FTL (Faster Than Light) es tal vez uno de los mejores exponentes del género “Roguelike”, el cual ha vuelto a eclosionar en los últimos años. El pequeño juego de Subset Games, si bien humilde en prestaciones técnicas, enamoró a los aficionados a la estrategia con un ciclo de juego adictivo y veloz que sin embargo escondía un gran grado de complejidad y aleatoriedad en cada una de sus campañas. Ahora, casi seis años después, Subset Games vuelve a la carga con Into The Breach, un juego que busca lo imposible: superar al clásico moderno que representa Faster Than Light.

La historia de Into The Breach es bastante simple, y funciona de manera excelente para justificar la naturaleza cíclica del juego. En el futuro lejano, la humanidad ha sido aniquilada por una raza de insectos gigantes conocida como los Vek. Los pocos sobrevivientes del apocalipsis encuentran entonces la forma de abrir una brecha al pasado, y por ella envían a un equipo de tres gigantescos mechs de combate para intentar detener la invasión antes de que el planeta sea destruido. Si la misión falla, los pilotos pueden simplemente volver a abrir la brecha y regresar al futuro para intentarlo otra vez.

Es una narrativa simple, pero que justifica de manera muy elegante al ciclo de repetición que proponen los juegos roguelike de este estilo. Además, este giro narrativo se condice con los sistemas de progresión que presenta el juego, tanto a nivel de cada campaña como a nivel general. Al igual que en FTL, en cada campaña podremos obtener distintas armas, mejoras y bonificadores que perderemos al final de la misma. Mientras que la consecución de distintos logros o “milestones” dentro de cada campaña nos otorgara puntos que podremos invertir en la compra de nuevos armamentos de cara a futuras misiones.

De esta manera, cada vez que comencemos una partida de Into The Breach (cada intento no suele durar más de una hora reloj), deberemos seleccionar algunos parámetros de la misión. En primer lugar, deberemos escoger a nuestros pilotos, dentro de un puñado de una docena de personajes, cada uno con distintas habilidades pasivas o activas. En segundo lugar, tendremos que diseñar nuestra triada de mechs de combate. El juego nos ofrece un total de 24 mechs, divididos en ocho escuadrones de tres mechs cada uno, que iremos desbloqueando a medida que realizamos logros en las distintas campañas. Los distintos mechs ocupan distintas categorías tales como asalto, artillería o soporte, y cuentan con habilidades y armas diferenciadas. Disponemos de la opción de escoger un escuadrón pre-armado, así como también de la alternativa de diseñar nuestro propio escuadrón con los mechs que tengamos disponibles

Una vez en el juego, Into The Breach no pierde tiempo en lanzarnos a la acción. Nuestro objetivo es rechazar la amenaza Vek en cuatro regiones, antes de realizar un asalto contra el corazón de la invasión en el nido Vek principal. Para lograr esto, nuestra misión será enfrentarnos a los Vek en distintos escenarios de combate, y asegurarnos de que los invasores no logren acabar con la red. Dicha red, es un contador algo abstracto que representa la fortaleza de la raza humana de cara a la invasión. Los Vek pueden debilitar la red al aniquilar edificios, y con ellos vidas humanas. Por lo que nuestra principal preocupación en cada enfrentamiento individual será la de salvar vidas.

Los enfrentamientos se dan en escenarios de ocho por ocho casillas generados por procedimientos. En ellos encontraremos los edificios que debemos proteger, distintos accidentes del terreno y a los ejércitos de monstruos gigantes enemigos. Las batallas tienen una duración exacta de cinco turnos, y en ellas nuestro objetivo es el de aniquilar, rechazar o debilitar a los Vek para que no logren acabar con la red.

Lo realmente interesante de Into the Beach es la forma en que todas sus pequeñas partes, variaciones y características se conjugan para dotar a estos pequeños escenarios de combates de una diversidad sin igual. Las reglas generales de cada partida son simples: Los Vek mueven primero, y el juego nos indica con precisión la dirección y el objetivo de cada uno de sus ataques. Nuestra respuesta debe ser la de minimizar el daño generado por los invasores, y en el mejor de los casos, eliminarlos.

Para lograr esto contamos con las habilidades de nuestro Mechs, que usualmente se ubican dentro de tres grandes grupos: Daño, apoyo o desplazamiento. Las habilidades de daño son las más directas, capaces de asesinar a los Vek, así como también de moverlos de su lugar para evitar que acierten su ataque. Las habilidades de apoyo son más variadas, y van desde anular los movimientos y ataques Vek (por ejemplo, congelándolos) hasta proteger con escudos de energía a nuestros mechs o a las edificaciones civiles. Finalmente, las habilidades de desplazamiento nos permiten dominar el campo de batalla alcanzando nuevas posiciones, así como también denegando a los Vek posiciones clave, o incluso bloqueando su acceso al mapa al ocupar la casilla por la que buscan surgir. Lo interesante de los sistemas de armamento de Into the Breach es que muchas armas combinan distintas características. Por ejemplo, las unidades de artillería pueden ganar una habilidad por la cual generan una cortina de humo en la casilla opuesta a la dirección del disparo, y si una unidad Vek cae dentro de esa casilla perderá su posibilidad de ataque al ser cegada por el humo. Este tipo de combinaciones ayudan a dotar a Into the Breach de un sinfín de posibilidades estratégicas y tácticas, siempre al alcance del jugador que sepa hacer buen uso de ellas.

