Cuando salió el primer Dirt Rally, no quedaba demasiado claro si venía del linaje de la tradicional serie numerada de Dirt o si había un intento por hacer algo. Quienes lo seguimos de cerca supimos en poco tiempo que se trataba de una simulación más certera de la disciplina, y por lo tanto, mucho menos accesible que cualquier otro juego de la serie. Para el desprevenido, Dirt Rally fue un infierno.

Y es que Codemasters se planteó esta serie como el reflejo virtual más preciso de este tipo de competencias, tratando de simular lo más cercanamente posible los terrenos en los que se compite, y el comportamiento de los vehículos oficiales registrados en la FIA. Y aunque parecía que el estudio había logrado el sumun para la herencia de los Collin McRae, llegó rápidamente el anuncio del 2.0, un inesperado nuevo Dirt Rally que llenaba de sospechas y escepticismo a la comunidad.

Por suerte para todos, esta segunda entrega de la nueva serie “hardcore” para los Dirt es todo lo que logró el primero, y un poco más. Tras haber decepcionado a esta facción del público con el entretenido y completo Dirt 4, Codemasters arremete formulando un simulador que es definitivamente una máquina de tortura, al igual que lo es la disciplina.

Dirt Rally 2.0 no perdona a ninguno de los valientes que pretendan sumergirse en la experiencia. No ofrece comodidad ni salidas fáciles, ni regala márgenes de error para que se pueda avanzar a duras penas en las diferentes competencias. Al igual que su antecesor, se trata de un simulador que exige experiencia, habilidad, y mucho tiempo de práctica invertido en convertirse mejores pilotos.

Por suerte, a pesar de parecer una pesadilla, cuenta con diferentes asistencias que permiten personalizar la experiencia a distintos niveles de destreza, pero nunca se arrima al nivel de accesibilidad de juegos con otras intenciones. Si bien se pueden incorporar asistencias como un fuerte control de estabilidad, antibloqueo de frenos o control de tracción, junto a cosas más banales como caja de cambios automáticas o manuales sin embrague, el título siempre exige de la propia interacción humana, en diferentes niveles, para mantener el auto en pista y a salvo.

Yendo para el otro lado del nivel de dificultad, no solo permite desactivar todas las asistencias y arrimar la personalización al comportamiento real de los modelos de autos ofrecidos, sino que también permite optar por diferentes modelos de simulación de terrenos, y es ahí donde se encuentra la clave de esta segunda entrega.

Dirt Rally 2.0 permite preestablecer cómo se comportará el circuito por el que correremos a través de diferentes superficies, permitiendo elegir entre superficies óptimas, que no representarán ningún inconveniente a la hora de controlar el bólido; o superficies auténticas, que simularán lo que realmente hacen estos suelos a los vehículos del mundo real. Pero quizá lo más interesante está en la modalidad de terreno que se conforma por el propio andar de otros vehículos en pista, brindando una experiencia variable constante. En esta oportunidad, el motor gráfico permite desarrollar 150 niveles diferente de degradación del terreno, lo cual es único en todos los subgéneros de carreras.

Por suerte, todo eso no es tan solo una maravilla técnica de la que alardear a la hora de ofrecer el juego a nuevos entusiastas, sino que realmente ofrece una experiencia única en toda la industria, representando los diferentes tipos de superficies, con todas sus variables, de una manera excepcional, y con autos que se ven influenciados por estos cambios de una manera extremadamente natural gracias a un aceitadísimo sistema de simulación de suspensión y ruedas que trabajan en forma independiente.

Por un lado este comportamiento natural sirve para anticipar la reacción del vehículo antes de entrar en el charco de agua que se aproxima o al caer en una huella difícil de controlar, permitiéndonos calcular rápidamente maniobras para sortear ese tramo de la mejor manera posible. También se hace sentir naturalmente en la cabina, aún cuando no nos hayamos dado cuenta por donde estamos pasando, ya que semejante nivel de simulación responde todo el tiempo y termina construyendo una atmósfera de conducción realmente única en la industria. Si doblamos demasiado rápido por asfalto, no van a faltar los rechinidos de las ruedas que patinan, pero de forma independiente y con la posibilidad de identificar cuál de ellas es la que ha perdido agarre, gracias también al sistema de posicionamiento y oclusión de sonido. Lo mismo sucede en el barro, donde no va a faltar oportunidad de experimentar aquaplaning como en la vida real, aun en pequeñas fracciones de terreno y con tan solo una rueda.

El aspecto sonoro debe ser de lo más grande que ha tenido el género desde que se persigue una simulación realista a través de una computadora. Si bien el sonido de cabina suele estar apagado y poco tiene que ver con lo que realmente genera el auto, por fuera se despliega una fiesta de caños de escape hirviendo y pistones forjados a puro golpe de octanaje. El rugir de los motores es algo imprescindible a la hora de construir un contexto competitivo cuando de automotores se trata, y este es otro de los lugares donde excede las expectativas con creces.

