Las dos primeras entregas de la saga Dungeons, obra del estudio alemán Realmforge, pasaron mayormente desapercibidas para la mayoría de los usuarios de PC. Tal vez esto se deba a una primera entrega algo débil, que caía con demasiada pesadez en el homenaje a su principal inspiración (La emblemática franquicia Dungeon Keeper), pero que no lograba un nivel de refinamiento similar. Su secuela, Dungeons II, fue algo mejor recibida, pero para ese entonces ya la idea de un “sucesor espiritual” para Dungeon Keeper había desaparecido el radar de la mayoría de los aficionados al género.

Sin embargo, a pesar de su éxito moderado a nivel financiero y crítico, Realmforge no tira la toalla y regresa con una tercera entrega de Dungeons: Dungeons 3. En este caso, se nos ofrece todo un nuevo continente para conquistar, una campaña generosa con 20 misiones en total y un nuevo personaje principal para liderar a las fuerzas del mal. Lo que no aparece en Dungeons 3 es la sensación de que esta entrega haga algo diferente con respecto a sus antecesores, o con respecto a su venerable ancestro espiritual.

La narrativa de Dungeons III es sencilla y no da lugar a un análisis demasiado denso. Aburrido tras su conquista total del continente, el Avatar del mal (protagonista de los primeros juegos) busca nuevas tierras para sumar a sus amplios dominios. Imposibilitado de cruzar el vasto océano, el mal envía a una sombra con su esencia en la búsqueda de un nuevo huésped para la maldad. Este huésped es Thalya una elfa oscura, hija adoptiva del paladín y héroe de esta nueva tierra, quien presenta la clásica dualidad entre el bien y el mal. La historia de Dungeons 3 es tonta, acartonada y para nada memorable, pero por suerte el juego entiende esta realidad a la perfección y los acontecimientos nunca son tomados con demasiada seriedad. Apelando constantemente al sentido del humor.

El problema con este último elemento, es que el sentido del humor presente en el juego es mediocre, anticuado y poco inteligente. El narrador se la pasa haciendo chistes bobos y referencias que rara vez sacan alguna sonrisa. Al igual que pasa con otros juegos que intentan apelar al humor de forma similar, los guionistas de parecen confundir la simple referencia a algo con una nota de humor bien puesta. En Dungeons 3 vamos a encontrar referencias a todo: videojuegos, series, películas, cómics, referencias meta, y el poco elegante golpe bajo al propio Dungeon Keeper (¡Al que este juego le debe tanto!). Francamente, por momentos me daban ganas de experimentar el juego con el sonido apagado.

Afortunadamente, la faceta jugable de Dungeons 3 sale mucho mejor parada. Cada misión y cada partida escaramuza o multijugador del juego se dirime en dos niveles. Bajo tierra nos dedicamos a expandir y construir nuestra mazmorra. La forma en que esto se lleva a cabo se revelará como completamente natural para cualquier aficionado a esta saga o al viejo Dungeon Keeper. Tenemos pequeños sirvientes (los nimios) que se dedican a escarbar la tierra, recolectar recursos y construir habitaciones. Dichas habitaciones nos dan acceso a las distintas capacidades de la mazmorra, tales como almacenar alimento y oro, reclutar unidades, invocar demonios, construir puertas y preparar trampas letales para los eventuales invasores.

Las mecánicas de construcción de mazmorra que laten en el corazón de Dungeons 3 son perfectamente adecuadas, y la gran variedad de salas, tropas, trampas y puertas nos dan muchas opciones a la hora de diseñar el entramado de nuestro territorio subterráneo y optimizarlo para la defensa. En cada partida, y tras un eventual periodo de tiempo, héroes de la superficie invadirán la mazmorra, y contar con las defensas adecuadas asegurará la supervivencia de Thalya y sus lacayos.

