En los últimos años hemos asistido a un renacimiento del concepto de “Muerte Permanente” en el mundo de los juegos. Grandes producciones AAA como X-COM, o juegos independientes como Rouge Legacy nos han enfrentado a la realidad de perder a nuestros héroes de forma permanente. Y si bien las reglas varían entre un juego y otro, la sola posibilidad de llegar a un final definitivo para nuestros personajes siempre le agrega una cuota extra de tensión a los acontecimientos.

Massive Chalice, el juego de tácticas por turnos de Double Fine, se adhiere firmemente a esta filosofía. E incluso intenta llevarla a nuevos niveles. Estamos ante un juego donde la permanencia no esta adscripta al ser de nuestros héroes, sino a elementos más trascendentales y llamativos. En Massive Chalice es la sangre, el legado y la historia lo que nos permitirá arribar al triunfo, en una batalla épica de 300 años por la supervivencia.

The Forger of Matrimony

En Massive Chalice interpretamos el rol del gobernante inmortal de un reino que se encuentra bajo asedio por una misteriosa e incansable fuerza invasora conocida como La Cadencia. Apenas comenzar el juego, el titular “Massive Chalice”, una presencia mágica y misteriosa, nos informará del estado de la situación y acerca de los conceptos básicos que necesitaremos manejar para comenzar con la aventura.

Massive Chalice puede ser catalogado como un juego de tácticas por turnos (similar a la moderna versión de X-COM de Firaxis) envuelto en un simulador de eugenesia. Al igual que en el juego de Firaxis, al jugar Massive Chalice dividiremos nuestro tiempo entre dos escenarios diferentes. Por un lado, el escenario táctico nos planteara una serie de combates por turnos contra las distintas abominaciones que La Cadencia arroje contra los límites del reino. Por otro lado, en el mapa de gestión, nos encargaremos del de todo lo relacionado al desarrollo de nuestro reino en la lucha de 300 años contra La Cadencia. Lo novedoso en este caso, son las múltiples formas por las cuales ambas etapas del juego se relacionan, y la naturaleza finita de los héroes que lideraremos a la batalla.

Si bien nuestro personaje en Massive Chalice es inmortal, nuestros héroes no lo son. Sus expectativas de vida son tan cortas como las de cualquier humano, y ninguno de nuestros héroes iniciales vivirá para ver el fin de la larga guerra de tres siglos. Lo que es más, al sucederse las batallas en un intervalo de diez años aproximadamente, será muy raro usar al mismo personaje en más de dos o tres batallas. Es por eso que una de nuestras principales tareas en el mapa de gestión será la de dar forma a las futuras generaciones de guerreros que llevaran adelante la guerra contra La Cadencia.

El mecanismo para generar nuevos héroes es engañosamente simple, pero en el fondo esconde una complejidad muy interesante. Con cada nueva casa que fundemos, y cada nuevo matrimonio que forjemos se iniciara un nuevo linaje real. En gran medida, las características de este linaje serán lo que defina nuestra suerte en la campaña. Ya que no es la carne lo que pervive a las generaciones, sino la sangre y la historia de la familia.

Nuestros héroes están dispuestos en tres clases iniciales: Bárbaros, Cazadores y Alquimistas. Cumpliendo los estereotipos de tanque, daño directo y daño por área de efecto respectivamente. A grandes rasgos, estas clases definirán la naturaleza de nuestras progresivas generaciones de héroes. Si casamos a dos personajes de clase alquimista, sus hijos serán entonces alquimistas. Pero si casamos a un alquimista con un bárbaro, obtendremos una nueva clase que combine las fortalezas de sus progenitores. Como mencionamos, el sistema es simple en apariencia, pero sin embargo esconde características más complejas. Por ejemplo, además de la clase, nuestros personajes tendrán una serie de características físicas y de personalidad que los definen de manera individual. Un personaje puede, por ejemplo, ser de contextura atlética. Y por extensión sus hijos, al heredar sus genes, también serán atléticos. Lo que se traducirá en una mayor capacidad de movimiento en combate. Pero también puede ocurrirnos de tener algún personaje que sufra de cardiopatía, por lo que su esperanza de vida se verá acortada, y también la de su descendencia.

Todas estas características hacen de Massive Chalice un juego extremadamente variado en su faceta de gestión y estrategia a largo plazo. Muchas veces no tendremos suficientes héroes como para formar los matrimonios ideales, y la emergencia de la situación de guerra nos obligará a formar casas con un “pool” genético lejos de lo preferible. Pero como en el mundo real, no es solo lo dictaminado por el nacimiento lo que hace a un individuo, sino también sus acciones en vida. Y mediante hazañas en el campo de batalla los héroes pueden ganar nuevos niveles y habilidades que se traducirán en mayores ventajas para su descendencia.

El sistema, como vemos, es extremadamente complejo, interesante y divertido. Pero lamentablemente se ve entorpecido por una interfaz de usuario que se queda demasiado corta. No es que nos falte información en Massive Chalice, sino que esta información no esta presentada siempre de la mejor manera posible. Al tener que seguir tantas variables y tantos posibles resultados, es muy normal que perdamos constancia de quien esta casado con quien y que tipo de hijos están entrenando. En mí partida inicial, por ejemplo, descubrí demasiado tarde que mi reino no estaba produciendo alquimistas, y por lo tanto mi vanguardia de combate se quedó sin el muy necesario poder de fuego que aportan estos frágiles, pero flexibles luchadores.

