Los simuladores de situaciones cotidianas, que no involucran pilotar un F-22 Raptor para asesinar a un pueblo entero ni correr a 200km/h en una pista profesional, han sido un sub-género bastante prolífico durante los últimos años, entregando tanto cosas realmente olvidables como maravillas inesperadas que nos hacen volverlos a jugar una y otra vez.

Car Mechanic Simulator 2015 es la segunda entrega de una serie que promete recrear la experiencia de taller lo más profundamente posible, y de cierto modo, lo logra. Se trata, principalmente, de un juego de administración y puzzles, en donde podremos atender y, prácticamente, desarmar en su totalidad a cada vehículo que nos caiga en las manos.

Los modelos de los vehículos, como sus tripas, son diseños genéricos representativos de las partes reales que componen a los diferentes sistemas, distribuidos en grupos más reconocibles como motor, tren delantero, suspensiones independientes, tren trasero, y carrocería. En cada uno de estos grupos deberemos sumergirnos para encontrar la pieza que hace falta reemplazar, la cual será fácilmente identificable en los primeros vehículos -marcadas en la lista del trabajo y con exceso de óxido en el coche- y más adelante, con un poco más de mañas que requerirán de nuestros conocimientos y algunos análisis para encontrarlas, tanto por observación como por medios electrónicos.

Para agregarle variabilidad a la experiencia, Car Mechanic Simulator 2015 presenta distintos tipos de vehículos con distintos tipos de motores. Autos compactos modernos con motores a inyección, pasando por vehículos más grandes, con diferentes prestaciones, o clásicos V8 a carburador, hasta super autos (estilo Ferrari) con la más exigente de las tecnologías.

La progresión de nivel inicial es bastante lenta y frustrante, porque todo lleva demasiado tiempo. Muy lentamente sacaremos tornillos y partes del auto de turno, y para volver a ensamblar, luego de quitar capa tras capa de diferentes estructuras hasta alcanzar el objeto deseado, para volver a pasar incontables segundos simplemente apoyados sobre el botón izquierdo del mouse. Pero todo ese esfuerzo paga con creces al ir incrementando nuestro capital de respaldo y nuestros puntos de experiencia.

Por suerte, al ir avanzando y solucionando distintos trabajos, el juego no sólo acrecentará en desafío, sino que nos permitirá mejorar aptitudes y herramientas de nuestro taller, y así es como podremos desatornillar más rápidamente, detectar fallas más rápidamente, y utilizar scanners dedicados para resolver problemas sin demasiada investigación. Para ciertas piezas podremos también desarrollar habilidades de reparador, para gastar menos dinero y generarle un mayor beneficio a los clientes.

Los gráficos y la gran variabilidad de vehículos son un gran soporte para que la experiencia no caiga en lo repetitivo. Hay mucho detalle y diferencias en cada uno de los automóviles que entrarán a nuestro garage, y a pesar de no contar con gráficos realistas cuando los empezamos a destripar, su intención educativa lo hace una experiencia por demás agradable. Es un juego que obliga un poco al conocimiento previo de los detalles de este rubro, pero que también puede servir como guía práctica para quienes quieren ir aprendiendo.

Quizá el mayor problema, para los que conocemos de vehículos y sus repuestos, es la falta de términos más cercanos a nuestro castellano, para que no tengamos que adivinar que un “cojinete de embrague” es, en realidad, el ruleman de empuje, o una “barra contraladeo de enlace frontal” sería mucho más fácil de encontrar si nos dijeran que se trata de una bieleta de tren delantero. La gran mayoría de las veces los identificaremos a simple vista, y basados en un poco de conocimiento general de vehículos, sabremos cual es la falla en que resultarían al estar dañados, pero en la búsqueda de los repuestos mediante la página web, siempre tendremos que andar chequeando si en realidad era la pieza que buscábamos o algo que tiene un nombre parecido.

Lamentablemente, la experiencia se ve manchada por varios errores de interfaz que complican la dinámica de trabajo. El puntero del mouse vive encaprichado en volver automáticamente al centro de los menúes, cada vez que queremos quitar o colocar una pieza, volviéndose un ejercicio irritante en pocos minutos. Es la mecánica más importante de todo el juego, ya que muy orgánicamente nos adaptaremos a los distintos “gestos” que nos permiten desarmar y desatornillar, y es la que más se sufre. Algunos errores de traducción también atentan a la par de los nombres técnicos que muchos de nosotros ignoramos, empeorando más la situación.

Finalmente, la música es prácticamente un ataque a nuestra paciencia. En un juego donde hace falta mantener la atención para encontrar y resolver problemas, y donde definitivamente no es importante tener una banda sonora que acompañe, tener esta selección de temas de música electrónica europea que no acierta una melodía ambiental de soporte, es un gran atentado a la experiencia. Realmente es aconsejable bajarle todo el volumen y simplemente apreciar el correcto catálogo de efectos de sonido, antes que sea ese elemento tan irrelevante lo que nos haga retirarnos de la simulación tan bien lograda.

Car Mechanic Simulator 2015 es un juego con mucho trabajo en entregar una experiencia detallada pero que le falta un poco de lustre en cuanto a la dinámica. Tener que hacer decenas de trabajos antes de siquiera conseguir mejoras básicas para emparejar el balance es casi como invitarnos a abandonar, pero lo vale, una vez que llegamos a acostumbrarnos y reconocemos los problemas más comunes a resolver. Obviamente, no es un juego para cualquiera, pero cumple con lo que busca representar, y es de lo mejor de este tipo de simulaciones.

Car Mechanic Simulator 2015 - Review
Gameplay70%
Graficos80%
Música y Sonidos70%
Lo bueno:
  • Gran profundidad de simulación
  • Gráficos detallados.
  • Completa experiencia de taller
Lo malo:
  • Lenta progresión
  • Insoportable banda sonora
  • Algunos problemas de control de interfaz
75%Nota Final
Puntuación de los lectores: (11 Votes)
69%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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