Total War: Rome 2 no tuvo un lanzamiento feliz. Hace ya más de un año que Creative Assembly y SEGA sacaron al mercado su juego más esperado y las voces de agonía de los fanáticos de estrategia se hicieron eco a lo largo y ancho del internet. Rome 2 fue y sigue siendo un producto maravilloso en cuanto a lo técnico, un ejemplo paradigmático del poderío gráfico que solo puede alcanzarse en PC. Pero en todos los otros aspectos el juego fue una total decepción. A un grupo de decisiones de diseño incomprensibles o sencillamente mal aplicadas se le sumaba una Inteligencia Artificial incapaz de cumplir las acciones más sencillas. Y como frutilla del postre, una miríada de problemas técnicos que iban desde crashes aleatorios hasta perdida de juegos guardados.

Todo este patético escenario se vio incrementado por el triste rol cumplido, una vez más, por la prensa especializada. Sitios de renombre no dudaron en coronar a Total War: Rome 2 con notas altísimas y sellos de «Editor’s Choice». Si a eso le sumamos el increíble Hype generado por la campaña publicitaria previa y el viento de cola que tomó este juego al ser el sucesor del prácticamente perfecto Total War: Shogun 2, se explica como a pesar de ser el más vilipendiado de los juegos de la franquicia, Rome 2 fue también el más vendido.

Esto dejó como resultado una legión de gamers descontentos, dueños de un juego que les disgustaba y por el que habían pagado un buen dinero (60 dólares por el pre-order de la edición estándar). Para colmo al poco tiempo SEGA comenzó a anunciar los benditos DLC y pronto se descubrió que el contenido de los mismos ya estaba en los archivos del juego pero bloqueado, la rabia fue aún mayor. Si algo salvó a Rome 2 de la perdición absoluta fue la comunidad modder. Mods de rebalance y corrección de errores, como por ejemplo el “Radious Mod Pack”, le dieron vida a un juego que nació muerto.

Pero poco a poco Creative Assembly fue levantándose y saliendo del pozo. Parche tras parche, Rome 2 fue tomando forma del cascarón irreconocible que fue en su día de lanzamiento a un producto cada vez más decente. La presión de la comunidad no le permitió a CA dormirse en sus laureles y afortunadamente el estudió respondió como su propia historia se lo demandaba.

Ahora Creative Assembly da el golpe y nos trae Total War: Rome 2 – Emperor Edition. Y a diferencia de otras «Ediciones especiales», que están tan de moda en el barrio peasant últimamente, en este caso el paquete de mejoras llega de forma gratuita a todos aquellos que sean dueños de Rome 2 antes de su lanzamiento. Y para mejor, Emperor Edition viene con una intrigante campaña especial de regalo bajo el brazo. Esta es la forma que Creative Assembly tiene de decirnos «¡Perdonen chicos!»… ¿los perdonamos?

Rome wasn’t built in a day.

Empecemos por responder la pregunta más importante: las mejoras. Esta nueva edición presenta un extendido listado de mejoras, tweaks, agregados y rebalanceos que transforman el juego en varios aspectos y en muchos niveles.

En primer lugar hay una serie de rebalanceos y agregados interesantes al gameplay estratégico en el mapa de campaña. Si algo tenía de criticable la forma en que Rome 2 nos presentaba a su hermosa visión de Europa Clásica era la sensación de uniformidad en todos sus territorios. Conquistar distintas tierras no poseía un valor estratégico significativo más allá de destrabar diferentes tropas auxiliares. Creative Assembly se ha propuesto corregir este problema y para lograrlo ha diversificado la explotación de recursos en las provincias. Ahora en las provincias que generan determinado tipo de recurso específico (oro, aceite, granos, hierro, ambar, etc.) contaremos con asentamientos especiales con una nueva red de edificaciones destinadas a la explotación de dichos elementos. Además, estos recursos nos dictan la forma en la que es más conveniente desarrollar cada una de las provincias. De esta manera, será conveniente que una provincia que genera un recurso comercial (por ejemplo, el aceite) se transforme en una zona mercantil, mientras que una provincia que produzca hierro será mejor aprovechada si se la usa para el reclutamiento y equipamiento de tropas. Es un cambio interesante que le agrega una muy necesaria nueva dinámica al mapa de campaña.

