Los fans de Assassin’s Creed que hayan jugado los contenidos descargables de Origins y Odyssey, sabrán muy bien que los primeros DLC para ambos juegos (Los Ocultos y El Legado de la Primera Hoja Oculta, respectivamente) fueron significativamente inferiores que La Maldición de los Faraones y El Destino de la Atlántida. Con esto en mente, uno esperaría que este segundo (pero no último) DLC para Assassin’s Creed Valhalla, fuese mejor que la expansión de La Ira de los Druidas, la cual de hecho había resultado muy buena. Por eso es que uno tenía muchas expectativas por el nuevo contenido ambientado en París, aunque lamentablemente para nosotros, este terminó siendo el DLC más flojo de los lanzados hasta ahora, y detallaremos a continuación por qué.

En esta oportunidad, Eivor viajará al territorio francés para ayudar una vez más a su clan a hacer nuevas alianzas, ya sea luchando junto al clan vikingo Elgring asentados en la región (liderados por Sigfred y su nieta y ayudante, Toka), o hablando directamente con el Rey Carlos III el Gordo, la Reina Ricarda o el Conde Eudes. Eivor buscará la forma de evitar el famoso asedio a París por medios más diplomáticos, pero el Rey Carlos está influenciado por un misterioso culto, que honestamente poco y nada suma en cuanto al aspecto enigmático del DLC.

Contrario al juego base o la expansión de los druidas, no tendremos que buscar pistas ni habrá un árbol de jerarquía sobre los enemigos de turno (los Bellatores Dei), ya que el equipo de Ubisoft Singapur ha decidido reintroducir las misiones de infiltración estrenadas con Assassin’s Creed Unity. Lamentablemente, estas no logran imitar la sensación de exploración y la diversidad de variantes con las que contaba Unity (ni hablar de acercarse a los HITMAN, sobre todo el 3) a la hora de asesinar un objetivo. Si bien no es novedad que los Assassin’s Creed son juegos más casuales que hardcore, los marcadores de objetivos, ya sea que elijamos el plan A o B (o ambos) a la hora de hacer estas misiones más elaboradas (que son apenas cinco en total) nos llevan demasiado de la mano, haciendo que los atajos, los diálogos con NPCs, o la «búsqueda» de pistas, se sientan más artificiales y forzados que espontáneos. Lo más desafiante, por así decirlo, es lograr hacer los dramáticos Eventos de Asesinato, que hacen que los objetivos sufran una muerte más extravagante y de alguna manera, divertida.

Asimismo, el contenido secundario es tan repetitivo como fastidioso. Básicamente, tendremos que ayudar a un grupo de rebeldes a hacer diferentes tipos misiones contra las fuerzas del desagradable rey, ya sea eliminando un objetivo antes de que llegue a determinado lugar o robando inteligencia enemiga, entre otras variantes poco originales. Al completar estas misiones, que también se pueden hacer en modo solitario, seremos recompensados con un tipo de moneda ya sea para obtener ítems específicos ofrecidos por el grupo, o actualizar a los rebeldes con más unidades o mejoras de armas para los enfrentamientos. Al subir el rango de Infamia (máximo 4), se desbloquearán más opciones para entrenar y equipar a los rebeldes, u obtener el set de armadura Reaper y algunas runas interesantes con más de un atributo.

Desafortunadamente, en estas misiones pasaremos más tiempo haciendo de niñera que otra cosa, lo que hace que este contenido a base de recompensas, no sea muy diferente de aquel de los festivales del juego base. Termina siendo un relleno ordinario y grindero, y probablemente nos haga perder menos tiempo si hacemos las misiones sin tener que preocuparnos por los rebeldes, ya que en promedio obtendremos una mejor recompensa solos que con estos -poco experimentados- aliados. Como dice el dicho, mejor solo que mal acompañado.

