Tangrin Entertainment, un estudio indie holandés compuesto por tan solo un puñado de personas, nos traen este hack n slash en grupo reminiscente de títulos como Dungeon Siege, Hexplore y Throne of Darkness, aunque siendo un título ambicioso en naturaleza y debido a la falta de presupuesto, Kyn lamentablemente no está a la altura de los mencionados. Aún así, para algunos amantes del género, Kyn quizás sea suficiente compensar la actual falta de títulos similares a los mencionados.

La historia comienza con dos guerreros, Bran y Alrik, completando exitosamente el ritual para convertirse en guerreros Magni. Ni bien emergen de la cueva donde se lleva a cabo el rito, corren a su aldea que está siendo atacada por los Aeshir, una raza compuesta por varias castas de criaturas que hasta el momento vivían pacíficamente con los humanos, pero que repentinamente se han revelado y están convirtiendo a las personas en serviciales esqueletos -llamados Sketar.

Al parece los Aeshir buscan hacerse con los Tri, una serie de importantes artefactos que se encuentran resguardados en las más importantes ciudades, y la tarea de nuestros guerreros será la de socorrer a toda aldea que necesite nuestra ayuda, y por supuesto, impedir que Aeshir obtengan las tres reliquias cuyo uso es, en principio, desconocido.

La jugabilidad de Kyn no es diferente de otros hack n slash convencionales, aunque si un tanto más reducida en contenido. Por empezar, sólo podremos equipar dos habilidades principales y una adicional (feed skill) que se tendrá que complementar con un popurri de gemas para obtener diferentes resultados. Es realmente una pena que el árbol de habilidades no sea robusto como en otros A-RPG y que los skills disponibles durante el combate sean tan solo 3, porque la premisa de Kyn es sólida, aunque un tanto light en variedad.

Para equipar a cualquiera de nuestros seis guerreros, tendremos los atributos cuerpo, mente y destreza (equivalentes a fuerza, inteligencia y destreza respectivamente) con sus respectivas ramas de habilidades y armas. En cualquier momento se podrán resetear los puntos para probar diferentes builds, inclusive dentro de un mismo atributo. Espada y escudo o hacha de doble para cuerpo, o dagas o arco para control por mencionar algunos.

La estructura de misiones Kyn difiere de otros RPGs del estilo. Cada una de las 18 misiones comienza y termina sin posibilidad de volver al pueblo -aunque tampoco tendría sentido hacerlo durante las mismas. Estando allí, pueblo podremos equipar a nuestros guerreros mediante la compra/venta y creación de ítems (a través del herrero), ésto ultimo mediante una variada serie de ingredientes al estilo Witcher. Los mismos se podrán conseguir de tesoros, enemigos o al reciclar items de todo tipo.

El papel suena sencillo pero debo remarcar lo incómodo y cansador que resulta actualizar a los miembros del party. Tanto nuestro inventario como el de los NPC carecen de filtros de atributos, y peor aún, los ítems a disposición están dividido en varias páginas cuando en realidad podrían estar en una sola para hacer que las transacciones o creación de items se dé de manera más agradable y ágil. Es algo que se podría fácilmente solucionar y uno irremediablemente cuestiona cómo decisiones tan torpes pueden resultar tan contraproducentes. Es una realmente una pena ya que contrario a otros hack n Hash, en Kyn en necesario actualizar a nuestros miembros del party cada tanto, y lo que debería ser una experiencia gratificante, resulta en un entretiempo tedioso y monótono.

Como sucede en este género, la dificultad determina la manera en que se aprovechen o exploten todos los elementos que nos arroje un juego. En este caso no son muchos ya que solo tenemos los ataques regulares y un total de habilidades por personaje, pero aún así haremos uso de la pausa (que en realidad relentiza los enfrentamientos) en dificultades altas para lograr una mejor procesión a la hora de arrojar hechizos o habilidades.