En segundo lugar, hay también una serie de muy necesarios y bienvenidos cambios a la parte política del juego. Sin dudas esta faceta de Rome 2 era una de las más insulsas, intrascendentes y poco interesantes del juego base. Creative Assembly ha echado mano al molesto mecanismo de guerras civiles para aumentar la tensión en el escenario político y hacernos realmente pensar nuestras decisiones. Las guerras civiles, antes inevitables, ahora dependen de cómo manejemos el gravitas (importancia) y ambición de nuestros políticos y generales a lo largo del juego. Si favorecemos demasiado a nuestra familia, las familias contrarias se alzaran, envidiosas, en nuestra contra. Si por el contrario permitimos que un general de una familia rival amase demasiado gravitas ganando sucesivas batallas, tal vez esto también desemboque en una guerra civil.

Es necesario aprender a repartir bien la torta para tener a todos contentos, pero a la vez asegurarnos que ninguna familia se vuelva más poderosa e importante que el resto, lo cual se volverá cada vez más difícil a medida de que crezca nuestro imperium. A nivel gameplay esto se traduce en que se vuelve primordial prestar especial atención a que generales usaremos en el mapa de campaña y como procedemos a la hora de tomar decisiones durante los eventos al azar que surgen de vez en cuando. Si no logramos balancear bien la importancia de cada una de las distintas familias que componen el senado, tarde o temprano nuestros compatriotas se alzaran contra nosotros por despecho o ambición. Es un cambio más que bienvenido y que agrega una interesante capa de complejidad extra al juego.

Los cambios más importantes los encontraremos a la hora de enfrentar los combates en tiempo real. Aquí parece ser que Creative Assembly le ha prestado atención al buen recibimiento de algunos de los más importantes mods de la comunidad y se han realizado varios cambios que van en dirección de acercarse a lo logrado por los modders. En primer lugar resta decir que la IA ha mejorado enormemente con relación a lo que era al momento del lanzamiento oficial de Rome 2, aunque aún quedan algunos momentos de estupidez donde la IA parece no saber gestionar del todo bien sus tropas, en especial cuando nos enfrentamos a múltiples ejércitos y durante los asedios. El más significativo cambio en la arena de combate viene dado por un completo overhaul del sistema de moral de las unidades. Ahora nuestros soldados ya no huirán como conejitos asustados al primer indicio de posible derrota, sino que aguantaran más firmemente el terreno, dándonos tiempo para movilizar nuestro ejército a cubrir flancos que estén en desventaja u organizar autenticas incursiones de flanqueo con la caballería. Las unidades montadas mismas han ganado en importancia, ya que la IA ahora maneja mucho mejor a las unidades de ataque a distancia y es necesario un control preciso de nuestras fuerzas ecuestres para contrarrestarlas. El resultado final es que tenemos batallas que se desarrollan más lentamente, duran más tiempo y dejan espacio para una mejor gestión por parte del jugador de las distintas unidades del juego.

Resumiendo, los cambios son positivos, y ayudan a hacer de Rome 2 un juego mucho más completo, complejo y entretenido. Aún quedan algunas cosas sin solución, y a esta altura del partido es poco probable que se aplique solución alguna, pero en el balance general el trabajo de Creative Assembly durante estos doce meses ha sido positivo, y la Emperor Edition es una excelente coronación para esta labor. Sigue siendo una lástima la patética forma en que SEGA y CA lanzaron Rome 2 al mercado en 2013, pero al menos hay que reconocerles que escucharon a la comunidad y resolvieron la mayoría de los problemas.

Ave, Caesar!

El otro gran componente de la edición imperial es la campaña llamada Imperator Augustus, que funciona en cierta forma como una pseudo-secuela para la campaña Caesar in Gaul que fue lanzada como DLC anteriormente. La narrativa nos arroja de lleno en los conflictos tras el asesinato de Julio César a manos de Bruto y los demás cesaricidas en el senado Romano. Tras la muerte del tirano se generó en Roma un importante vacío de poder, y tres hombres emergieron para llenarlo: Cayo Octaviano, Marco Antonio y Marco Emilio Lépido, quienes gobernaron en conjunto bajo la institución del segundo triunvirato romano. Octaviano era el sobrino e hijo adoptivo de César y fue a este joven a quien el dictador romano le dejo toda su herencia. Marco Antonio por su lado era en esa época uno de los políticos y militares más influyentes de la república, mientras que Lépido era el tercero en discordia, ocupando un lugar inferior con respecto a sus compañeros de triunvirato.