Además, en cada escenario de combate hay que estar atento toda otra serie de modificadores. En primer lugar, en cada escenario se nos brindaran una serie de objetivos puntuales, tales como proteger edificios clave, matar una cierta cantidad de Vek, o recuperar pods con armas y pilotos que llegan del futuro. En segundo lugar, los distintos escenarios pueden venir acompañados de distintos efectos ambientales, tales como zonas inundables, tormentas de rayos o derrumbes, que modifican de manera dinámica las reglas de cada enfrentamiento. Finalmente, la propia naturaleza del enemigo va mejorando junto con nuestras capacidades, con nuevas unidades Vek capaces de realizar ataques de área, generar bombas o escabullirse tras recibir daño.

Si logramos superar todas las batallas que nos ofrece cada región, accederemos a una suerte de mini-boss final. Al derrotarlo, la región se considerará segura y tendremos un pequeño respiro en el cual podremos invertir nuestros puntos de intercambio en nuevas armas, equipo y reactores, antes de saltar a la siguiente serie de desafíos. Los sistemas de los mechs en Into the Breach funcionan de manera similar a la nave de FTL, cada mech dispone de una cantidad de energía limitada que sirve para habilitar el uso de las distintas armas y capacidades. La energía es siempre un recurso escaso en Into the Breach, por lo cual tendremos que pensarnos muy bien cómo utilizar cada punto. Dependiendo del estilo de juego, tal vez valga más la pena volcar todos nuestros recursos en un solo mech, dejando a los otros dos relegados a un rol de soporte. O, por el contrario, tal vez sea más conveniente distribuir los puntos de energía de manera equilibrada.

En resumen, Into the Breach es un juego de apariencia pequeña, pero que esconde una inmensa complejidad táctica en cada uno de sus pequeños escenarios de 8×8. Lo más interesante de este juego, es el balance logrado entre las decisiones tácticas inmediatas y aquellas que afectan el largo plazo. Existirán ocasiones en las cuales sea imposible salvar a nuestros mechs, a los edificios y a los distintos lugares de interés de cada escenario, por lo cual nos veremos obligados a sopesar nuestras opciones y a decidir cómo es mejor perder. Into the Breach está lleno de escenarios donde no es posible la victoria, a lo Kobayashi Maru (referencia Trekkie, lo siento…). Pero el gran logro de la gente de Subset Games es que esta naturaleza cruel del juego no lo vuelve más frustrante, sino más interesante. Una pequeña derrota hoy, si jugamos bien nuestras cartas, puede transformarse en un gigantesco triunfo mañana.

Para finalizar, nos resta hablar del apartado audiovisual de Into the Breach. En estas líneas no hay mucho que agregar. Into the Breach es un juego gráficamente simple, con un conjunto de prestaciones técnicas que tal vez no estarían fuera de lugar en la era de la Super Nintendo. Los diseños de las unidades y los Vek son simples, y sus animaciones prácticamente nulas, al punto de que no hay diferencias gráficas en las unidades de acuerdo a que armamento tengan equipado. Pero a pesar de su estilo simple, o tal vez gracias a él, Into the Breach cuenta con la ventaja de ser un juego extremadamente claro y que transmite información al jugador de forma precisa y certera. Nunca en Into the Breach erraremos un ataque porque la interfaz de usuario nos comunicó de manera defectuosa la posición de un enemigo o de nuestras unidades. En ese sentido, y una vez más, la simplicidad de Into the Breach termina transformándose en un enorme punto a favor. El apartado sonoro, por otro lado, es igualmente efectivo. Los efectos de sonido son extremadamente limitados, pero la banda musical es muy buena, y acompaña de manera excelente la sensación de urgencia y velocidad que permea a cada elemento del juego.

Si FTL fue la gran carta de presentación de Subset Games al mundo, Into the Breach es su opera prima. Estamos ante un juego que toma los mejores elementos de su antecesor y del genero roguelike en general, y que con esos elementos construye algo nuevo, excitante y extremadamente adictivo. Into the Breach es tal vez uno de los mejores juegos de estrategia de la última década, si no el mejor de todos ellos. Estamos ante un gigante envuelto en un paquete pequeño. Un auténtico clásico moderno.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Subset Games.

Into the Breach – Review
Gameplay100%
Gráficos75%
Música y Sonidos85%
Lo bueno:
  • Adictivo ciclo de gameplay roguelike
  • Excelente interfaz de usuario que no deja nada librado al azar
  • Profundidad estratégica sorprendente para un juego tan “pequeño”
Lo malo:
  • Nada
100%Nota Final
Puntuación de los lectores: (5 Voto)
73%

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