La serie Dead or Alive es quizá la autoproclamada oveja negra del género de los juegos de peleas en 3 dimensiones. Tras ser lanzada en medio del auge de los Virtua Fighter, Tekken y Soul Calibur, tuvo un gran momento en la segunda entrega de la saga, pero finalmente perdió el rumbo cuando se convirtió más en material de fetiches que en verdaderas experiencias competitivas.

Así y todo, se ha mantenido con vida por el buen recibimiento tanto de la crítica como del público (el sexo vende) por lo que finalmente llegamos a la sexta entrega de la línea principal, que casualmente -considerando las grandes revoluciones globales contra el machismo y la objetificación de las mujeres- promete una bajada de tono a los senos gigantes con físicas realistas y los minúsculos trajes de combate del plantel femenino del título. Obviamente, esto no es tan así.

Pero quizá lo más interesante a tener en cuenta es que, después de muchos años, Dead or Alive 6 propone volver a ser un juego de peleas 3D puro y sin trucos de marketing, y hasta eso puede llegar a acercarlo a la gloria de Dead or Alive 2, donde todavía no se había apuntado hacia esa dirección, y ofrecía una técnica muy particular a la hora de vencer a los enemigos.

Esta nueva entrega ofrece de entrada un total de 26 personajes seleccionables, haciendo honor a los siempre extensos planteles que ha sabido presentar la franquicia. Cada uno de ellos cuenta con cierto rol dentro de la campaña con narrativa que nos lleva a través de diferentes episodios, divididos en dos líneas argumentales, en una de las historias más clichés que ha dado el género. Por lo menos retoma el curso trama iniciada en Dead or Live 5, aunque en juegos de este estilo, con pocos personajes que poco hacen por generar alguna empatía, es algo realmente a descartar.

Como se suele hacer en los juegos de peleas en general, desde Street Fighter V hasta Soul Calibur VI, las batallas dentro de la campaña son de a un solo round y prácticamente imposibles de perder, por lo que una vez más, este es un apartado a dejar de lado rápidamente. Por suerte, este cuenta con un modo Arcade desde el lanzamiento (nunca olvidar el horrible traspié de Capcom).

Lo que caracterizó siempre a esta franquicia fue su combate estilo ¨piedra, papel, tijeras¨ en donde, entendiendo los movimientos del adversario, se pueden contrarrestar sus ataques modificando nuestra propia manera de atacar. Como lo explica el desarrollador al describir este sistema que llaman ¨triangular¨, los golpes ganan a los derribos, los derribos ganan a las llaves y las llaves ganan a los golpes. Esto hace que se genere una estrategia de pelea que va más allá de saber ejecutar un combo o apoyarse enteramente en el button mashing, ya que si nos enfrentamos a alguien que entienda esa práctica, caeremos una y otra vez en sus comebacks de una manera muy inocente.

La única incorporación mecánica que ofrece Dead or Alive 6 es la inclusión de un botón exclusivo para golpes especiales, presentando varias funcionalidades. En primer lugar, al pulsarlo junto a una dirección específica, actúa de reversal o de ataque ¨ultimate¨ para sacarle una buena porción de vida al adversario. Sirve también como breaker para combos y rompe defensas con una gran potencia. Pero además permite encadenarse en combos si se lo presiona rápidamente, no solo complementando a los botones de piña y patada como fácil enlace, sino que también se lo puede llevar a una serie de golpes consecutivos que terminan en una variante del ¨ultimate¨ con menor daño.

En general, Dead or Alive 6 juega bastante a lo seguro y apuesta poco por innovar, porque definitivamente entendieron que están ante un refinado muy claro de la fórmula y no hace falta mucho más para complacer tanto al público recurrente como a los recién llegados, lo que también logra una sensación de volver a experimentar lo más grandioso de la segunda entrega de la serie, quizá hasta poniéndolo por encima de lo mejor de la franquicia.

Sin dudas, esto es un arma de doble filo para quienes ya han experimentado estas mecánicas, porque realmente no hay mucho que aprender, pero quienes lo acepten por lo que es, definitivamente pasarán un buen rato agarrando y trompeando a coloridos luchadores en escenarios con varias etapas de destrucción y hasta variantes que influyen en las propias peleas.

Gráficamente es una verdadera maravilla. Si bien no alcanza el fotorealismo (porque claramente esa no es la búsqueda) los modelos de los personajes son realmente impresionantes, presentando superficies suaves, detalles al estilo animé, y físicas de pelo y vestimenta que le dan una naturalidad única, muy similar a lo visto en Street Fighter V, pero gracias a un motor nuevo completamente desarrollado por el estudio.

Quizá donde menos se destaca es en la iluminación de los escenarios, pero considerando todo el palabrerío de los desarrolladores tras el anuncio, no sería de extrañarse que esta estética tenga una búsqueda más técnica, apuntada a la visualización clara de los movimientos del contrincante a la hora de competir profesionalmente, ya que en todo aspecto se ha buscado renovar a la serie para recuperar un poco de la poca reputación que ha sabido lograr en sus años dorados.

La optimización del motor no parece ser de la mejor, sobre todo al tener en cuenta que no se ve mucho mejor que Tekken 7 o Soul Calibur, pero parece que todo el problema está en la cantidad de objetos con simulación de físicas que se encuentran en los escenarios, ya que muchos ataques pueden resultar en la destrucción de cajas de madera o paredes que se mantienen activas durante todo el enfrentamiento. Al bajar un poco la resolución se puede llegar a recuperar un poco de rendimiento, pero algo tan exigente es hasta un tanto contraproducente para la búsqueda inclusiva que suelen tener este tipo de juegos.

El resto del paquete es un conglomerado de trajes monumental que se podrán aplicar a los personajes luego de pasar por un sistema de microtransacciones que no perdona nada, o desbloqueando algunos lentamente. Apegándose a la filosofía de Capcom, la gran mayoría del material estético solo se puede conseguir pagando con dinero real, y en el lanzamiento existe hasta un Season Pass de todos estos agregados que supera el valor de lanzamiento del título (AR$ 650 el juego sin descuento, AR$ 950 el contenido descargable) lo cual es, lisa y llanamente, una locura.

Dicho todo esto, que Dead or Alive 6 tenga un gameplay extremadamente prolijo y divertido es materia suficiente para darle una gran oportunidad, sobre todo con el precio reducido que se nos presenta en la región. Cada combate es un festival de los combos y efectos brillantes que caracterizan al género, y todo lo que se propone está hecho en grande, con mucho cuidado por los detalles y visuales de gran calidad. No es el juego que llegó para romper los prejuicios ni el circuito competitivo, pero es un buen complemento para desenchufarse de las meticulosas ejecuciones de otras propuestas, que más de una vez nos llevan a horas de grandes frustraciones.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por KOEI TECMO/Team Ninja.

DEAD OR ALIVE 6 - Review
Historia60%
Gráficos85%
Música y Sonidos75%
Lo bueno:
  • Gran calidad técnica en todos sus apartados
  • Muy reminiscente de la experiencia de DoA 2
  • Divertido y accesible
Lo malo:
  • Se queda corto en propuestas modernas
  • Algunos escenarios no se ven realmente bien
  • Problemas de optimización.
79%Nota Final
Puntuación de los lectores: (22 Voto)
85%

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