The Swords of Ditto es una entrega muy ambiciosa y que generó cierta expectativa en la gente que reconoció en este juego un cierto grado de similitud y una suerte de fusión simbólica entre los primeros «The Legend of Zelda» (por su estilo de juego) y al aclamadísimo «Cuphead» (por sus dibujos caricaturescos). La empresa distribuidora «Devolver» y la desarrolladora «Onebitbeyond» se unieron para hacerle frente al «hype» que el anuncio de este videojuego había creado. Sin embargo, no estuvo a la altura, pese a su bella estética, divertidos diálogos y música amena, el género Rougelike no fue la mejor opción, y a pesar de que apostaban a una alta rejugabilidad, The Swords of Ditto quedó a medio camino, quedándose con un mero «buen juego».

Cabe destacar que, como se explicó antes, que los Rougelike se basan en brindar horas y horas de diversión, ya que las mazmorras o mapas son generados de manera aleatoria, así que cada vez que se empieza una nueva partida, todo es diferente. Tomando de ejemplo a «The Binding of Isaac», los diferentes recorridos de los pisos, la gran cantidad de elementos que cambian nuestros atributos y lo divertidas que pueden ser ciertas sinergias (además del modo Desafío) lo hacen el rey de este género, y establece una vara muy alta para los que ya lo hayan disfrutado.

La historia del Swords of Ditto es muy simple y sencilla, el personaje principal que puede ser un niño, una niña, un conejo, un pájaro, etc, se despierta un día y un escarabajo pelotero le dice que es la reencarnación de la Espada de Ditto, destinado a salvar Dittolino de la horrible bruja Mormo. La Espada junto a Mormo renacen una vez cada 100 años y es su destino enfrentarse y decidir si reinaría el bien o el mal en la tierra. Pukku, el escarabajo tiene confianza en la Espada y si bien tiene unos días de sobra para enfrentarse a Mormo, la incita a pelear de inmediato con la bruja, lo que no resulta tan bien, por lo que 100 años después, la Espada renace en un mundo oscuro y tétrico, y se encuentra nuevamente con Pukku quien da el mismo discurso a excepción que cuenta que para disminuir la fuerza de la bruja malvada, se pueden destruir dos «anclas» que contienen parte de su poder para debilitarla y así hacer un poco más sencilla la batalla. En resumen, el objetivo es buscar y destruir las «anclas» dentro de unas mazmorras y pelear contra Mormo. Los diálogos son algo infantiles, pero con ciertos chistes que pueden sacarle una sonrisa a cualquiera, como una referencia al estiércol y el escarabajo pelotero que acompaña a la Espada.

El jugador tiene 4 días dentro del juego, equivalentes a más o menos 1 hora (en fácil son 6 días y en difícil 3) para subir de nivel, destruir las “anclas” de Mormo e ir a enfrentarla. Para poder lograrlo, el jugador debe conseguir juguetes (los equipos o armas se llaman así) que tienen diferentes efectos para hacer la recorrida un poco más divertida. Y aquí hay que hacer mucho énfasis en la palabra “divertido”. El juego puede serlo durante un rato, pero se vuelve bastante monótono relativamente rápido, por lo que quita de la ecuación la diversión que caracteriza a los videojuegos del mismo género, además de ser lento.

El pseudo-formato RPG es indiferente, el nivel es solo un número que brinda acceso a diferentes mazmorras y a equipar algún que otro sticker que modifica muy levemente alguna característica, mas allá de eso, no es personalizable ningún atributo del personaje en sí. Uno se ve imbuido en este gameplay que parecería que lo único que hace es ir de un lado para el otro, matando enemigos en el mapa. aunque si bien una partida de una hora parece mucho para solo hacer dos o tres tareas, el personaje no es de lo más ágil, y las tierras están plagadas de cerebros flotantes, espíritus, plantas que levitan, zombies, soldados oscuros, etc; aun así, se tiene la posibilidad de aumentar la cantidad de días juntando unos cristales y dándoselos a la diosa ballena para que retroceda el tiempo y disfrutemos de más días de no hacer nada nuevo.