Algo que resulta muy molesto es que, a menos que los enemigos estén muy pero muy cerca, los personajes no auto-atacan. Tampoco lanzan hechizos o habilidades por si solos, de manera que nos obligan a usar el botón para relentizar el combate mucho más de lo que deberíamos. De todos modos, no recomiendo jugarlo en Normal (la segunda de cinco dificultades) ya que sería un paseo por el parque para alguien qué está acostumbrado a jugar Diablo u otros RPGs en altas dificultad. Jugando en la tercera o cuarta, Kyn se disfruta de otra manera, casi como otros RPG con combates por turno cuando las peleas se dificultan.

Algo que me gustó de Kyn son algunos de los puzzles que encontraremos en algunas de las misiones. Habrá algunos que nos harán renegar y por ende tomarán más de nuestro tiempo, pero al margen de su relativa dificultad, son de gran ayuda para romper la homogeneidad de los enfrentamientos. De hecho me hubiese gustado más ver de estos rompecabezas dado que le dan al jugo un mix pocas veces visto, y hasta un cierto nivel de identidad propia.

Gráficamente no está a la altura de otros competidores del mismo precio (como Torchlight 2, Victor Vran o Van Helsing) pero algunos escenarios están bien ambientados y tarde o temprano nos acostumbraremos al estilo gráfico ambientando con una temática nórdica y con aires de inocencia de la saga Fable.

La variedad de escenarios definitivamente se hace notar como verán en las imágenes (como también en galería complementaria), pero dado que las misiones duran mucho más de lo que deberían, algunos de ellos terminan aburriendo a la vista. Hubiera preferido un mayor número de misiones pero con una duración más corta para evitar repetición de paletas de colores y materiales a lo largo de una misión que puede durar hora u hora y media.

La música compuesta por Will Bedford se amolda muy bien a la temática cándida y caricaturesca, con melodías inocentes en el pueblo de Vinborg (ciudad donde transcurren la primera parte del juego) y otras heroicas en momentos apremiantes o decisivos. Me hubiera gustado sin embargo, escuchar variantes dinámicas durante los combates, ya que al igual el apartado visual, escuchar una track una y otra vez durante una misión de una hora puede resultar agotador.

Los sonidos pasan un poco desapercibidos y no connotan el sentido de agresividad de las habilidades o los ataques regulares, ya sean los nuestros o los de nuestros enemigos. Voces lamentablemente no hay, lo cual decepciona un poco teniendo en cuenta que las líneas de diálogo no son exactamente numerosas. Me hubiera conformado con algún «Attack!» o «I´m off» (al estilo Hexplore) al atacar o moverse a lo largo de los escenarios con nuestro party.

En pocas palabras, Kyn no es un juego malo ni falla en cumplir con su premisa de brindar una experiencia hack n slash en grupo. Es uno de esos juegos que en caso de haber contado con un mayor presupuesto, hubiera sido un gran éxito, pero lamentablemente se queda corto en varios aspectos.

¿A quién se lo puedo recomendar? A aquellos que buscan una experiencia similar a Dungeon Siege para pasar el rato, y en lo posible jugándolo en dificultad por encima de la Normal. A fin de cuentas, Kyn brinda una experiencia humilde y sólida en gameplay, aunque dejando de lados los puzzles y la combinación de los feed skills, no encontrarán muchos aspectos innovadores dentro del género de los RPG de acción.

Kyn se puede adquirir en Steam por u$s 20. Este review fue realizado por una copia comercial provista por Tangrin Entertainment/Versus Evil.

Kyn - Review
Historia55%
Gameplay70%
Gráficos70%
Música y sonidos65%
Lo bueno:
  • Un hack n slash sencillo para pasar el rato
  • La ambientación de ciertos escenarios
  • La variedad de puzzles
Lo malo:
  • Comprar y actualizar los personajes resulta tedioso
  • Arboles de habilidades poco desarrollados
  • Algunas misiones son demasiado largas y repetitivas
67%Nota Final
Puntuación de los lectores: (6 Voto)
64%

Sobre El Autor

Editor en Jefe. PR.

Rosario. Santa Fe. Argentina

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