Cuando uno se dedica a revisar cientos de periféricos al año, ciertos ejemplares de altísimo nivel hacen sentir que no puede existir nada superior, brindando comodidad, calidad y prestaciones como si se tratara de la opción definitiva dentro de su zona de confort. Después llegan ejemplares como el SteelSeries Arctis 7 y demuestran que siempre se puede ir un paso más allá, sin la necesidad de agregar cosas innecesarias, sino implementando soluciones que creíamos que no nos hacían falta hasta que las tuvimos a mano, y mejorando aún más los aspectos que siempre solemos destacar de los mejores periféricos.

El show comienza desde el packaging, que ya desde fuera se presenta como algo particular, alejándose de los amarillos, azules y negros que la mayoría de las marcas ofrecen como elementos de una búsqueda visual muy particular. SteelSeries decidió decorar a esta caja con formas irregulares, con rojos, verdes y azules entrelazados entre grises y negros, donde definitivamente las formas puntiagudas contrastan con fuerza, pero de manera elegante, para destacar el suave diseño de la foto del Arctis 7.

En el frente se leen las características más básicas, pero de absoluta importancia de este headset, como la conectividad wireless por WiFi de 2.4Ghz que promete una experiencia libre de lag, la inclusión del sistema DTS:X, y la mención del sistema de balance de chat de juego del que hablaremos más adelante.

Al separar la caja de duro cartón en sus dos partes nos encontramos con fondos de dos colores (verde y rojo) que continúan con la experiencia visual, y en la parte inferior, una cuna plástica de gran calidad que contiene al headset sin posibilidades de movimientos erráticos dentro del páckaging. Por debajo, otra caja de menor tamaño que resguarda a los demás accesorios, siempre cuidando de no interferir en la experiencia a menos que el usuario lo pretenda.

El Arctis 7 viene acompañado del cable USB-miniUSB de carga y conexión, un cable plug para el uso en dispositivos móviles u otro tipo de equipos de audio, y el obligatorio emisor de conexión USB, que como se mencionó, funciona mediante conectividad WiFi, al igual que la primera serie de gamepads de Xbox One.

El software que la marca preparó para el headset no es de uso obligatorio, sobre todo porque no cuenta con artilugios de retroiluminación RGB ni nada por el estilo, pero si ofrece un acceso más amigable a la funcionalidad DTS:X, los diferentes presets de ecualización, un control manual de la compresión dinámica (que permite ajustar a gusto las diferencias entre volúmenes para encontrar el punto más placentero de experiencia), y finalmente, retroalimentación de micrófono para los que gusten monitorearse al estar hablando.

Prestaciones

Auricular con diseño ligero con acolchado exclusivo AirWeave Audio sin retraso y sin cables Sonido envolvente 7.1 Headphone: X de DTS (sólo en Windows)

Auricular

Diámetro : 40 mm Frecuencia de respuesta : 20-20000 Hz Impedancia : 32 Ohm Sensibilidad : 98db

Micrófono

Frecuencia de respuesta : 100Hz – 6500Hz Sensibilidad : -48 db Captación de audio : Bidirectional

Compatibilidad

Pc (USB DTS Headphone:X) / PlayStation 4 ( Wireless via USB) MAC ( Wireless via USB ) Xbox One ( 3.5 mm analog.) VR ( USB / 3.5 mm) Móvil ( 3.5 mm )

Conexión

Tecnología de conectividad: Alámbrico/Inalámbrico 3.5 mm / 2.5 mm USB / Interfaz de receptor inalámbrico: USB Bluetooth

Longitud de cable

1.2 m

Más allá del atractivo visual, de suaves formas, gran combinación de diferentes tonos de grises, y una vincha tapizada con el motivo que acompaña a la caja, pero también en tonos sobrios, lo más deslumbrante en un primer encuentro es su poco peso, con un total de 376 gramos que lo ubica a 12grs. por debajo del Corsair Void, y prácticamente 150grs. menos que la mayoría de los headsets wireless del mercado.

