Uno de los primeros puzles de Observer (el nuevo juego de los creadores de Layers of Fear) involucra encontrar una clave de cuatro dígitos para activar un mecanismo secreto dentro de una escena de crimen. Luego de explorar el cuarto y los entornos del cadáver en cuestión me crucé con una obvia pista: una copia en papel de 1984, la emblemática novela distópica de George Orwell. Por supuesto, 1984 era la clave que estaba buscando, pero además la presencia de este libro también era una clara declaración de intenciones para la oferta de juego que ofrece Observer.

Ambientado en Polonia, en el año 2084 (je, ¡84 otra vez!), Observer narra la peor noche en la vida del Detective Daniel Lazarski. Alertado por una misteriosa llamada, Lazarski llega a la zona de mala muerte conocida como “The Stacks” y pronto se ve sumergido en una extraña conspiración al tiempo que la ciudad queda atrapada en un toque de queda forzado. Observer cuenta con todos los elementos clásicos de la distopía futurista: elementos cyberpunk, separación de la sociedad en castas, líneas difusas entre la mente y la máquina, y una corporación megalítica y siniestra conocida aquí como Chiron.

Por suerte, Lazarski no está completamente indefenso ante la situación, ya que él mismo no es un detective común y corriente, sino un Observador. Armado con aumentos que le permiten observar su entorno con mayor precisión y una maquina conocida como el “Dream Eater”, Lazarski es capaz de “interrogar” a víctimas y sospechosos invadiendo su chip neuronal y accediendo a su subconsciente. Estos elementos marcan de forma más clara los principales elementos jugables de Observer, y en suma concretan la sustancia de la experiencia que ofrece este juego.

Observer por muchos momentos podría pasar por un juego al estilo “Walking Simulator”, en la vena de What Remains of Edith Finch o Firewatch. La exploración de los entornos y el avance de la investigación siguen un ritmo lento y cansino, al tiempo que el juego nos da tiempo para absorber nuestros alrededores e ir juntando las piezas clave de la narrativa. Pero Observer también cuenta con algunos elementos más propios de un survival horror o un juego de terror al estilo Amnesia. Lamentablemente, estos últimos elementos son algo más débiles, y se revuelven en torno a algunas secuencias de infiltración pobremente implementadas. Se trata de secuencias cortas, pero en las que resalta el hecho de que el juego no fue concebido en sí mismo con mecánicas “stealth”, lo cual hace especialmente molesto el hecho de que estos fragmentos del juego involucren un “game over” automático si somos descubiertos.

Por lo demás, Observer nos presenta otras opciones a la hora de explorar el entorno. Como ya mencionamos, Lazarski cuenta con dos modos de aumento visual que le permiten detectar anomalías de tipo electrónico y analizar material biológico. Estas herramientas sirven por lo general para dos funciones básicas: encontrar mecanismos ocultos en las distintas habitaciones y analizar los cadáveres para determinar la causa de muerte y la posible identidad del atacante. Se trata de un mecanismo que funciona de manera adecuada, pero que lamentablemente tiene dentro del juego un uso bastante limitado. Observer también nos permite acceder a distintas terminales “a lo Deus Ex”, para chismorrear en el correo de víctimas y sospechosos, leer noticias que nos involucraran en el mundo del juego o probar nuestra suerte en un pequeño juego “Old School” sobre arañas y espadas de fuego (una distracción algo boba, pero demasiado difícil como para realmente dedicarle tiempo).

Si los elementos jugables de Observer dejan algo que desear, el punto fuerte del juego está claramente en su narrativa y en su presentación audiovisual. La historia que nos presenta el estudio Bloober Team es realmente atrapante, y la construcción de mundo tejida alrededor de los eventos del juego es magnífica. Como ya mencionamos, Observer cuenta con todos los elementos de la clásica distopía cyberpunk, pero el juego va un paso más allá al introducir las secuencias del “Dream Eater”, en las cuales accederemos al subconsciente de distintos personajes. Estas secuencias, si bien pocas en número, son el punto fuerte del juego.

