El Santo Grial del arcade de carreras parece haberse perdido en el tiempo, tras años de malos Need for Speed y algunos intentos de publishers ajenos al mainstream del género. Muchos recordamos el momento en el que Codemasters, gracias a una propuesta diferente y moderna, le robaba el trono a EA con aquel impresionante Race Driver: GRID que, entre otras cosas, innovaba con la presentación del sistema de flashbacks y un modelo de daños que ni por casualidad tenían los juegos de ese momento.

Pasó el tiempo y la serie se diluyó entre el desinterés del público y la falta de ideas del estudio por seguir ofreciendo un producto moderno sin caer en los aburridos lanzamientos periódicos a los que nos acostumbraron otras series.

Muchos consideran que el sucesor natural de todo este subgénero es la excepcional serie Forza Horizon, que bien ha sabido conseguir sus halagos a base de extensísimos catálogos de vehículos, escenarios y circuitos impactantes, y un nivel técnico que se convirtió en la envidia de cualquier gran estudio interesado en inmiscuirse en el género. Pero Horizon nunca se permitió dejar de coquetear con la simulación, y entonces no terminaba de llenar el vacío que dejaban los arcades pura sangre como Daytona USA, Screamer, o Ridge Racer.

Casi a punto de terminar con la segunda década del siglo XXI, Codemasters vuelve a intentarlo con GRID, una especie de remake/remix de la trilogía original que no hace demasiado por modificar el ADN de la serie, pero si pretende modernizar su conglomerado técnico para consolas de nueva generación -y como consecuencia- para nuestra plataforma.

Pero quizá lo más interesante de GRID siga estando en la forma en la que se juega, única para el género. Mientras que no pretende acercarse a la simulación de ninguna manera confusa, tampoco termina cayendo en el terreno de la accesibilidad en favor de una experiencia arcade en la que todos terminan ganando absolutamente todas las competencias, sino que sigue por su línea filosófica de construir momentos de mucho vértigo, llevando todo al límite, para lo que no se requiere de tanta precisión, pero sí de efectividad para poder triunfar.

Quienes nunca hayan experimentado los juegos anteriores, en GRID deben esperar el escalón por encima de lo que ofrecieron los últimos Need for Speed, pero sin distracciones del estilo del mundo abierto o una estructura de funcionalidades de red social que de poco sirven a la hora de pisar el asfalto. Esto significa que no alcanza con saber apretar el joystick o girar el volante en la dirección donde aparece la curva, sino que se requiere de cierta habilidad para entender cómo debe ser la frenada y dónde volver a acelerar a fondo, mientras se tiene el cuidado de no chocar a ningún compañero que nos puede dejar fuera de carrera.

Aun así, esto sigue estando lejos de la simulación, y GRID termina siendo el equivalente de lo que son las películas de Jackie Chan para las artes marciales. Cualquiera puede tomar el volante y derrapar vertiginosamente en todas las curvas, mientras raspa a sus competidores, y errar los cambios cada tanto, y aún así termina triunfando en la competencia. Cada competencia nos lleva a correr a centímetros del contrincante a rebasar y a pisarle la tangente a cada una de las curvas sin terminar de ser frustrante para cualquiera que tenga más o menos el control de sus manos.

Quizá lo más reprochable de esta entrega es que han contenido demasiado al conglomerado de modalidades que hacían del 2 y de Autosport unos juegos completisimos. Faltan las competencias de drift y los faceoff, quizá porque piensan lanzarlos como DLC más adelante, y tan solo incorporaron variantes de time attacks, y la posibilidad de iniciar carreras en movimiento, aunque nada de todo esto implica una metamorfosis que destruya la experiencia en ningún sentido.

Sin dudas, lo más destacable son sus 13 circuitos con hasta 80 diferentes variantes para elegir, en los que además puede cambiarse el horario y el clima de carrera, con unos efectos visuales realmente inesperados para este EGO Engine que no para de rendir, pero que siempre nos hace recordar que ya le llegó la hora de un cambio.

