En la era actual de los videojuegos, es común observar cómo numerosos proyectos buscan apoyo financiero a través de plataformas como Kickstarter. Algunos casos destacados de triunfos en este enfoque incluyen obras aclamadas como Pillars of Eternity de Obsidian o Torment: Tides of Numenera de InXile. Sin embargo, la realidad también nos presenta historias de fracasos notables, como los experimentados por proyectos como Godus, Mighty No. 9 o Shenmue III.

En este panorama, en el año 2020, Kumi Games optó por presentar su proyecto a la audiencia a través de Kickstarter, dando inicio a una espera de tres años antes de que su ópera prima, The Last Faith, finalmente viera la luz. El anuncio de Kickstarter para The Last Faith no solo logró alcanzar su objetivo de financiamiento, sino que lo superó con creces. La propuesta, que amalgama elementos de acción, plataformas y el estilo metroidvania con una cautivadora atmósfera gótica y un arte visual pixel-art, consiguió cautivar a la comunidad de jugadores, superando en recaudación hasta cuatro veces la cifra inicialmente buscada.

La historia transcurre en la ciudad de Mythringal, donde nos sumergimos en la piel de Eryk, un guerrero que por azares del destino despierta en una ciudad gótica sumida en el caos, donde una enigmática enfermedad corrompe a los ciudadanos, transformándolos en feroces bestias. Desafortunadamente Eryk no se encuentra exento de esta enfermedad y tendrá que encontrar una cura antes de que el también sucumba ante la corrupción.

Lamentable la historia no despega en ningún momento esto es gracias a que la narrativa es demasiado criptica y la poca información que podremos obtener a medida que vayamos avanzado no explica nada. La verdad ya me estoy cansando de este tipo de forma de narrar las historias donde te podés pasar todo el juego disfrutando del gameplay pero que una vez terminado terminado el juego uno no puede explicar ni un 5% de la historia y tiene que recurrir a foros o canales de YouTube donde alguien se tomo la molestia armar el rompecabezas que forma la historia.

En el juego también podremos encontrar misiones secundarias que aportan muy poco a la trama principal. La mayoría de estas misiones consiste en encontrar uno o varios objetos para entregarle al npc y una vez completadas en la mayoría de los casos el npc desaparece para no lo volverlo a ver nunca más. La verdad es una pena que teniendo un juego bien construido no tenga una historia a la par del gameplay.

Al dar inicio a nuestra aventura, se nos presenta la elección entre cuatro clases o, según la denominación del juego, estilos de combate: Guerrero, enfocado principalmente en la estadística de fuerza; Rebelde, que hace uso de la Destreza; ContemplaEstrella (Stargazer), el arquetipo mágico con énfasis en la estadística de Mente; y, finalmente, el Especialista en Tiro, basado en el instinto, potenciando el daño de las armas de largo alcance. Ninguna de estas clases es determinante, por lo que, si comenzamos como Guerrero y deseamos convertirnos en un Especialista en Tiro, podemos hacerlo sin inconvenientes. En esencia, la única variación entre las clases radica en las estadísticas con las que inician.

Para hacer frente a los seres aberrantes que merodean por Mythringal, dispondremos de un variado arsenal compuesto por 13 armas cuerpo a cuerpo, que incluyen espadas, mazos, hachas, guadañas, látigos y katanas. En cuanto a las armas de largo alcance, contaremos con un total de 6 opciones, entre las que se encuentran pistolas y escopetas. Además, tendremos a nuestra disposición un conjunto de 16 tipos de magia para utilizar estratégicamente. Cabe resaltar que todas las armas cuentan con un ataque secundario que requiere el uso de «mana» para ejecutarse; generalmente, estas habilidades infligen daño significativo o imparten algún tipo de efecto, como daño de fuego o eléctrico.

Cada arma puede ser mejorada hasta alcanzar el nivel 10, en una mecánica que sigue el estilo característico de los juegos de From Software. Sin embargo, las magias no tienen la opción de mejorar de ninguna manera y tampoco disponemos de armaduras para equiparnos. En cambio, nuestra única opción es utilizar encantamientos que actúan como pasivos, mejorando aspectos como la vida, el daño o la defensa. Además, contamos con la posibilidad de equipar un estigma que, desde el inicio de la aventura, nos brinda la capacidad de contraatacar a los enemigos.