Cuesta bastante subir de nivel para ganar acceso a las mazmorras principales (siempre hay una o dos mazmorras extra por zona) y es ahí donde se puede y debe “farmear”, ya que dentro de estas mazmorras tanto como en la ciudad el tiempo se detiene, lo que hace la partida mucho más larga que solo una hora (hablando de la dificultad media). Los controles son naturales y divertidos, se puede atacar, rodar, usar objetos, comer comidas para recuperar la salud, o lanza bombas, todo lo indicaba como un sucesor espiritual al “The Legend of Zelda”, claro, hasta que se supo que poco tenía de aventura y mucho de Rougelike. Otro aspecto negativo fue que se encontraron muchos errores o “bugs” en el juego, como que el título tardaba en darte las opciones de “Comenzar partida”, hasta que un NPC que si se le habla, tilda el juego.

The Swords of Ditto no plantea un incremento de diversión a medida que la historia avanza, o las partidas avanzan, sino que se estanca en buscar dinero, subir de nivel, conseguir juguetes, pelearle a Mormo, y vuelta a hacer todo lo mismo. Si durante la partida no se llega a pelear contra la bruja malvada porque el personaje muere, este se despertara con otro aspecto 100 años después simulando que Mormo venció y reino su maldad durante todo ese tiempo

A pesar de esas cuestiones negativas, el apartado estético es un deleite a los ojos. Los dibujos, los personajes y los escenarios son al mejor estilo “cartoon” y hasta los enemigos son de aspecto tierno. A su vez, pareciera tener una tonada “Ghibli” (estudio de animación japonesa responsables de “Mi vecino Totoro” o “El viaje de Chihiro”) al ver cómo están diseñados ciertos NPCs, como por ejemplo un gato gordo gigante en una pequeña casa o cueva o un sonriente monumental pulpo; y el estilo de dibujo se asemeja mucho al de “El increíble mundo de Gumball” de Cartoon Network. Las animaciones son fluidas, alegres y dejan un dulce gusto a la vista

La banda sonora (desde la música hasta los efectos de sonido) también es un peso pesado en The Swords of Ditto, con melodías felices y nostálgicas en tono alto siempre se acompaña de forma armónica la situación o escenario en el que la Espada se encuentra. Utiliza mucho el órgano eléctrico y el chiflato (o kazoo) para la ambientación inocente e infantil.

La opción multijugador es la que aliviana un poco las cuestiones negativas de este tambaleante juego. Poder disfrutar de este con otro jugador de manera local lo hace mucho más entretenido, obviamente la dificultad aumenta un poco para ponerse al nivel, pero sin ser volverse “injugable”. Se puede levantar al otro jugador y lanzarlo como si de una bomba se tratase y eso puede ayudar a resolver de otras maneras algunos “puzzles” dentro de las mazmorras. Si uno de los dos jugadores se queda sin vida, el otro puede acercarse y tras abrazarlo, si… ABRAZARLO (repito que el juego es tierno) se equilibran los puntos de vida entre ambos.

Como conclusión, el The Swords of Ditto fue uno de los muchos juegos que lamentablemente no llegó a cumplir la expectativa prometida y se sumergió en el reino de los juegos que se disfrutan unas pocas horas. Le falta entretenimiento a en la rejugabilidad y se siente que cada partida es igual a excepción del generamiento aleatorio del mapa.

Este review fue realizado con copias de prensa proporcionada por Devolver Digital.

The Swords of Ditto - Review
Historia60%
Gameplay60%
Gráficos85%
Música y Sonidos80%
Multiplayer75%
Lo bueno:
  • Bellisima y nostálgica animación y gráficos.
  • Banda sonora peculiarmente atrapante
  • Multiplayer local divertido.
Lo malo:
  • Sentir que se juega siempre la misma partida
  • Errores o bugs presentes en varias situaciones
  • Mala implementación del género rougelike
70%Nota Final
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