Clair Obscur: Expedition 33 – Review

El año 2025 ha empezado pisando fuerte con títulos como Monster Hunter Wilds, Split Fiction, Kingdom Come: Deliverance 2 o Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii, que destacan entre lo mejorcito hasta ahora. Sin embargo, todos ellos comparten un mismo denominador: pertenecen a sagas consolidadas o cuentan con el respaldo de grandes editoriales. En este escenario irrumpen Kepler Interactive (editor relativamente nuevo) y Sandfall Interactive (desarrollador nuevo y su primer juego) con Clair Obscur: Expedition 33.

Para quienes aún no lo conocen, Clair Obscur recupera la esencia de los RPG de la vieja escuela: combate por turnos, niveles lineales repletos de tesoros y secretos, y un mundo abierto que rivaliza con la amplitud de las mejores entregas de Final Fantasy. Pero lo que realmente deslumbra es su exquisito apartado artístico y su emocionante trama, que rinde homenaje a la elegancia y el glamour de la Belle Époque francesa.

La historia nos traslada a un mundo devastado por un cataclismo tan repentino como misterioso. Nadie conoce su origen, pero sus consecuencias resultan imborrables: continentes arrasados, millones de personas desaparecidas y el surgimiento de criaturas hasta entonces desconocidas. Sin embargo, lo más inquietante es la aparición de La Pintora, un enigmático ser que inscribe un número en un monolito visible desde cualquier rincón.

Cuando llega el día señalado, todas las personas cuya edad supere el dígito grabado desaparecen al instante, como si el chasquido de Thanos las borrara del mundo. Ante semejante amenaza, los últimos supervivientes organizan expediciones con un único objetivo: dar caza a La Pintora y detener su macabro poder antes de que condene definitivamente a la humanidad.

Al inicio de la aventura, Clair Obscur nos presentan Gustave y Maëlle, dos de los personajes principales. Es entonces cuando presenciamos el fatídico día en que La Pintora inscribe un nuevo número en el monolito, eliminando instantáneamente a todas las personas de 34 años o más. Impulsados por un fuerte sentido de urgencia, surge la Expedición 33, que al día siguiente zarpará hacia el monolito con la misión de derrotar a La Pintora. No obstante, este viaje desvelará secretos capaces de cambiar el mundo para siempre.

Imagen del Overworld sin Depth of Field

En las más de cuarenta horas que pasé en el mundo hecho por Sandfall Interactive, la trama fue lo que más destacó. Desde el inicio, la idea me atrapó, pero lo que de verdad me dejó sin palabras fue cómo cambió la historia al final. Sin dar datos que arruinen la sorpresa, el cambio fue tan de golpe que me agarro desprevenido, y esto lo digo en el buen sentido. Fue un giro fresco que rompió con lo que esperaba.

Hoy en día, cuando muchas tramas se ven venir, Clair Obscur se anima a ir más lejos. Aunque se puede adivinar algunos puntos, varios de los momentos clave me dejaron asombrado por su atrevimiento y por la profundidad emocional que conllevan.

Además de la trama principal, Clair Obscur incluye varias misiones secundarias que complementan la narrativa. Sin embargo, estas misiones resultan algo escasas y carecen de indicadores claros: si no las completas al momento y avanzas con otros objetivos, resulta complicado retomarlas, no por la dificultad de volver al punto de inicio, sino por tener que recordar dónde las aceptaste.

Otro elemento que enriquece la experiencia son los diarios de expediciones anteriores, repartidos por todo el mundo; cada uno ofrece una perspectiva distinta sobre cómo afrontaron sus desafíos. Por último, el título añade varios coleccionables: 33 fragmentos de música para reproducir en el campamento, así como una amplia variedad de aspectos y peinados para personalizar a los personajes.

Luego de completar el primer calabozo, el acceso al mapa mundial se desbloquea por completo y la aventura da un giro hacia la exploración abierta. A partir de ese momento, el juego nos invita a recorrer el mundo en busca de cofres ocultos, materiales raros y desafíos opcionales. La recolección de estos objetos nos permite obtener nuevas armas, mejorar equipamiento y desbloquear atajos para poder volver a zonas previamente recorridas.

Sin embargo, adentrarse sin precaución a los calabozos peligrosos o enfrentarse a las variantes cromáticas de los enemigos (variantes de los enemigos normales con ataques adicionales) puede resultar casi suicida en las primeras etapas, porque su daño es descomunal y supera con creces las defensas iniciales.