Por otro lado, al estar ambientado en Francia, muchos esperaban algún guiño al gremio de los asesinos de la región, pero una vez más, el DLC logra decepcionarnos por completo. Lo único que encontraremos es una guarida secreta (ahora abandonada) en la que podremos obtener una lujosa espada de una mano luego de encontrar las tres llaves necesarias para abrir la misteriosa puerta. En pocas palabras, encontraremos poco y nada sobre las raíces de Unity, ya que la presencia de los Asesinos en la región es inexistente.

Al ser Francia un territorio mucho más chico que el de Irlanda, encontraremos las tres llaves necesarias en cuestión de minutos, ya que las distancias entre un punto de sincronización y otro son acotadas, y lo más probable es que ya hayamos desbloqueado los puntos cercanos donde están las llaves. De manera similar, las misiones de los rebeldes se repetirán una y otra vez en los mismos trayectos (en caso de que nos toque una misión para frenar un convoy) o campamentos para eliminar un objetivo o robar información, lo cual ciertamente no ayuda en absoluto a la escasa variedad de contenido que ofrece el DLC.

Otra mecánica insulsa y mal implementada que se ha introducido en esta expansión, son los grupos de ratas que tendremos que repeler (no se pueden matar) con ataques hasta conducirlas a alguna cloaca o agujero, los cuales en ciertos casos se pueden tapar con los bloques de piedras. Al igual que en A Plague Tale: Innocence, se las puede espantar con una antorcha e inclusive arrinconarlas tirando varias en el piso. Honestamente, el aspecto de las ratas es un tanto decepcionante ya que se podría haber aprovechado de mejor manera, al margen de la nueva habilidad con la que tiramos una flecha con un cebo para que los roedores devoren a uno o varios enemigos (el nivel 2 hace que la cantidad y el radio de ratas sea mayor).

Además de varias nuevas espadas, también encontraremos varias guadañas (al menos una para cada tipo de build), que es el arma insignia del DLC. Aún poniéndole runas para reducir el peso y/o aumentar la velocidad, la mortífera guadaña, que se puede combinar con la armadura de Reaper como recompensa de las misiones de los rebeldes, se siente más como una espada regular de dos manos más que otra cosa. Si bien el movimiento circular para crowd control es útil en ciertos casos, no tiene esa sensación de visceralidad que uno podría esperar de la rústica pero temida herramienta agrícola. Contrario a la hoz que encontramos en Irlanda, los finishers de la guadaña tampoco son particularmente muy originales, de manera que la desmotivación para usarla se acrecenta con el tiempo, más aún considerando su lentitud.

Quizás lo más destacable del DLC sean algunas de las nuevas habilidades que encontraremos, como la ya mencionada flecha con cebo para ratas (llamada Plaga de Ratas), pero la más práctica definitivamente es Golden Flame, la cual nos permite colocarle una especie de bomba de fuego a los enemigos, haciendo que todos los demás a su alrededor queden prendidos fuego y tirados en el piso, pudiendo luego pisotearlos a todos si somos los suficientemente rápidos. El nivel 2 de la habilidad quizás sea un tanto contraproducente, ya que permite a Eivor arrojar el personaje en una dirección determinada, y eso hace que haya una pausa no deseada, en vez de causar una explosión instantánea que es lo que muchas veces precisamos. La habilidad es muy útil para las misiones de los rebeldes en los que viajan juntos grupos de varios soldados y podemos poner varias de estos explosivos en diferentes enemigos, causando un daño masivo en poco tiempo. También sirve como estrategia para vencer a jefes, ya que podemos plantarle la bomba pegajosa, pisotearlos, y volverle a activar la habilidad una vez que están parados de pie. Probablemente sea nerfeada en un futuro ya que su uso puede resultar demasiado abusivo.