La acción nos sitúa en los comienzos del conflicto y podemos afrontarla de distintas maneras. Por un lado tenemos las facciones romanas, que son cuatro: La Roma de Octaviano, con sede en la Ciudad Eterna y dominios en toda Italia y la Galia; La Roma de Antonio, anclada firmemente en el mundo griego y con los ojos puestos en Egipto (Y Cleopatra); La Roma de Lépido, con sede en Hispania y el norte de África; y la Roma de Sexto Pompeyo, hijo de Pompeyo Magno y enemigo del triunvirato, con sede en las islas del Mediterráneo occidental. Por otro lado disponemos de la opción de ponernos al frente de alguna de las facciones periféricas, como Partia, Egipto, los icenos o los armenios (una nueva facción jugable), con el objetivo de aprovechar el conflicto interno de la república romana y sacar tajada en forma de riquezas y conquistas.

La campaña cubre uno de los periodos más interesantes de la historia romana, y se nos presenta la opción de intentar repetir la historia llevando a Cayo Octaviano a convertirse en César Augusto, primer emperador de Roma. O bien cambiar los hechos con cualquiera de las otras facciones. Además, esta es una campaña que se beneficia enormemente de los cambios a la arena política en el juego, presentándonos una narrativa coherente que da lugar a que armemos nuestras propias historias en torno al conflicto. Resta decir que los líderes de las facciones en este caso no pueden morir, y de caer en combate solamente resultaran heridos.

Con la importante característica de ser gratuita para los dueños de Rome 2, esta campaña es un gran agregado al paquete de expansión, y debo decir que es una de las campañas auxiliares de la saga que mejor me cayeron. Imperator Augustus rivaliza con la Gran Campaña en cuanto a alcance y sentido épico, pero con una narrativa más enfocada e interesante, anclada en uno de los periodos más trascendentales de la historia occidental.

Eternal City

No hay mucho para agregar en cuanto a lo técnico que ya no se sepa. Total War: Rome 2 es uno de los juegos técnicamente más elevados que existen actualmente en la industria, con efectos de partículas, clima, iluminación y terreno que no tienen igual en el género de la estrategia. Esta nueva edición viene también con una serie de retoques a la optimización del juego – especialmente en lo referido al uso de la memoria de video – que posibilitan el acceso a más frames por segundo con una maquina poderosa. Pero no hay que olvidar que este es un juego demandante, y hace falta hardware potente para experimentarlo al máximo. Por suerte, se ha agregado el tan esperado soporte para SLI.

En el aspecto sonoro, tanto la banda musical como el trabajo de voz en inglés son aceptables, pero el trabajo de voz en castellano es realmente muy malo, me ha dado la impresión de que el doblador que escogieron para Cayo Octaviano ni siquiera es hablante de español nativo.

Otros dos elementos que siguen presentes son el multiplayer y la integración con steamworks para los mods. El aspecto multijugador presenta las mismas opciones de siempre: podemos lanzarnos a afrontar, junto a nuestros amigos, alguna de las campañas (Imperator Augustus incluida), o bien saciar nuestra sed de estrategia con una rápida escaramuza. En cuanto a los mods, el juego sigue siendo tan fuerte como siempre en este aspecto, aunque actualmente vamos a atravesar una breve edad oscura mientras los distintos modders ajustan sus producciones a la nueva versión del juego.

Concluyendo, Total War: Rome 2 – Emperor Edition es en muchas formas el juego que todos esperábamos un año atrás. The Creative Assembly se ha tardado en pulir su producto, pero al menos ha respondido de forma positiva a las sugerencias y los reclamos de sus fans. Ahora si Rome 2 se merece las grandes loas que erradamente le otorgara la “prensa especializada” hace más de un año, y es que Roma no fue construida en un día.

Total War: Rome 2 Emperor Edition - Review
Gameplay90%
Graficos100%
Sonidos y música85%
Multiplayer85%
Lo bueno:
  • Grandes mejoras en casi todos los aspectos.
  • La campaña Imperator Augustus.
  • Visualmente, sigue siendo uno de los juegos más atractivos del mercado.
Lo malo:
  • Algunos problemas con la IA parecen no tener solución.
  • Pésimo doblaje de voz al español.
92%Nota Final
Puntuación de los lectores: (9 Votes)
86%

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