Igualmente, GRID brilla en lo audiovisual. Si bien no da una estética realista y no suele arriesgar con efectos de reflejos en tiempo real o sombras de alta precisión, todo es colorido, agradable para la vista, y los modelos de los vehículos y los circuitos desbordan de mínimos detalles que aportan aún más al atractivo que siempre propuso la serie. Cada carrera es un espectáculo lleno de gente vitoreando, papelitos y destellos de iluminación brillantes, y no hay momento más satisfactorio que al llegar al último tramo de carrera para ver cómo se llena la pista de confeti y fuegos artificiales para festejar al ganador.

Todo eso es acompañado de una presentación correcta y efectiva, no tan despampanante como la de GRID 2 pero haciendo lo suyo para que el título se vea moderno y se entienda perfectamente toda la información que necesitamos. Esto se nota particularmente en las carreras nocturnas y de lluvia, que si bien los efectos son de una gran calidad gráfica, han sido implementados de forma que no impidan la visibilidad del jugador, tan solo complicándo la experiencia un poco más para desviar el gameplay hacia nuevos terrenos.

Al contrario de muchos otros simuladores, GRID se enfoca más en su modalidad para un solo jugador, con una gran variedad de categorías y disciplinas que se van destrabando en una decena de árboles diferentes, muy al estilo de los Dirt originales, pudiendo tomar el camino que guste, en el momento en que se nos ocurra, pasando por vehículos ¨tuning¨ japoneses, músculos americanos, de carrera nivel GT3, y hasta potentes bólidos que emulan las experiencias de Formula 3 y Formula 1.

Por ese lado, GRID es un juego bien bajado a tierra -como eran los anteriores- sin necesidad de desbordar el catálogo con Ferraris y Lamborghinis, sino más bien bajando la potencia para lograr competencias más justas, más despiadadas, y mucho más interesantes de ver, construyendo una particular personalidad que por suerte no se encuentra en otras franquicias.

Entonces queda por resolver el aspecto subjetivo de esta propuesta, ya que objetivamente cumple con todo lo que se propone y está perfectamente alineado a todo lo que dicta su marca registrada.

Quienes aún no se hayan cansado de intentarlo con los Need for Speed, este es un juego que definitivamente va a complacerlos con creces, descubriendo un mundo competitivo extremadamente potente que recompensa cada minuto que se le invierta para aprender a jugarlo. Por otro lado, los que vengan de experiencias un poco más cercanas a las doctrinas del siglo XXI, como las de los mencionados Forza Horizon, puede que se sientan un poco faltos de show explosivo, porque GRID tiene espíritu de garage, enfocándose en circuitos cerrados (de calle o competitivos) y siempre apuntando a tener a los competidores a centímetros de distancia, alejándose por completo de la idea de tener mapas enormes, llenos de cientos de fragmentos de circuitos que pueden aprovecharse para competir contra vehículos de diferentes clases, en diversos terrenos.

En definitiva, GRID es para el que extraña el vértigo de depositar unas fichas en su sala de arcades preferida para pasar horas enfrentándose a violentas (pero inofensivas) carreras contra agresivos competidores e intrincados circuitos que provocan una constante inyección de adrenalina, devolviéndole la sonrisa a sus rostros aún en la peor de las performances. GRID es efectivo como Mortal Kombat lo es para los títulos de pelea, y si se le suma un volante de alto nivel junto a una gran pantalla al frente, es una de las mejores experiencias para tener este año.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Deepsilver/Codemasters.

GRID (2019) - Review
Gameplay100%
Gráficos85%
Música y Sonidos80%
Multiplayer70%
Lo bueno:
  • Excelente experiencia arcade.
  • Gráficos atractivos y muy mejorados.
  • Accesible pero desafiante.
Lo malo:
  • Ausencia de algunos interesantes modos de entregas anteriores.
  • No hace nada por promover un cambio en el género.
82%Nota Final
Puntuación de los lectores: (3 Voto)
86%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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