En lo que pareciera ser un año plagado de juegos de supervivencia como Enshrouded o Palworld, pudimos probar Nightingale, una propuesta que se adentra en el mundo de los reinos de fantasía medieval mezclada con un estilo simil victoriano, y muchos, pero muchos portales. Todavía en estado de Early Access en Steam, los jugadores son transportados a un entorno donde la exploración, la recolección de recursos y la progresión entre reinos son elementos centrales del juego.

Sin embargo, a pesar de su prometedora premisa, Nightingale descuida varios aspectos tanto técnicos como de game design que, aún estando en acceso anticipado, plantea preguntas sobre su viabilidad en un mercado saturado de juegos similares, algunos siendo grandes éxitos y con un legado de jugadores que se mantienen increíblemente activos hoy en día.

El principal problema del juego de Inflexion Games radica en su ejecución, ofreciendo un entorno visualmente atractivo, personajes y enemigos interesantes desparramados en sus distintos biomas, pero con una mecánica de juego carece de originalidad y se siente repetitiva muy rápidamente. Y esta es que la progresión se basa en la búsqueda constante de una puntuación de equipo, lo que lleva a los jugadores a realizar actividades monótonas para obtener recursos, mejorar su equipo y así avanzar en objetivos más complicados. Esta rutina, que es fiel a otros juegos del género, pronto se vuelve sumamente tediosa.

Lo mismo pasa con el sistema de desbloqueo y progresión. Mientras que otros juegos de supervivencia integran la progresión en la exploración y descubrimiento del mundo, Nightingale depende demasiado de la interacción con vendedores para obtener nuevas recetas y mejoras. Siento que es algo que lastima demasiado la esencia de exploración y descubrimiento que el mismo juego intenta demostrar en sus primeras horas.

Con respecto a la construcción, esta toma ideas similares a Conan Exiles, pero lo convierte en una experiencia mucho más sencilla para el jugador, dejando de lado la idea de estructuras super rebuscadas para tener un ambiente óptimo para nuestra aventura. Y lo digo yo, admitiendo que la construcción en este tipo de juegos no es lo mio y que siempre intento hacer lo mínimo e indispensable, si no es que le dejo la tarea a algún otro compañero.

Además, Nightingale sufre de una falta de variedad de objetivos disponibles. Aunque el juego presenta diferentes biomas como mencioné anteriormente, las tareas que los jugadores deben realizar en cada uno de ellos tienden a ser, nuevamente, repetitivas y poco estimulantes, lo que resulta en eventuales sesiones de juego cortas. La mayoría de las actividades implican la recolección de recursos o la resolución de puzzles demasiado simples, lo que contribuye a la sensación de monotonía que prevalece en el juego.

Esto me lleva a hablar de otro aspecto problemático de Nightingale, que es la ausencia de un motivo distintivo que mantenga a los jugadores comprometidos a largo plazo, una situación similar a la que atravesó Sea of Thieves apenas se había lanzado. A pesar de sus intentos de ofrecer elementos únicos, como la capacidad de modificar el ecosistema a través de cartas de tarot especiales, el juego no logra capitalizar su principal atractivo de manera efectiva.

La narrativa de Nightingale es un punto fuerte que no logra compensar sus deficiencias mecánicas. Aunque el juego presenta una premisa interesante, la ejecución de la historia deja mucho que desear. Los personajes carecen de desarrollo y diálogos interesantes, y las interacciones con ellos se sienten super forzadas. Esta falta de cohesión entre la narrativa y la jugabilidad contribuye a una experiencia general insatisfactoria.

Pero para no tirar todas pálidas, quiero destacar el apartado artístico, el cual se compone de un estilo mezcla de steampunk, medieval y estructuras victorianas que le quedan extremadamente bien a la temática y la historia. Una suerte de mezcla entre Dishonored, Bioshock Infinite, The Order 1886 y otros tantos que se nutren de este tipo de visuales, uno que, vale aclarar, es uno de mis settings preferidos en cualquier tipo de media.

Por último, la optimización es otro punto a mejorar más adelante. No hablo exclusivamente de framerate, sino de sombras parpadeantes, IA de enemigos increíblemente rota, clipeo constante de modelos y una traducción al español que a veces pareciera estar hecha con un traductor automático. Si bien obviamente se trata de un acceso anticipado, hay cuestiones que verdaderamente son clásicas de un alpha o beta cerrada.

En resumen, Nightingale todavía debe enfrentarse a varios desafíos antes de su eventual lanzamiento para poder destacarse en el género de los juegos de supervivencia. A pesar de su atractivo visual y su premisa intrigante, el juego carece de originalidad y variedad en su mecánica de juego.

La desconexión entre el descubrimiento y la progresión, la falta de un gancho distintivo y la narrativa poco convincente son solo algunos de los aspectos que limitan el atractivo artístico y la longevidad de Nightingale en un mercado sobresaturado y sumamente competitivo. Si el juego espera tener éxito, todavía le falta recorrer un largo camino hacia ello.

Este preview de Nightingale fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Inflexion Games.

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