Inicialmente, la exploración de Clair Obscur progresa con cierta lentitud, forzándonos a recorrer el mundo gradualmente a pie. No obstante, conforme la historia avanza y se obtiene la capacidad de «volar», todo se transforma. De pronto, esos sitios que anteriormente parecían inaccesibles para nosotros se despliegan ante nosotros, incitándonos a descubrir lo que habían ocultado con temor. La percepción de libertad se expande, y junto a ella, el anhelo de continuar indagando hasta el extremo más remoto del mundo y descubrir todos los secretos que el mundo tiene para ofrecernos.

El combate, como mencioné al inicio de este análisis, es por turnos, con una dinámica que recuerda a los clásicos RPG de los años 90. Sin embargo, en mi opinión, se asemeja aún más a lo visto en Shadow Hearts de PlayStation 2. Para quienes no estén familiarizados, el sistema de combate de Clair Obscur incluye QTE (Quick Time Events), tanto al atacar como al defenderse. Al utilizar habilidades ofensivas, deberemos presionar un botón en el momento exacto para maximizar el daño; lo positivo es que el botón no varía, lo que hace que este sistema sea accesible y fácil de dominar.

Pero la defensa es donde el sistema se vuelve más exigente e interesante. Contamos con distintas formas de mitigar el daño enemigo: podemos esquivar los ataques antes de que nos impacten, lo cual suele ser relativamente sencillo debido a la generosa ventana de tiempo. También podemos bloquear, lo que requiere una mejor sincronización, pero si logramos bloquear todos los golpes de un enemigo, se nos recompensará con un potente contraataque.

Además, existen dos tipos de ataques especiales que no pueden bloquearse ni esquivarse de forma convencional. Para estos casos, deberemos saltar o ejecutar una técnica de bloqueo especial. Afortunadamente, estos ataques son fácilmente identificables gracias a marcadores visuales bien definidos. Y como si fuera poco, también podremos atacar durante el salto o desencadenar un contraataque especial si el momento lo permite.

Este sistema de combate logra mantenernos constantemente atentos, haciendo que cada enfrentamiento requiera concentración y reflejos. Y si bien es posible evitar todo el daño con suficiente habilidad, hacerlo de forma consistente, especialmente contra los jefes más agresivos, es un verdadero desafío.

Para enfrentarnos a la gran variedad de enemigos, nuestros personajes deberán volverse más fuertes a lo largo de la aventura. Para ello, el juego nos ofrece varias formas de incrementar sus capacidades. Lo primero a tener en cuenta es que cada personaje es único, con habilidades y armas propias, por lo que no existe un sistema de clases o trabajos intercambiables.

Todos los personajes pueden subir de nivel, y con cada nuevo nivel obtendremos 3 puntos para distribuir entre los atributos principales (Vitalidad, Fuerza, Agilidad, Defensa y Suerte), además de 1 punto adicional para desbloquear nuevas habilidades y 1 punto de Lumina. El sistema de niveles va del 1 al 99, y al llegar al máximo, podremos desbloquear todas las habilidades disponibles.

Cada personaje puede equipar un arma, y cada arma escala con dos atributos específicos. Esto significa que, si potenciamos los atributos adecuados según el arma equipada, podremos maximizar el daño infligido. Para evitar que el jugador se sienta penalizado por enfocarse en un solo estilo, el juego permite hacer un respec de los atributos mediante un objeto, lo cual incentiva la experimentación sin temor a equivocarse.

Como añadido, cada arma posee tres perks únicos que se desbloquean al alcanzar los niveles 5, 10 y 20 del arma. El sistema de mejora de armas es similar al de la saga Dark Souls: se pueden mejorar en tramos de niveles (1–3, 4–9, 10–19, 20–32 y 33), y cada tramo requiere un material diferente para poder realizar la mejora.

A diferencia de otros juegos del mismo género, Clair Obscur prescinde de los clásicos equipamientos como armaduras, cascos, guantes o botas. En su lugar, contamos con los Pictos, unos artefactos que podemos equipar, hasta tres por personaje. Cada Picto otorga una o dos estadísticas, como vida, defensa, velocidad o probabilidad de crítico, pero lo más importante es la perk que trae consigo. Tras participar en cuatro combates con un Picto equipado, desbloquearemos la perk para poder asignársela a cualquier otro personaje.

Aquí entra en juego otro sistema vinculado a los Pictos: la Lumina. A través de este sistema, podemos equipar perks a los distintos personajes, siendo el único límite la cantidad de puntos de Lumina disponibles. Estos puntos se obtienen al subir de nivel o encontrando objetos especiales durante la aventura. Si somos constantes, es posible desbloquear todas las perks para todos los personajes, aunque lograrlo será una tarea larga y exigente.

Los tres sistemas —armas, Pictos y Lumina— de Clair Obscur junto con el árbol de habilidades, nos permiten crear builds únicas para cada personaje. Para dar un ejemplo personal, yo utilicé a Lune como maga del grupo, especializándola en ataques de fuego. Le asigné habilidades de ese tipo, luego la equipé con un arma que potenciara el daño ígneo y cuyos perks reforzaran aún más ese elemento.