El plantel de locaciones y vehículos para utilizar es bastante similar al del título anterior, aunque en la continuación perdió las modalidades de Hillclimb y los autos dedicados a esa disciplina. Una vez más se ofrecen locaciones de Rally Cross junto a los más modernos modelos de vehículos que compiten en la categoría, y como no podía ser de otra manera, vuelven a estar presentes los hermosos modelos clásicos como Renault Alpine, Lancia Stratos, Fiat Abarth 131 o Escort MKII.

Como se hizo en la entrega anterior, y en otros títulos del estudio, en Dirt Rally 2.0 vamos a contar con un garage donde iremos acumulando vehículos que compraremos con los créditos obtenidos en cada competencia, y podemos formar una crew de especialistas que nos beneficiarán en la velocidad en que se reparan o desarrollan ciertas piezas del auto. Habrá variantes de cada integrante que requerirán de distintos tipos de contratos, por lo que de alguna forma hay que sopesar beneficios y costos a la hora de integrar a un nuevo mecánico al equipo.

El elemento más controversial de esta entrega -como se pudo ver una y otra vez en cada anuncio hecho a través de las redes sociales- es la total ausencia de soporte para realidad virtual, aún sabiendo que el motor EGO ya cuenta con soluciones listas para implementarse, y viniendo de Dirt Rally, que terminó soportando headsets sin demasiados inconvenientes y sin pérdidas de rendimiento. Codemasters finalmente anunció que para mitad de año se viene la implementación, tras haber sufrido los constantes pedidos de un público que no soportaba tener una continuación prácticamente inferior a la entrega original. Pero para entender esto hay que sacarse un poco la subjetividad de encima.

En primer lugar, nada de Dirt Rally 2.0 es inferior a Dirt Rally, y mucho menos a otras propuestas de similares características. De hecho, una de las razones por la cual es difícil de implementar la realidad virtual a esta entrega está en el altísimo nivel técnico que se puede apreciar en el apartado gráfico. Los modelos de los autos son de una topología de altísima densidad poligonal, al nivel de Forza Motorsport 7, y los efectos de partículas con alfa, iluminación dinámica, y deformación de terreno procedural (entre otras tantas cosas de alta complejidad) hacen no solo que se vea increíblemente bien, sino también termina resultando en un juego bastante más pesado que su antecesor.

Entonces, el tratamiento para alcanzar la implementación de la realidad virtual no es simplemente incorporar visión estereoscópica libre dentro del motor gráfico, sino que requiere de muchísimo trabajo de optimización para no perder los mejores detalles de las gráficas logradas por el estudio, o en su defecto, ofrecer una experiencia por debajo de lo esperado.

Lo interesante de toda la situación no solo está en los resultados de haberse hecho escuchar en redes sociales para que un estudio finalmente implemente algo que están reclamando, sea cual sea la demografía de la gente que lo va a utilizar, sino que finalmente puede llegar a tratarse de un quiebre ideológico dentro de Codemasters que muy probablemente siente las bases para que futuros juegos de carreras (incluyendo la tan aclamada serie de Formula 1) incorporen VR sin siquiera preguntárselo desde el día cero.

Para el que no esté interesado en esta modalidad para pocos, Dirt Rally 2.0 ofrece todo lo que se pueda esperar de una continuación de Dirt Rally, empezando por una profunda pero no demasiado compleja personalización de vehículos, un sinfín de asistencias para toquetear, y soporte para casi todo conjunto de volante y pedales que haya existido en nuestra plataforma. Para esto también permite definir el comportamiento del input y acomodar el force feedback a gusto de cada uno, aunque en nuestra experiencia no hizo falta más que aumentar un poco la sensibilidad de volante como en cualquier otro juego de la empresa.

Queda por resolver quizá la mayor incógnita de esta segunda entrega de la nueva serie: ¿Vale la pena Dirt Rally 2.0 si ya se tiene el original? Y como siempre, la respuesta tiene varias salvedades aclaratorias.

Si es absolutamente primordial que el juego tenga soporte VR, hay que esperar varios meses antes de dar el paso, pero por todo lo demás, es prácticamente imposible no enamorarse a primera vista de 2.0. El modelo de simulación de manejo, y por sobre todas las cosas, el de deformación de terreno, son definitivamente un quiebre dentro del mundo de la simulación en juegos de rally, y eso no es fácil de superar por otras propuestas. Todo lo que Dirt Rally hacía bien, este lo lleva a un nuevo nivel, y si bien parece que se queda corto de contenido en relación a otros juegos más taquilleros, este respeta todos los detalles de los campeonatos y categorías a los que representa, ofreciendo cientos de horas de juego auténticas y realistas, con toda la sana frustración y gran satisfacción que eso implica.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Deepsilver/Codemasters.

DiRT Rally 2.0 - Review
Gameplay100%
Gráficos90%
Musica y Sonidos90%
Multiplayer80%
Lo bueno:
  • Todo lo bueno de la fórmula Dirt Rally, amplificado.
  • Gráficos excelentes.
  • El nuevo sistema de simulación de terreno
Lo malo:
  • Ausencia de VR en el lanzamiento
  • Más locaciones ofrecería mayor variabilidad
92%Nota Final
Puntuación de los lectores: (9 Votes)
64%

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