En cuanto a los gráficos, Francia cuenta con una dicotomía visual similar a la de Irlanda, aunque no tan marcada. Por un lado veremos paisajes con verdes vivos acompañados de flores rojas o azules en algunas regiones. Su contracara serán las zonas devastadas por la guerra y la peste, observándose cuerpos colgados de árboles, campos repletos de cenizas, y los barrios pobres que es donde más se luce el DLC por su ambientación y sus estructuras, sin importar cuan rústicas sean. La iluminación en general hace un excelente trabajo tanto en las áreas más urbanas, como también en zonas con humaredas producto de los emblemáticos contratiempos de la época.

Al no haber enemigos más distintivos como en el DLC de Irlanda (en donde la OST distingue entre enemigos comunes y druidas), la música en esta nueva expansión durante los combates es en general la misma del juego base. En algunas zonas devastadas o cinemáticas suena una ominosa melodía con coros de fondo, pero no se logra una buena dinámica a lo largo de las misiones y los combates. Las voces sí están muy bien actuadas, tanto de los principales aliados como enemigos, incluyendo la misteriosa voz demoniaca del obeso y grotesco rey.

Para aquellos que abandonaron Valhalla al poco tiempo, querrán saber que no hay un nivel de personaje requerido para comenzar a jugar El Asedio de París al igual que en la Ira de los Druidas, siempre y cuando hayamos completado uno de los dos arcos principales de Inglaterra (Grantebridgescire o Ledecestrescire).  No obstante, si bien Ubisoft recomienda al menos ser nivel 200, nos encontramos con que muchos jefes son de nivel 380-420, como también lo son algunas zonas del mapa o los molestos soldados a caballo, de modo que la van a pasar mal si no son al menos nivel 275-300. Si son de un nivel mayor al mencionado de hasta 420, el juego hará un escalamiento de nivel hacia el menor denominador. De lo contrario, pueden activar la opción de escalamiento de nivel que se estrenó hace poco en Valhalla en caso de que se les haga muy fácil.

La historia principal del Asedio de París nos durará unas diez horas y el contenido secundario unas cinco horas adicionales (ya que hay que grindear mucho para actualizar los rebeldes y obtener todos los ítems ofrecidos) pero, como señalamos previamente, el DLC no presenta escenas memorables ni batallas emocionantes. Inclusive el mismo asedio de París, en el cual se incluyen dos de las cinco misiones de infiltración, se termina en muy poco tiempo, y no nos deja un sabor de victoria al concluir la batalla o asesinar los principales objetivos.

Es verdaderamente una pena porque Ubisoft había comenzado con el pie derecho con el DLC de los druidas, pero ahora nos queda claro que ese era el principal DLC planeado para Valhalla, y no el del asedio de París, que sinceramente no solo no sobresale en ningún aspecto, sino que presenta una calidad de contenido poco original y hasta aburrido. Ahora solo resta esperar que los futuros DLCs y/o de pago y otros contenidos gratuitos del Año 2 sean mejores, porque más relleno quizás satisfaga a algunos fans que simplemente quieran más tarea, pero otros no nos conformamos con poco.

Este análisis fue realizado con un código de prensa de PC provisto por Ubisoft Latinoamérica. Pueden ver más imágenes y videos de gameplay del DLC «The Siege of Paris» en 4K con detalles al máximo en este enlace.

Assassin’s Creed Valhalla – DLC "The Siege of Paris" Review
Historia50%
Gameplay65%
Gráficos80%
Música y Sonidos70%
Contenido y Duración50%
Lo bueno:
  • Buena ambientación en ciertas zonas del mapa.
  • Algunas de las nuevas habilidades.
  • La actuación de voces de los principales protagonistas.
Lo malo:
  • Narrativa demasiado simple sin mucho misterio de por medio. De hecho termina inconclusa.
  • Contenido secundario escaso, pobre y repetitivo.
  • La guadaña como nuevo arma y sus finishers son un tanto decepcionantes.
65%Nota Final
Puntuación de los lectores: (11 Votes)
60%

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