Puede sonar bastante raro pero voy a empezar esta review hablando muy brevemente de anime, más específicamente de uno puntual. Uno de los primeros que tuve el agrado de ver fue Tengen Toppa Gurren Lagann, uno de los mejores anime de mechas que existe, y si alguna vez lo viste vas a entender para dónde estoy yendo hablando de esto: si, taladros. Gurren Lagann tiene muchos taladros, y es un elemento insignia de la serie, algo que en ese momento me fascinó, y se convirtió en uno de mis herramientas favoritas para usar en videojuegos.

Sí, tengo gustos medio específicos (cómo las secciones de pesca que también adoro) pero eso no va al caso, lo importante es que esta particular herramienta es lo que hizo que ponga mi foco en Pepper Grinder, aunque no es un anime y no tiene a robots perforando a otros robots. El desarrollador Ahr Ech mostró un primer vistazo de Pepper Grinder allá por el 2017, en un corto video de YouTube donde pudimos ver la versión alfa del primer nivel del juego. Casi siete años después y con algunos retrasos de por medio, Devolver Digital anunció en febrero de este año que su salida sería el 28 de marzo, y acá estamos, finalmente y después de tanta espera.

Pepper Grinder toma una clara inspiración del mítico Dig Dug y lo mezcla con el fluido movimiento de Ecco The Dolphin, en una rara combinación que termina clavándola en el ángulo gracias a su divertidísimo gameplay. Pero no nos adelantemos, vamos paso a pasito desarmando este platformer 2D para averiguar si realmente valió la pena esperar tantos años.

Arrancamos de cero nuestro save file para encontrarnos con la protagonista Pepper, tirada en la arena de una misteriosa playa totalmente a la deriva. Luego de ser atacada por los Narlings, unos horribles bichos verdes portadores de un solo cuerno que la despojan de su tesoro, nos armamos con nuestro taladro Grinder y decidimos empezar a atravesar, literalmente, tierra y agua para recuperar nuestro botín robado. Como pasa en la gran mayoría de los juegos de plataformas, la historia no es demasiado profunda ni busca serlo, por lo que nos remitimos a lo básico de darle un objetivo a nuestro personaje para que se empiece a mover de izquierda a derecha.

Pero donde sí brilla Pepper Grinder es en su gameplay. Si bien las veces (pocas) en las que tenemos que simplemente caminar, saltar y pelear con enemigos son bastante básicas y poco excitantes, cuando nos ponemos a atravesar el nivel con nuestra flamante perforadora se empieza a sentir el verdadero potencial del juego. Gracias al fluidismo movimiento y un control magistral del taladro, atravesar arena, nieve y tierra se hace una experiencia super gratificante, sobre todo cuando ya le vamos agarrando la mano después de dos o tres niveles.

Esto cambia una vez que nos sumergimos en el agua, donde todo se vuelve más lento y a veces el control no responde de la mejor manera en situaciones particulares, como por ejemplo cuando queremos saltar fuera del agua para subirnos a alguna plataforma y estamos muy pegados a ella, así como en algunas partes donde podemos avanzar rápidamente dando pequeños saltos por la superficie. Cabe aclarar que no es un desastre ni nada por el estilo, pero pudo haber sido implementado de otra forma para que la experiencia acuática sea igual de disfrutable que en la superficie.

Pero no es todo tocar R2, elegir para dónde queremos ir y eventualmente tocar X para un boost de velocidad. A medida que avanzamos nos vamos encontrando con ganchos para balancearse, cañones que nos harán salir disparados al mejor estilo Donkey Kong Country, superficies gelatinosas donde quedaremos pegados, entre otras tantas cosas que aportan su granito de arena al desafío del juego.

También hay distintos gadgets para engancharle a Grinder cuando no lo estamos usando para hacer agujeros, como una ametralladora de balas infinitas para deshacernos rápidamente de nuestros enemigos, misiles para romper bloques inmensos de hielo y hasta un enorme mecha para destrozar todo a nuestro paso. Lo malo es que no se hacen tan presentes en el juego, y la mayoría del tiempo vamos a tener que usar nuestro taladro para vencer a los Narlings, algo que, como mencioné anteriormente, no está muy bien implementado.

La realidad es que la mayoría de los enemigos no presentan un gran desafío, con la excepción de algunos más endgame que requieren un poco más de cautela, pero tampoco siendo bichos salidos de Dark Souls. Nuevamente, estamos hablando de un platformer 2D más tirando a lo clásico donde esto no suele presentar un reto, pero tampoco para irse al otro extremo y poder vencerlos simplemente caminando a través de ellos. Los jefes, en cambio, sí presentan una cuota digna de dificultad, pero tampoco nada del otro mundo. Digamos que hay que encararlos con cautela para no morir (como debería ser) y no a lo Rambo como al 70% de los enemigos en el juego.