En ellas se nos presenta de forma abstracta, disconexa y aterradora, la naturaleza del estado mental de cada uno de los personajes que interrogaremos durante la aventura. Se trata de pasajes surrealistas, donde los límites entre lo real y lo fantástico se borran y tendremos que usar nuestra imaginación para reconstruir una narrativa coherente. Lamentablemente, algunas de estas secuencias también se ven presas de los pobres elementos jugables que presenta el juego, con algunos puzles atmosféricos algo molestos y secuencias de stealth con “auto-falla” que nunca terminan de cuadrar.

Lo más interesante, sin embargo, es como el propio estado mental de Lazarski se va deteriorando a lo largo del juego. El detective debe consumir una sustancia llamada sincrozina para no perder la noción de la realidad tras utilizar el Dream Eater, pero al avanzar el juego irán apareciendo fisuras en esta defensa. Al punto que, en los momentos finales, nos cuestionaremos constantemente acerca de si lo que vemos en pantalla es real, o es parte de un sueño febril del subconsciente de Lazarski.

Como mencionamos, todos estos elementos de la narrativa se ven impulsados por una gran presentación audiovisual. Gráficamente Observer es un juego bastante impresionante, y si bien la historia está constreñida a un oscuro y sucio complejo de departamentos, el juego se permite algunas vistas más impresionantes durante las secuencias del “Dream Eater”. La atmosfera creada para el título es totalmente sobrecogedora, y en conjunto con una excelente banda sonora ayuda a crear tensión en todo momento.

Hay dos puntos criticables sobre la presentación gráfica. Uno de ellos es el pobre trabajo de animación en los personajes humanos. Su diseño no es malo, muchos de ellos combinan de manera siniestra carne y metal en grotescos aumentos cibernéticos, pero la animación, tanto corporal como facial, deja bastante que desear. El segundo problema es que el juego no parece estar 100% optimizado, y utilizando hardware que supera con creces los requerimientos recomendados hemos experimentado algunos bajones de FPS y problemas generales de rendimiento.

En el departamento sonoro, como ya mencionamos, Observer cuenta con una banda musical absolutamente adecuada, y que tiene la virtud de ponerle los pelos de punta al jugador en todo momento. Asistimos aquí a una perfecta sinergia entre el sonido y los efectos visuales presentados en pantalla, que se acompañan uno al otro en todo momento. Otro punto alto es la actuación estelar de Rutger Hauer, veterano actor al que los fanáticos del cyberpunk reconocerán por su rol de Roy Batty en Blade Runner. Hauer impone con su trabajo la personalidad perfecta para Daniel Lazarski, un detective curtido en su campo, pero que poco a poco va perdiendo su capacidad de mantenerse a flote frente a los eventos que se presentan en el juego.

En definitiva, Observer es un juego con mucho potencial desde lo narrativo y lo audiovisual, pero que se queda decididamente corto en cuanto a su jugabilidad. Tal vez la gente de Bloober Team habría hecho bien en abandonar del todo estos elementos de juego, en especial las pobremente implementadas secuencias de infiltración, en pos de volcar todos los recursos a favor de la experiencia narrativa. Pero a pesar de estos problemas, Observer es un juego recomendado para todos los aficionados a este tipo de distopías futuristas.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Bloober Team SA/Aspyr.

Observer - Review
Historia90%
Gameplay50%
Gráficos85%
Música y Sonidos90%
Lo bueno:
  • Intrigante historia de corte cyberpunk
  • Buena presentación audiovisual
  • Gran trabajo estelar de Rutger Hauer
Lo malo:
  • Algunos problemas de rendimiento
  • Secuencias de stealth pobremente implementadas
  • No explota del todo las posibilidades de las mecánicas de investigación.
75%Nota Final
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