La segunda faceta que presenta Dungeons III viene dada por el mundo de la superficie. Aquí el juego funciona de una manera más similar a un RTS clásico. Tras elegir un puñado de unidades para transformarse en nuestro grupo de ataque, podemos enviarlas a la superficie a atacar las posiciones de los héroes del reino. El mundo de la superficie por lo general cumple un puñado de funciones esenciales. En primer lugar es el escenario de la mayoría de los objetivos durante la campaña, de manera que preparar ataques bien planteados será vital para lograr el triunfo. Pero además el mundo de la superficie nos da acceso a dos recursos alternativos en la forma del maná y el odio. Estos recursos nos permiten lanzar hechizos sobre el terreno (ya sea en la superficie o en la mazmorra) y reclutar unidades avanzadas tales como criaturas demoníacas o infernales.

Lamentablemente, la variedad de estrategias que podemos plantear en el mundo de la superficie no es demasiado profunda. El manejo de las tropas y los movimientos en el mapa de campaña no entrañan demasiada complejidad, y más allá de algunas tácticas básicas (como asegurarse de enviar una unidad capaz de curar a nuestras criaturas), los amantes de la estrategia en tiempo real no van a encontrar aquí demasiado para hincar el diente.

A pesar de esta relativa simplicidad de los aspectos del juego en el mundo de la superficie, la campaña de Dungeons 3 aún encuentra maneras de plantear misiones desafiantes y complejas, que obligaran al jugador a prestar atención a distintos eventos (tanto en la superficie como en la mazmorra) o a lidiar con contadores de tiempo y mecanismos similares. En este aspecto, Dungeons 3  parece haber aprendido muy bien de Dungeon Keeper, y la campaña realmente brilla cuando aparecen los mejores elementos del diseño de misiones.

Gráficamente, Dungeons 3 es un juego sencillo, el estilo gráfico de la mazmorra recuerda mucho (¡muchísimo!) a Dungeon Keeper, tanto en lo referido a la estructura de las propias construcciones como en pequeños detalles que hacen al mundo del juego, evidenciados en los distintos comportamientos de cada criatura y la forma en que nos hacen saber sus exigencias. El mundo de la superficie, por otro lado, es algo menos inspirado. Al punto que el propio juego bromea llamándolo “reino genérico de fantasía” en varios momentos. Tal vez la inspiración más obvia para el diseño gráfico de esta faceta del juego es la franquicia Warcraft, ya que muchos mapas parecen sacados directamente de Warcraft III.

En cuanto al sonido, Dungeons III no hace demasiadas cosas destacables. El trabajo de voz del narrador y de Thalya es adecuado, pero se ve ensombrecido por un pobre guión y los ya mencionados magros intentos de humor. Los efectos sonoros son adecuados, sin plantear nada novedoso, y la banda musical acompaña sin desentonar demasiado.

Además de la campaña, el juego ofrece la posibilidad de jugar partidas escaramuza con distintos objetivos. Se incluye además, la opción de jugar una partida “infinita” para quienes disfrutan de diseñar la mazmorra, preparar trampas y ver como los incautos héroes son aplastados y achicharrados por ellas. También aparece un elemento multijugador que enfrenta a dos amos de la mazmorra en una carrera por acumular más “maldad”, pero lamentablemente este modo cuenta con poca variedad y pocos mapas.

En definitiva, Dungeons 3 es un juego adecuado, si bien no hace cosas demasiado diferentes a lo visto en Dungeons II. Ya aquel juego había logrado, al menos, convertirse en un sucesor espiritual digno del emblemático Dungeon Keeper. Esta nueva entrega no desentona en este aspecto, y sin dudas tiene la capacidad de ofrecer varias horas de diversión a los aficionados al género, en especial gracias a su campaña para un jugador. Lamentablemente, otros elementos accesorios al juego empañan la experiencia, siendo destacable entre todos ellos el pobre guión de la campaña y los casi patéticos intentos de humor presentes en el juego.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Kalypso Media Digital/Realmforge Studios.

Dungeons 3 – Review
Historia55%
Gameplay75%
Gráficos70%
Música y sonidos65%
Multijugador50%
Lo mejor:
  • Un buen homenaje a la “fórmula Dungeon Keeper”
  • Buen diseño de campaña
  • Buenos elementos en la faceta de construcción de mazmorra
Lo peor:
  • Pobres elementos RTS en el mundo de la superficie
  • Horrible sentido del humor
  • Multijugador con pocas opciones y variedad
65%Nota Final
Puntuación de los lectores: (2 Votes)
90%

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