Blood on the battlefield

Cuando no están funcionando como progenitores de futuras generaciones, nuestros héroes pueden ocupar otros roles diversos, tales como formar parte de un consejo de eruditos para acelerar el desarrollo del reino, o participar en la formación y entrenamiento de aprendices. Pero la función más importante que ocuparan nuestros guerreros será la de ocupar uno de los cinco puestos de La Vanguardia. Esta Vanguardia es nuestra primera y última línea de defensa contra La Cadencia, y siempre querremos tener a nuestros mejores soldados en primera fila. Aquí Massive Chalice nos enfrenta al bonito desafío de tener que escoger entre si queremos que nuestros mejores agentes funcionen como guerreros en el campo de batalla, o bien si preferimos que estén destinados a generar nuevas generaciones de luchadores en las diferentes casas de nuestro reino.

Cada vez que La Cadencia ataque nuestros territorios, lo hará en dos provincias a la vez, por lo que deberemos escoger en que región luchar para evitar que se extienda la contaminación. Previo a cada batalla, tendremos a nuestra disposición la posibilidad de equipar a nuestros héroes. De manera similar a X-COM, vamos a poder ir investigando una serie de armas y armaduras que nos permitirán potenciar las habilidades de nuestros personajes. Dentro de este equipamiento, destacan las Reliquias, poderosos artefactos que se forman cuando un héroe valeroso cae en combate o sucumbe ante la edad. Las reliquias representan la historia viva de la familia, y pueden subir de nivel para provocar más daño en batalla. Además, cada vez que un héroe muera, la reliquia pasara a manos de su sucesor, por lo que estas terribles armas son otro elemento importante de persistencia dentro del juego.

El sistema de batallas es simple: una grilla cuadrangular de combate en la cual nuestros soldados y las bestias de La Cadencia se turnaran para atacar por equipos. En cada batalla entran en juego múltiples factores, tales como las habilidades de nuestros personajes, el equipamiento del que dispongamos y distintos accidentes del terreno. Pero el factor más determinante, aún más que en X-COM, será la suerte. Muchas veces nos ocurrirá que nuestro personaje falle un golpe con más de 80% de posibilidad de acertar y en contrapartida sea aniquilado por un solo golpe crítico del enemigo. No es nada agradable perder una batalla ajustada por una seguidilla de desaciertos, pero en Massive Chalice es algo demasiado habitual. Al menos la muerte de nuestros héroes es algo tan natural, que perder a dos o tres en un combate por razones del azar no es un golpe determinante, aunque a veces fastidia un poco perder guerreros en situaciones que estaban controladas.

“It’s hard to trust a Giant Talking Chalice”

Desde el punto de vista audiovisual, Massive Chalice es un juego discreto pero con algunos toques interesantes que denotan las especialidades de la casa. El apartado gráfico es sencillo, pero el diseño de arte es coherente y se mantiene durante todo el juego. Massive Chalice no va a ganarse ningún tipo de elogio por sus texturas o sus efectos, pero la acción esta presentada de una manera limpia y concisa, más que suficiente como para cumplir el cometido de presentar al jugador todos los elementos en juego.

Desde el punto de vista sonoro, destaca bastante el trabajo de voces, singularmente, aquel puesto en el gran personaje central del juego: el propio Massive Chalice. Este enorme grial parlante cobra vida con una doble voz y doble personalidad, masculina por un lado y femenina por otro.

Los diálogos escritos para el Chalice son muy ocurrentes y entretenidos, y se vuelve muy agradable escuchar a las dos voces del Grial hacer comentarios sobre nuestros héroes, los enemigos o distintas situaciones a lo largo de la aventura. Todo con un humor muy típico de Double Fine, que por supuesto es muy bienvenido.

Massive Chalice tal vez ha pasado algo desapercibido de cara a otros proyectos Kickstarter de mayor perfil en los últimos meses. Incluso parece haber quedado sepultado debajo la popularidad del propio Broken Age de Double Fine. Pero la verdad sea dicha, estamos ante un juego muy interesante y que se anima a innovar con algunos elementos que pueden parecer, en principio, contraproducentes. En especial en lo referido al grado de mortandad de los héroes.

Pero en Massive Chalice no son nuestros héroes lo que desarrollamos a lo largo de la batalla, sino a nuestros linajes familiares. Cuando alcanzamos la batalla final, los hombres y mujeres que lideran la vanguardia van acompañados de los saberes, la historia y el espíritu de todos aquellos que vinieron antes, y es en ese momento donde nos damos cuenta de que en este juego de Double Fine se esconde una verdadera joya.

Lamentablemente, se trata de una joya en bruto, ya que los innovadores sistemas de progresión y perma-death que nos plantea Massive Chalice se ven entorpecidos por una UI poco amigable y un sistema de combate por turnos demasiado dependiente de la suerte. Aún así, consideramos que este juego es muy recomendable para todos los fanáticos del género. Y esperamos que Double Fine siga apostando a esta franquicia, ya que estamos ante un juego con la genética indicada, que puede dar luz a una gran secuela.

Massive Chalice – Review
Historia70%
Gameplay80%
Gráficos70%
Música y sonidos80%
Lo bueno:
  • Excelente fase de gestión
  • Alto nivel de rejugabilidad
  • Gran sentido del humor
Lo malo:
  • Pobre interfaz de usuario
  • Combate táctico demasiado dependiente de la suerte
80%Nota Final
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