La antología de terror slasher y sus variantes, The Dark Pictures, recibe su tercera entrega con House of Ashes, una nueva aventura que nos lleva a Medio Oriente para tomar el control de cinco soldados durante la guerra de Iraq, en el año 2003.

Buscando las supuestas armas nucleares que escondía Saddam Husein bajo tierra, en algún lugar del desierto, el grupo desciende a una enorme cueva tras un enorme temblor, lo que los termina sumergiendo en un templo acadio donde descubren que en varias oportunidades, grupos de exploradores y antiguos habitantes han desaparecido de brutales formas.

Acompañando la fórmula de los dos títulos anteriores, House of Ashes inicia con eventos sucedidos en la misma locación pero siglos antes, donde se origina realmente el conflicto por primera vez. Luego de la vertiginosa introducción se nos presentan a los cinco protagonistas, entre los que se encuentran marines, soldados de la fuerza aérea americana, agentes de la CIA y soldados iraquíes, con trasfondos personales que luego influyen en el transcurso de la aventura.

Quizá en este aspecto es donde The Dark Pictures demuestra que esta antología toma nota de las cosas que falta mejorar y lo hace a través de cada nueva entrega. Comenzamos con un fuerte conflicto marital entre Rachel (CIA) y Eric (USAF) que los tiene separados hace un año, en el que ella forja una relación amorosa en secreto con Jason, uno de los marines. Antes de caer en la desgracia, llega Eric con una misión especial de la fuerza aérea, que promete tener la locación exacta de las armas de Saddam mediante la utilización de un nuevo sistema de exploración secreto que el gobierno ha puesto a su disposición, lo que obliga al trio a trabajar juntos sin haber resuelto el problema de parejas y la consecuente infidelidad.

Por otro lado tenemos a Salim Otham, un soldado de la Guardia Republicana Iraquí que está cansado de luchar en esta interminable guerra y solo quiere volver a su casa en el día del cumpleaños de su hijo. Tras enterarse de que las fuerzas americanas están por ejecutar su plan de tomar la zona para buscar las armas, el comandante del grupo iraquí pasa por el área reclutando a todos los soldados que se encuentran en descanso, y a pesar de oponerse (porque no logra encontrar a su hijo), a Salim no le queda otra que unirse para intentar detener a los americanos, lo que termina provocando que caiga en las cuevas junto con ellos.

De alguna tímida forma, House of Ashes intenta convertirse en un comentario sobre el uso de las fuerzas armadas americanas para invadir países sin razones fehacientes, solo basándose en presunciones, y lo hace tanto en forma de situaciones en donde los soldados no parecen estar bien preparados para nada como también a través de la voz del soldado iraquí que no entiende por qué gente común, con familias y casas humildes, tiene que armarse para defenderse de un invasor que no tiene bien en claro qué es lo que está buscando. El juego tiene buenos compases de estas cosas que oscilan entre situaciones personales, muy emocionales, cuestiones filosóficas sobre la lealtad y la supervivencia, y finalmente el análisis político de esa guerra.

Pero también hay terror, y por este lado nos lleva a explorar la mitología sumeria para darle vida a una letal amenaza que se encargará de eliminar a cada uno de nuestros personajes. Basándose en la premisa de un enemigo salvaje imparable, House of Ashes parece combinar elementos fundamentales de películas como Predator (1987), Aliens (1986) o hasta From Dusk Till Dawn (1996), en el que el ritmo de la trama comienzan a tener sus compases de forma paulatina, dando indicios de la amenaza, hasta que finalmente muestra la verdadera cara de quienes acechan y el vértigo y la acción se convierten en parte central del desenlace.

Por suerte, esos elementos que ya se ven venir desde los trailers y la propia introducción a esta aventura, no son todo lo que pasa en House of Ashes, sino que al avanzar, la trama toma algunos caminos realmente inesperados, que nos hacen preguntarnos cómo es que todo lo que se había presentado hasta ese momento, llegó a deformarse de tal manera que resignifica tanto los sucesos del juego como la mitología en la que se está basando.

Y si bien el resultado se remonta bastante con estos giros inesperados (que irónicamente esperamos en todas las entregas de esta antología) parecen un tanto “sacados de la galera” para tratar de rescatar una idea que no tiene demasiada vida, y a su vez, extender una trama que debería haber terminado a las 3 o 4 horas de recorrerla. Parece un parche, y si bien refresca las ganas de jugarlo a la mitad del recorrido, la inconsistencia de estilo no lo favorece, sobre todo pensando en que Man of Medan y Little Hope mantenían la consistencia a través de todo su recorrido sin la necesidad de soltar ningún deus ex machina para seguir volanteando el guión.

Lo que no termina de construir mediante la trama, House of Ashes lo logra por el lado técnico, tanto en el gameplay como por las maravillas que vuelven a lograr con Unreal Engine.

Al igual que los juegos anteriores, este representa a los actores de formas inigualables, con animaciones certeras que brindan expresiones cinematográficas en cada momento, salvo algunas pequeñas excepciones que nos tiran derecho en el famoso “uncanny valley”. La iluminación de las cuevas y los espacios cerrados ha sido lograda de manera brillante, con muchos de los escenarios replicados mediante la tecnología de fotogrametría, lo cual termina por augurar un futuro aun más brillante cuando finalmente puedan hacer uso de las bondades de la versión 5 del motor.

Como no podía ser de otra manera, la mezcla de sonido envolvente está al nivel de cualquier producción hollywoodense, generando un ambiente excepcional que acompaña en todo momento, sobre todo al tratarse de cuevas subterráneas y seres que se mueven velozmente en la oscuridad.

Y si bien lo audiovisual es de lo más importante para poder crear una buena experiencia en este tipo de juegos, las mecánicas de gameplay tienen que aportar lo suyo para que no termine por convertirse en tan sólo una película. Para esta ocasión, el estudio retocó algunas de las mecánicas que ya venimos viendo en la fórmula, especialmente la de exploración. Ahora, muchas de las secciones de la aventura son de exploración libre, lo que nos acerca un poco más a un juego en tercera persona.

Esto no significa que de repente vayamos a encontrarnos con un émulo de Gears of War para ponernos a disparar a cada bicho que aparezca, sino que la inmersión es un poco mayor a la de los anteriores, permitiéndonos ir y venir por los túneles y secciones importantes para iluminar con la linterna y encontrar nuevas pistas para anticipar eventos de la trama.

House of Ashes es otra de las revisiones que Supermassive viene haciendo a su fórmula, pero a pesar de ir adquiriendo esa experiencia, las tramas de sus aventuras siguen sin romper el molde. Como bien lo anunció el trailer de la que sigue (The Devil In Me) esta es la anteúltima entrega de una primera temporada, así que es probable que mantengan una consistencia regular sobre estas primeras 4 historias para luego romper el molde con una temporada que incorpore novedades más interesantes.

Lamentablemente, este juego no lleva muy lejos la idea de una experiencia cinemática sorprendente con muchos finales, pero si cumple con la necesidad de continuar con la propuesta que The Dark Pictures nos viene ofreciendo desde su lanzamiento en 2019.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Bandai Namco.

The Dark Pictures Anthology: House of Ashes – Review
Historia70%
Gameplay85%
Gráficos100%
Música y Sonidos90%
Lo bueno:
  • Mejoras en el desarrollo de relaciones entre los personajes.
  • Grandes giros inesperados.
  • Algunos detalles de gameplay nuevos
Lo malo:
  • La trama no es lo suficientemente interesante.
  • Algunos eventos parecen extremadamente forzados.
72%Nota Final
Puntuación de los lectores: (3 Voto)
84%

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