada de fenómenos surrealistas y antinaturales, y nos encontramos con un vehículo en pésimas condiciones que terminaría siendo nuestro fiel acompañante durante el resto de la aventura. Con la ayuda de unas misteriosas voces del otro lado de la radio, llegaremos a un taller que se convertirá en nuestra base de operaciones de acá en adelante, hasta poder salir de la denominada Zona.

Con muchísimas más preguntas que respuestas y la percepción de la realidad alterada, vamos a ponernos manos a la obra para arreglar nuestra carcacha recientemente adquirida, cumplir distintos objetivos planteados por los investigadores del otro lado de la radio y descubrir qué es lo que pasó en este bendito lugar. Eso sí, no sin antes pasar por una gran (repito, GRAN) cantidad de salidas para recolectar chatarra que, lamentablemente, se van tornando sumamente repetitivas en el corto plazo.

El comienzo de Pacific Drive es atrapante, intenso, pero también extremadamente agobiante. Las primeras dos o tres horas vamos a estar intentando procesar las toneladas de información que nos tiran una vez llegados al taller, con varios tutoriales que van desde el crafteo de herramientas y de partes, mantenimiento del vehículo, habilidades, rutas, y un gran etc. que pueden llegar a ser bastante sofocantes. Deteniendome en el crafteo, es increíble la cantidad de opciones que nos da el juego, digno de un survival, ya sea de cambiar cada parte del auto y agregarle sus respectivas mejoras, así como creación de ítems para nuestro inventario que van desde una sierra para recolectar chatarra, un martillo hidráulico para romper puertas, medicina, herramientas mecánicas y eléctricas, y muchas pero muchas más. El problema es cuando nos quieren enseñar todas estas cosas en un lapso de quince o veinte minutos y esperar que nosotros retengamos todos esos conocimientos, y no de una forma un poco más escalonada y espaciada.

Luego de intentar procesar toda esa información, nos envían a nuestro primer recorrido por la Zona, donde empezamos a recolectar chatarra mientras, nuevamente, nos bombardean de información acerca de la historia del lugar y una compleja descripción de los sucesos, con extensos párrafos de subtítulos que se hacen simplemente imposibles de seguir mientras manejamos y esquivamos las denominadas Anomalías. Si alguna vez jugaste Grand Theft Auto e intentaste seguir las conversaciones de los personajes mientras manejas hasta el destino de la misión… bueno, esto se siente así pero multiplicado por diez.

Pese a eso, los primeros recorridos me parecieron fascinantes, y me encontré estacionando sistemáticamente en varios lugares del mapa para deleitarme con las vistas de un mundo post-apocalíptico arrasado por lo antinatural y sorprendiéndome con las aleatorias Anomalías que vagan sin rumbo por el lugar. Luces extrañas que se persiguen en círculos, sucios maniquíes que explotan, pedazos de chatarra flotantes que parecen ovnis y muchas más que prefiero no mencionar para que ustedes mismos tengan el placer de experimentar por su cuenta.

El problema se hace presente un corto tiempo después cuando estos viajes se empiezan a hacer extremadamente repetitivos, tanto para cumplir misiones como para la recolección de recursos. Acá es donde queda en evidencia la parte floja del gameloop de Pacific Drive, donde los terrenos recorridos ya empiezan a hacerse familiares y no hay nada más que nos sorprenda. Parte de esto se debe a la ausencia parcial de fast-travel, y digo “parcial” porque existen una especie de autovías que son más directas para llegar a nuestro objetivo, pero que de igual manera nos harán gastar recursos y estar atentos a ataques de anomalías durante el viaje. Lo que nos lleva a recorrer las mismas partes del mapa (aunque creadas de forma aleatoria) una y otra vez para llegar a los destinos de las misiones. Por ejemplo, si tengo que ir a la quinta intersección, entonces voy a tener que pasar si o si por las anteriores cuatro, y eso hace que el desgaste sea total en el early game.