Su tamaño reducido en relación a otros dispositivos de este tipo también es un punto a favor, ya que se encuentra más cerca de pertenecer a las formas de los auriculares cableados que al submundo de los que llevan baterías internas, seguramente por tratarse de una tecnología mucho más avanzada, que a pesar de no ocupar tanto espacio o pesar tanto como otros, de igual forma ofrece unas 24 horas de uso continuo, superando ampliamente a la competencia, tanto por la efectividad de la batería como por el uso de la tecnología WiFi, que requiere de mucho menos esfuerzo que el sistema Bluetooth.

Las almohadillas son livianas y el entramado de la tela utilizada permite una gran respiración para las orejas, lo que evita el característico calor excesivo generado al llevar estos dispositivos puestos durante largas horas de juego.

Todas las funcionalidades propias del headset, tanto para el sonido como para la grabación, se encuentran presentes en las carcasas de ambos drives. Por un lado, tenemos el control de volumen, el zócalo del cable microUSB tanto para la carga de batería como para la conexión directa, y plug de análogo. Del otro lado, el botón de encendido y el espectacular control de balance de chat. Con esta ruedita similar a la de control de volumen podemos decidir entre darle prioridad de volumen al juego o al que nos está hablando, de manera directa y sin requerir ningún tipo de configuración adicional, o siquiera el software dedicado. El truco está en que el headset se configura en el sistema operativo como dos dispositivos separados, uno para audio multimedia y otro para audio de comunicaciones, y lo que simplemente hace esta ruedita es subir y bajar los volúmenes oponiéndolos diametralmente.

En cuestión de sonido, el Arctis 7 no apunta a las exigencias del audiófilo obsesivo -porque sería algo impagable-, pero si cumple con los altos estándares de la alta gama de dispositivos de audio gamer. El sonido es claro y cálido, y gracias a la cantidad de controles en el software, es posible lograr una experiencia sin estridencias para poder aguantarlo durante largas horas. Los drivers son de 40mm construidos en neodimio, como se utiliza tradicionalmente, con una espectacular sensibilidad de 98dB y una respuesta de frecuencia de hasta 20,000 Hz. La calidad de sonido realmente no deja nada que desear frente a otras grandes propuestas y al presentar un gran nivel de insonorización, los resultados siempre son los óptimos.

Por el lado del micrófono, presentado mediante un brazo de caño de acero espiralado y con un mecanismo que permite retraerlo casi hasta dentro de la carcasa, nos encontramos -una vez más- con una propuesta efectiva pero limitada. El sonido siempre es claro y su gran ejecución permite que nos monitoreemos sin riesgos de quedar trabados en medio de una batalla entre nuestras palabras y el lago. Está ecualizado para cumplir con las frecuencias más acotadas de la media de las diferentes voces de la humanidad, pero no permiten ir más allá, buscando objetivos de mayor producción, sino que se ocupa tan solo de ofrecer una buena comunicación.

Este conjunto de propiedades, junto al excelente diseño y buen gusto visual, convierten al Arctis 7 en quizá el mejor headset del año, cumpliendo con todas las necesidades básicas del gamer actual, ampliando la oferta con una imposible de olvidar ruedita de balance de chat, y mejorando las experiencias de todos los otros headsets del segmento con una comodidad y calidad de construcción inauditas.

Los detalles malos (falta de retroiluminación, calidad de micrófono estándar) son tan solo mínimos detalles que bajo ninguna circunstancia bajan del podio a este excepcional dispositivo que está dejando un importante precedente para lo que se viene, que sin lugar a dudas terminará beneficiando aún más a los usuarios.

Este review fue realizado con un sample proporcionado por Steelseries.

Auriculares Steelseries Arctis 7 - Review
Diseño100%
Construcción 100%
Packaging100%
Sonido95%
Micrófono 95%
Software85%
Lo bueno:
  • Excelencia en diseño e innovación
  • Peso y tamaño justos
  • Control de balance de chat
Lo malo:
  • No presenta retroiluminación alguna (por más que sea innecesaria)
  • Micrófono muy al nivel de los estándares
98%Nota Final
Puntuación de los lectores: (19 Voto)
83%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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