La estructura del juego es simple: cuatro mundos de tres a cuatro niveles cada uno, un nivel secreto, una tienda y un jefe final. En cada nivel tenemos cinco coleccionables en forma de monedas doradas que no están muy escondidas que digamos y fácilmente vas a poder agarrar a la primera sí prestas atención al nivel. Estas monedas nos sirven para comprar distintas cosas en la tienda: páginas de stickers, los mismos stickers, atuendos opcionales para Pepper y, lo más importante, una llave dorada que desbloquea el nivel secreto de ese mismo mundo.

Si bien la duración del juego es corta (entre unas cuatro a seis horas) y relativamente fácil, hay un desafío extra que para mi le suma mucho: los tan usados Time Attacks. Creo que a esta altura ya todos sabemos de qué se trata pero nunca está de más explicarlo. Básicamente es completar los niveles por debajo de un tiempo determinado, en este caso dividido en bronce, plata y oro, de más fácil a más difícil en ese mismo orden. Además, hay stickers que sólo se pueden conseguir de esta forma, así que si pretendes completar el álbum, vas a tener que meterle a los Time Attack.

Pese a que todos tienen una dificultad decente donde tuve que ir puliendo poco a poco mis movimientos para lograr la medalla de oro, hay algunos donde simplemente no hay margen para ningún tipo de error y pueden ser bastante frustrantes. Por suerte solo pasa esto en tres o cuatro niveles donde la ejecución tiene que ser magistral, pero gracias al increíble control y movimiento en el gameplay, una vez que se logra llegar a ese tiempo límite se convierte en una experiencia sumamente gratificante sobre todo para los amantes de los speedruns como yo, aunque entiendo que no es algo para todo el mundo.

El apartado artístico elegido es un pixel art minimalista bastante cuidado, con algún que otro modelo 3D que se mimetiza perfectamente con el ambiente. Aunque me hubiera gustado un poco más de detalle en el diseño de los niveles, sobre todo en el primer mundo, con zonas muy vacías y poco aprovechadas siendo simplemente parches enormes de cemento, tierra y cielo. Por suerte esto mejora ampliamente en los niveles posteriores. Por otro lado, la música es un “hit or miss”. En algunas ocasiones suenan temas que se complementan perfectamente con el frenetismo del gameplay, pero hay momentos donde pasa demasiado desapercibida y termina siendo algo genérico que suena de fondo.

Quiero hacer una mención especial a las opciones de accesibilidad disponibles en Pepper Grinder. Estas son solamente dos, pero siempre me parece importante valorarlas por el simple hecho de estar. Una de estas es la posibilidad de bajar la velocidad general del juego hasta x0.5, mientras que la otra permite atravesar las partes de masheo de botones simplemente manteniéndolos pulsados. Son pequeñas cosas que suelen pasar por debajo de nuestro radar, pero que hacen una gran diferencia a aquellos jugadores que por A o por B no podrían disfrutar de la experiencia sin ellos.

En cuanto a lo técnico no hay mucho para destacar. El juego no es demandante per se y tiene un rendimiento perfecto. Tuve algún que otro glitch gráfico (sobre todo con el agua) y una sola situación en la que Pepper atravesó tanta tierra que terminó fuera del mapa, pero son situaciones muy aisladas. Aprovechando que ya está verificado para Steam Deck desde su lanzamiento, puedo decir que es una linda experiencia para jugar en la portátil de Valve, casi como si hubiera salido exclusivamente para la máquina.

Es posible que Pepper Grinder no sea un revolucionario del género ni mucho menos, pero con que sea divertido de punta a punta ya es suficiente. La fluidez del movimiento se siente extremadamente bien y sobre todo cuando se lleva al límite con los Time Attack. Por supuesto que hay varias cosas a mejorar, como la dificultad simple y algunas de las secciones en el agua, pero puedo ver en el horizonte una segunda entrega con estas cuestiones arregladas. Si tienen la oportunidad pero aún están dudando, prueben la demo disponible en Steam. Ah, y ya que estamos, vean Gurren Lagann también. No se van a arrepentir.

Este análisis de Pepper Grinder fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Devolver Digital/Ahr Ech.

Pepper Grinder - Review
Gameplay85%
Gráficos80%
Música y Sonidos60%
Optimización90%
Precio80%
Lo bueno:
  • El gameplay con el taladro es sumamente fluido y divertido.
  • Los Time Attacks son desafíos intensos para los que se quedan con ganas de más.
  • Varias opciones de accesibilidad.
Lo malo:
  • Dificultad general bastante baja.
  • Algunos de los primeros niveles se sienten muy vacíos visualmente.
  • El apartado sonoro podría estar más elaborado.
80%Nota Final
Puntuación de los lectores: (0 Voto)
0%

Dejar una respuesta