Blizzard Entertainment anunció hoy que suspenderá la mayoría de los servicios de juegos de Blizzard en China continental a partir del 23 de enero de 2023, debido a la expiración de los acuerdos de licencia actuales con NetEase. Esto incluye World of Warcraft, Hearthstone, Warcraft III: Reforged, Overwatch, la serie StarCraft, Diablo III y Heroes of the Storm. El desarrollo conjunto y la publicación de Diablo Immortal están cubiertos por un acuerdo separado entre las dos compañías.

Blizzard Entertainment tiene acuerdos de licencia con NetEase desde 2008, que cubren la publicación de todos estos títulos de Blizzard en China. Las dos partes no han llegado a un acuerdo para renovar los acuerdos que sea consistente con los principios operativos y compromisos de Blizzard con jugadores y empleados, y los acuerdos expirarán en enero de 2023.

Se suspenderán las ventas en los próximos días y los jugadores chinos recibirán detalles de cómo funcionará esto pronto. Los próximos lanzamientos de World of Warcraft: Dragonflight, Hearthstone: March of the Lich King y la temporada 2 de Overwatch 2 continuarán a finales de este año.

“Estamos inmensamente agradecidos por la pasión que nuestra comunidad china ha demostrado durante los casi 20 años que llevamos trayendo nuestros juegos a China a través de NetEase y otros socios”, dijo Mike Ybarra, presidente de Blizzard Entertainment. «Su entusiasmo y creatividad nos inspiran, y estamos buscando alternativas para que nuestros juegos vuelvan a estar disponibles para los jugadores en el futuro».

Según Activision Blizzard, el acuerdo con NetEase aportaba aproximadamente el 3% de los ingresos netos consolidados de la compañía en 2021, de modo que es posible que estén a la búsqueda de un publisher que le de una mejor ganancia en el país. Se desconoce si la empresa ha iniciado negociaciones con el líder nacional Tencent Holdings Ltd. u otro distribuidor local.

Más allá de los resultados financieros, los puntos clave que condujeron a que no se renovara el contrato con NetEase, fueron que esta buscaba tener (parcialmente) el control de las propiedades intelectuales y los datos de millones de jugadores en toda China según personas familiarizadas con las discusiones. Las personas hablaron bajo condición de anonimato con el sitio Bloomberg porque las conversaciones no eran públicas.

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