Finalmente, completé la configuración con Pictos y perks de Lumina que aumentaran el daño por fuego y la eficacia de los efectos de quemadura. Lo mismo puede aplicarse al resto del equipo, permitiendo explotar las fortalezas individuales de cada personaje para maximizar su rendimiento en combate. A mi parecer, el apartado gráfico no destaca tanto por la calidad técnica, sino por el diseño artístico que se muestra en pantalla. Me recuerda a lo que sentí al jugar Elden Ring: gráficamente no me pareció lo más puntero, pero el arte y los escenarios estaban en otro nivel. Bueno, eso mismo me pasa con Clair Obscur.

Pasando a aspectos más técnicos, Clair Obscur es relativamente exigente. Con un Core i7-12700 y una RTX 3070, pude mantener o superar los 60 FPS en 1080p durante casi toda la partida. Sin embargo, hay momentos —especialmente durante los combates— en los que se hace imposible sostener esa tasa de cuadros y las caídas de rendimiento se notan. Cabe aclarar que jugué con todas las opciones gráficas al máximo. Por otro lado, con una RTX 5060 Ti de 16GB y DLSS en Modo Calidad y el Smooth Motion de Nvidia se puede jugar a más 60-70 FPS, lo cual habla bastante bien del juego en cuanto a optimización en resoluciones altas.

Clair Obscur ofrece soporte para DLSS, XeSS y TSR, pero curiosamente no incluye FSR como método de escalado, lo me parece raro ya que es más popular que XeSS o TSR. Tampoco cuenta con Frame Generation, una tecnología que probablemente habría solucionado los problemas de rendimiento que encontré. A pesar de esos detalles, Clair Obscur funciona bien y se ve muy bien, pero como dije antes, no me impresiona tanto por su fidelidad gráfica, sino por la dirección artística, que está entre lo mejor que he visto en los últimos años.

La verdad es que la banda sonora del juego me dejó maravillado. Desde NieR: Automata no escuchaba una banda sonora que me sorprendiera de esta manera. Es impresionante lo que logró la compositora Lorien Testard, junto con la vocalista Alice Duport-Percier, en Clair Obscur. La mayoría de los temas son suaves y melancólicos, acompañando perfectamente el tono decadente del mundo y la importancia de la misión de la Expedición 33.

En muchas de las piezas se pueden identificar instrumentos como el piano, los violines o el chelo, mientras que en las composiciones más intensas o cargadas de tensión aparecen guitarras, tambores y bajos. Incluso hay temas únicos, como el de Monoco, donde el saxofón cobra el protagonismo. Cada pista es una obra de arte en sí misma, y realmente es un placer detenerse a apreciarlas.

Como si esto fuera poco, la actuación de voces en Clair Obscur también está a un nivel altísimo. Acá tengo que admitir que pequé y lo jugué con audio en inglés en lugar del francés, principalmente porque quería escuchar la interpretación de Gustave por parte de Charlie Cox (Daredevil), y la verdad es que estuvo impecable. Pero incluso las voces menos conocidas tienen una gran calidad: por ejemplo, Maëlle es interpretada por Jennifer English (Shadowheart en Baldur’s Gate 3), y su actuación es simplemente espectacular.

El único problema relacionado con las voces no tiene que ver con las actuaciones en sí, sino con el lipsync, que en varios momentos no se ajusta correctamente a las animaciones. Por suerte, desde Sandfall Interactive ya están al tanto del problema y prometieron corregirlo con el parche del día uno.

Como conclusión, puedo decir que lo que logró Sandfall Interactive no tiene nombre. Lanzar un juego de esta calidad siendo su primer título es simplemente sorprendente; no tiene nada que envidiarle a otros exponentes del género. Todo el conjunto —historia, combate, exploración, diseño artístico, banda sonora y actuaciones de voz— está trabajado con un nivel de excelencia que no se ve todos los días.

Ojalá más estudios apostaran por este tipo de proyectos tan ambiciosos y cuidados. Por un precio de US$ 49.99 USD para su Edición Estándar o US$ 59.99 para su Edición Deluxe (o su equivalente regional, sumado a un 10% de descuento hasta el 1° de mayo) o la posibilidad de jugarlo con Game Pass, Clair Obscur: Expedition 33 vale cada centavo y no tiene desperdicio alguno. Definitivamente es una IP con mucho potencial y esperemos que en el futuro podamos disfrutar de nuevas entregas con el mismo despliegue técnico y excepcional estándar audiovisual con relación a su precio.

Este review de Clair Obscur: Expedition 33 fue realizado con un código de prensa proporcionado por Kepler Interactive/Sandfall Interactive.