Blackhole – Review

Desarrollado y publicado por el grupo Indie FiolaSoft Studio, Blackhole es un juego de plataformas en 2D con gran foco en rompecabezas, comedia y ciencia ficción. La historia se centra en un grupo de personas en una extraña misión a bordo de una nave espacial. El grupo cuenta con numerosos expertos en sus tareas, un valiente capitán y una inteligencia artificial con aparente voluntad propia. Cuando la IA desobedece las órdenes del capitán en medio de una peligrosa misión cerca de un agujero negro, la nave queda destruida y la tripulación perdida en medio de una Entidad.

Esta Entidad es un espacio particular dentro del universo donde no se siguen las mismas reglas de la física que seguimos en la tierra, y ahí es donde entramos nosotros: un humilde cafetero.

Bastardeado y denigrado por el resto de la tripulación por ser «el chico del café», deberemos reparar la nave siguiendo la ayuda de la Inteligencia Artificial que por algún motivo, fue trasladada a una PDA que tendremos siempre con nosotros. La IA sirve como pie para el humor principal del juego, quien nos contara chistes, nos pondrá música, nos recordara que debemos escapar pronto de la Entidad antes de morir de sed y nos explicara que para reparar la nave, no solo deberemos encontrar las partes extraviadas sino también coleccionar «Selfburns», pequeñas piezas con nanobots capaces de adaptarse, recargarse y reparar lo que necesitemos.

Las mecánicas del juego son extremadamente sencillas: Podemos saltar y movernos como en cualquier otro juego de plataformas en 2D, con la particularidad que al tocar un piso iluminado, la gravedad cambia y el mapa gira. Si bien es una mecánica sencilla que a lo largo del juego se ve mejorada con trampas para esquivar, habilidades para romper puertas, desactivar mecanismos o láseres e inclusos bosses, la dificultad principal del juego pasa por los rompecabezas.

El juego no presenta niveles capaces de ser completados en pocos segundos. Cada rompecabezas puede llevar sus buenos 10 o 15 minutos, e incluso más. Cada nivel tiene un mínimo de Selfburns para ser recolectados antes de poder «salir» del nivel, pero la idea es recolectar todos (4, 5 o más según la longitud del mapa). Recolectar todo es extremadamente complejo, requerirá muchísimo pensamiento y habilidad y esto es lo que suma muchísimas horas al juego.

Al recolectar suficientes Selfburns y partes podremos ir activando portales hacia otras dimensiones, que sirven no solo como un cambio de entorno sino también como base para ir rescatando o encontrando a miembros de la tripulación, quienes nos compartirán sus experiencias o habilidades para seguir progresando en la historia principal.

Cada miembro de la tripulación e incluso la IA tiene su propia personalidad. Algunos se están volviendo locos debido a la circunstancia, otros están molestos, otros nos compartirán sus pensamientos filosóficos sobre qué pasaría si tuviésemos un coeficiente intelectual negativo, pero todos están de acuerdo que somos simplemente «el chico del café» y no esconderán su tristeza al encontrarnos a nosotros y no a otro miembro de la tripulación. A modo extra, los entornos cuentan con cajas negras con grabaciones sobre la historia, los inicios de la misión, las conspiraciones, chantajes y otras perlitas extras que nos servían para descansar de los desafíos y conocer un poco más la historia.

En cuanto a su visual, el juego no se lleva ningún mérito, pero el apartado visual cumple su cometido: el presentar un juego de plataformas en 2d con diferentes entornos: Junglas, librerías alienígenas, naves espaciales, etc. A nivel sonoro, por el contrario, Blackhole se lleva todos los galardones. El voice acting es simplemente excelente, todos los personajes están bien definidos por un estilo de personalidad única, todas las situaciones son absurdas y de todo se hacen chistes, en especial de nosotros mismos.

Es posible estar escapando de lava mientras otro miembro nos cuenta como lamenta no tener una cámara para subir el momento a YouTube, intentar supera un desafío mientras un boss se nos ríe en la cara, y la «ayuda» constante de la IA que nos invita a pensar un poco más antes de morir tan seguido.

Blackhole es ideal para los fanáticos de los juegos de plataformas en 2d. Los desafíos son complejos y los momentos frustrantes se ven opacados con el nivel de humor constante que el juego ofrece. Es sin lugar a dudas un juego recomendado, aun con su falta de modo multiplayer o cooperativo.