Por otro lado, no nos olvidemos que esto es un roguelite, por lo que si morimos vamos a perder gran parte de nuestro inventario y de nuestro progreso. Por suerte, Pacific Drive cuenta con una gran cantidad de opciones de accesibilidad que nos permiten tener una experiencia a medida, ya sea alivianando o anulando completamente las penalidades por muerte, la reparación automática del auto en el taller (muy importante para etapas tardías del juego), reabastecimiento casi total de los recursos, y un sin fin de modificadores que harán nuestro viaje más ameno si así lo decidimos. A decir verdad, pareciera que el juego está puesto en modo difícil por default, y que queda en nosotros bajarle un poco la dificultad para que no sea tan agobiante, sobre todo aquellos que no suelen experimentar este tipo de géneros.

Sin lugar a duda, dos de los mejores apartados en Pacific Drive son los efectos visuales y de sonido, los cuales se complementan casi a la perfección creando un mundo sumido en el caos donde realmente nos sentimos en peligro. Las extremas ráfagas de viento, la violenta caída de la lluvia y, en el medio, las anomalías acechando por todos lados se combinan en una de las mejores recreaciones de una tormenta que haya visto en algún videojuego jamás.

Lamentablemente no puedo decir lo mismo de la optimización. Buscar y encontrar la configuración exacta para lograr la estabilidad de FPS fue una lucha importante (probado en una RTX 2070, Ryzen 7 3800X), perdiendo la batalla en lugares como el taller donde los bajones son constantes más allá de que el apartado gráfico no sea tan demandante. Un problema común tiende a ser el sombreado, logrando una diferencia entre más/menos 20 a 30 FPS si se baja o sube la calidad de dichas opciones.

En cuanto a la Steam Deck, más allá de la medalla de “jugable” que aparece en la tienda, bajando todas las configuraciones a Low nos da un total de 20/30 fps con algún que otro bajón. Si, podríamos decir que es técnicamente jugable, pero no recomiendo para nada jugarlo en la portátil de Valve, al menos no de momento. De igual manera, Ironwood Studios sigue trabajando en varios parches así que esto puede llegar a cambiar en un futuro.

Para ir cerrando, creo que las intenciones detrás de Pacific Drive son muy buenas, intentando ir por fuera de la norma y combinando géneros que no están tan explorados entre sí. La historia en conjunto con el entorno excelentemente diseñado hacen que sea atrapante al primer momento que ponemos el pie en el acelerador, pero quizás esto es lo único que mantiene a flote nuestras ansias de avanzar dentro de este mundo plagado de anomalías, desastres radioactivos y muchísimo misterio.

Lamentablemente no es muy bien acompañado por sus monótonas mecánicas de búsqueda de recursos y el recorrido de las mismas rutas una y otra vez, con un comienzo plagado de información que termina sofocando al jugador y misiones que se convierten rápidamente en una experiencia repetitiva gracias a la poca variedad de las mismas. Por suerte, las opciones de accesibilidad hacen de ésta una aventura un poco más amena, bajándole considerablemente la dificultad para aquellos que simplemente quieren disfrutar de una buena historia, algo que Pacific Drive posee sin lugar a dudas.

De igual manera, siento que es un videojuego que tenés que estar bien predispuesto para jugar. Me refiero a que no es de esos que ves en tu librería e instalas para probar porque te pareció copado. Pacific Drive precisa de compromiso y muchísima paciencia para terminar de entenderlo a fondo, y quizás no sea la experiencia indicada para el jugador que quiera jugar algo más casual o al paso.

Este review de Pacific Drive fue realizado con un código de prensa proporcionado por Kepler Interactive/Ironwood Studios.

Pacific Drive - Review
Historia80%
Gameplay60%
Gráficos80%
Música y Sonidos90%
Optimización60%
Precio80%
Lo bueno:
  • Historia atrapante desde el momento que pisamos el acelerador.
  • Increíble apartado visual y sonoro que capturan perfectamente la experiencia y el contexto post-apocalíptico.
  • Vastas opciones de accesibilidad para aquellos que deseen bajar el nivel de dificultad.
Lo malo:
  • El gameplay se torna muy repetitivo rápidamente.
  • La dificultad base se siente desproporcionada, sobre todo en la segunda mitad del juego.
  • Varios problemas de optimización.
70%Nota Final
Puntuación de los lectores: (4 Voto)
77%

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