Ahora el juego como Metroidvania es comparable a títulos notables del género, como Blasphemous o Hollow Knight. El juego ofrece una experiencia jugable envolvente gracias a un diseño de niveles bien concebido que incentiva constantemente la exploración. Cada área presenta desafíos y mecánicas únicas, con secretos escondidos y diversas rutas entre las cuales elegir. A medida que avanzamos, adquirimos nuevos poderes, encontramos llaves y abrimos atajos, expandiendo nuestras opciones de exploración. Aunque no alcanza la grandeza de los máximos exponentes del género, la disposición de enemigos, trampas y plataformas es acertada, ofreciendo una variedad de situaciones y un backtracking bien implementado. Su énfasis en la libertad de exploración se manifiesta alentándonos a marcar el mapa de forma constante para futuras incursiones y ofreciéndonos siempre múltiples caminos para explorar desde los primeros momentos, incluso en zonas de alta dificultad.

No obstante, enfrenta problemas, como la falta de claridad en los abismos, generando dudas sobre si nos llevarán a la muerte o a áreas explorables. Además, algunos saltos y elementos decorativos confusos afectan la comprensión. Caer en abismos o fosos con pinchos resulta en muerte instantánea, lo que, puede volverse frustrante.

En líneas generales, el juego no enfrenta problemas significativos, pero sí padece varios inconvenientes menores que afectan la experiencia. Uno de estos problemas se vincula con los objetos curativos y las balas. A diferencia de otros juegos del mismo género, donde los objetos curativos se recargan al llegar a un punto de control, en The Last Faith, debemos obtener estos objetos mediante farming. Aunque es fácil conseguirlos, quedarnos sin curaciones en una nueva zona puede complicar nuestra supervivencia. Otro inconveniente es la respuesta poco precisa en los controles al intentar realizar múltiples acciones simultáneamente, como saltar y atacar en una dirección específica o la incapacidad de disparar agachado. Adicionalmente, el proceso para subir de nivel resulta molesto, ya que debemos regresar a nuestra base y consultar con un NPC en lugar de poder hacerlo en cada punto de control (bonfire), lo que implica una pérdida de tiempo.

Se presentan otros problemas menores, como la ausencia de un bestiario; aunque los enemigos tienen nombres que aparecen la primera vez que los eliminamos, esta información se pierde después. También se echa de menos la falta de descripciones para las estadísticas; por ejemplo, existe una estadística llamada «destino» que parece referirse a la suerte, pero la falta de explicación deja incertidumbre. Hubiera sido útil contar con un porcentaje de completado en el mapa, similar al sistema en Afterimage, para saber si hemos recogido todos los ítems de una zona y evitar la necesidad de volver a recorrerla en caso de olvidos.

En el apartado sonoro del juego podremos disfrutar de acordes melódicos durante la exploración mientras que las batallas con los jefes a esos acordes melódicos se les suman coros a voces que acentúan estos enfrentamientos. Otro aspecto positivo es que la gran mayoría de los diálogos tienen voces en ingles dándole así un poco mas de impacto a las interacciones con los personajes por último hay que aclarar que los textos del juego están traducidos al español.

The Last Faith busca emular a juegos como Bloodborne, Blasphemous y Hollow Knight, pero no aporta elementos novedosos al género. Aunque cumple con replicar eficientemente lo que imita, creo que los juegos inspirados en otros deberían ofrecer algo innovador. Sin embargo, destaca por la duración de la aventura, que se completa en unas 10-12 horas, pero con abundante contenido secundario, misiones, secretos, jefes, objetos y múltiples finales, la experiencia se extiende a unas 18-20 horas. Esto resulta más que suficiente para satisfacer a los aficionados del género. A pesar de los problemas presentes, algunos de los cuales son fácilmente solucionables, no puedo dejar de recomendar The Last Faith a los amantes de los metroidvania.

Este review de The Last Faith fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Playstack.

The Last Faith - Review
Historias60%
Gameplay85%
Gráficos80%
Música y Sonidos85%
Optimización100%
Precio70%
Lo bueno:
  • Un armas bastante extenso que brinda variantes de gameplay.
  • Duración acorde a los esperado para los fans de los metroidvania.
  • Mucho contenido secundario y varios secretos para descubrir.
Lo malo:
  • La historia es demasiado criptica.
  • No trae nada nuevo al género.
  • Algunos problemas menores que entorpecen la experiencia.
81%Nota Final
Puntuación de los lectores: (2 Voto)
91%

2 Respuestas

  1. Javier Milei

    Concuerdo con el sistema de controles, lo veo muy torepe al personaje ya que el problema principal es que actuamos mas rapido de lo que el personaje puede responder.

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