Desde hace muchos años, Ubisoft corre detrás de la zanahoria de los juegos de mundo abierto, cosechando éxitos como los de las sagas Assassin’s Creed y Far Cry, pero siempre con el objetivo pendiente de presentar a su público el próximo “GTA killer”. Para eso nació Watch Dogs.

Tras una primera entrega fallida y una excelente segunda parte, la serie se definió más por los contextos y la construcción de su universo que por sus propios protagonistas – algo que viene haciendo Ubisoft en series como The Division y Ghost Recon – y por ese lado han logrado permitirnos experimentar representaciones virtuales excelentes de Chicago y San Francisco, pero faltaba un golpe de efecto mayor para que finalmente se convierta en algo que los jugadores puedan recordar.

Watch Dogs Legions llega con el objetivo de renovar todo lo que creemos que hace a un buen juego de mundo abierto, partiendo por un aspecto fundamental que fue la base de su campaña de marketing: podemos jugar como cualquier habitante de Londres y sus alrededores, utilizando habilidades únicas y totalmente funcionales a cada misión del juego.

Aunque cueste creerlo, viniendo de la mano de una Ubisoft que ha pasado por un sinfín de problemas, luego de su era dorada de juegos innovadores, este giro es definitivamente revolucionario para el género, no solo por la mencionada característica de poder ser cualquiera en este mundo, sino también porque desata al jugador de los tradicionales sistemas de progresión, árboles de habilidades y construcción de personaje. Esta nueva modalidad se ajusta a los tiempos que vivimos muchos de los adultos que ya no tenemos tanto tiempo para jugar, porque todo sucede en instantes, las configuraciones son fáciles, y todo se resume a ser certeros a la hora de completar las misiones con los elementos que se nos ofrecen, gracias a la versatilidad de su gameplay.

Ya no hace falta construir una relación con un personaje (al menos en esta propuesta de mundo abierto) sino que, al ser todos ciudadanos de a pie, es fácil tomar una rápida referencia de quiénes son, sin demasiada necesidad de un contexto, más allá del objetivo en común que tienen todos. Además, gracias a un complejísimo sistema de líneas de diálogo grabadas en una enorme cantidad de actores, el verosímil se mantiene siempre sólido, y esta variabilidad de protagonistas nunca atenta contra la consistencia de la narrativa y las cinemáticas

Resulta que Watch Dogs Legion arranca con lo que debe ser el sueño recurrente entre las historias anarquistas británicas, desde Alan Moore hasta los Sex Pistols, pero con un giro contraproducente: un grupo de terroristas hackers, que operan bajo el nombre de Zero-Day, provoca varias explosiones simultáneas alrededor de toda la ciudad, asesinando a cientos de ciudadanos, y como consecuencia, inculpando al reconocido grupo de hackers DedSec (el que protagoniza todos los juegos) del atentado, y escalando el control totalitario del estado que, a través de sus sistemas de vigilancias y presencia policial militarizada en todas sus calles, ha alcanzado nuevos niveles de fascismo estilo siglo XXI.

El plan de Zero-Day era perfecto: al atentar contra el bienestar británico y encarcelar a los integrantes de DedSec, la responsabilidad caería sobre ellos sin lugar a sospechas sobre otros responsables, lo que termina dejándoles el terreno libre para sus negocios oscuros en sincronía con los de un estado corrupto, cuya filosofía apunta a un mundo fuera de las manos humanas, y más a manos de los poderes que controlan la tecnología. Pero en esa noche memorable, a Zero-Day le quedaron algunos cabos sueltos, y tanto Sabine Brandt – una de las líderes de DedSec – como la inteligencia artificial Bagley, lograron quedar fuera de la emboscada para comenzar una nueva revolución reclutando hackers para recuperar a Londres nuevamente.

Ahí se da el puntapié inicial de la estructura de gameplay que nos acompañará a través de la impresionante Londres de la próxima década del 30, que además se divide en varias interesantes capas.

En primer lugar, está el apartado necesario para avanzar en la idea de que cualquier ciudadano puede ser parte de DedSec, utilizando un sistema de reclutamiento que, a través de pequeñas side quests en varias etapas, conseguiremos un nuevo integrante con nuevas habilidades. Cada personaje tiene un valor diferente, de acuerdo a las características que ostenta, así que puede llegar a variar la dificultad de cada sección de la side quest en cuestión. Por este lado, el juego parece tomar elementos de la serie Yakuza, ya que cada persona tiene su pequeño hilo argumental que sustenta sus requerimientos para ser parte de DedSec, y realmente hay una variabilidad enorme que difícilmente nos cruce con una trama repetida a través de toda la campaña.

Una vez que tenemos un equipo versátil para enfrentar las misiones, Watch Dogs Legion propone niveles diseñados de una forma general que ofrecen recursos para distinto tipo de habilidades, limitando los “fail states” a solo a perder la vida de nuestro héroe de turno, entonces cada nueva zona se puede resolver hackeando a través de las cámaras, hackeando a través de drones o arañas robóticas, cayendo desde el cielo con un drone de carga, o entrando a lo Rambo sin piedad, utilizando armas de munición letal para acabar con quien se cruce en nuestro camino. Es realmente increíble sentir que nada de lo que hagamos está limitado por un diseño específico del juego, o mejor dicho, que todo está permitido gracias al diseño del juego.

Legion termina siendo un conglomerado de cosas aprendidas de los títulos anteriores y de otras experiencias de mundo abierto, y en algunos aspectos hasta se anima a coquetear con la fórmula de Death Stranding, ofreciendo desbloqueos y puntos extra por llevar paquetes en perfectas condiciones y en un tiempo determinado. Para esto podemos recurrir a los vehículos tradicionales o también explorar el mundo de los drones de paquetería, ya que en esta ciudad está todo asistido por increíbles tecnologías que parecen estar a la vuelta de la esquina en nuestro mundo real.

Probablemente ahí está lo más maravilloso de esta nueva entrega. Más allá de una trama que definitivamente está bien construida y tiene giros argumentales muy inteligentes, que dan buenos golpes de efecto al espectador de vez en cuando, la gran estrella del evento es -sin lugar a dudas- la construcción de esta Londres de próxima generación.

Nos encontramos frente a una ciudad viva, ecléctica, que mezcla los grandes edificios históricos de una de las civilizaciones modernas más antiguas con la más alta tecnología de conectividad y presentaciones visuales, mezclándose con los barrios más marginales, la basura de la vida cotidiana, la policía militarizada, los punks y la gente que trabaja en construcción; todo decorado por el constante reclamo de los ciudadanos tras los ataques terroristas, y los restos de los edificios afectados por aquel memorable evento.

Para esta ocasión, la serie abandona el anterior motor Disrupt – desarrollado específicamente para la primera entrega, reutilizado en el 2 – para pasarse al espectacular Dunia, de la serie Far Cry, y los resultados respaldan este cambio con creces. La ciudad se ve espectacular, el efecto de los shaders basados en físicas hacen que cada entorno se vea realmente natural y bien iluminado, y la densidad de texturas de alta resolución en pantalla no se puede creer. Claro está, esto llegó con inconvenientes de rendimiento en su lanzamiento, al punto en que el juego se convertía en algo injugable, pero de a poco – parches y drivers mediante – la experiencia fue encontrando su estabilidad, aunque todavía no se encuentra en su estado ideal.

Pero cuando uno mira cada cuadro de esta construcción puede llegar a entender por qué le cuesta tanto andar. Hasta sorprende que funcione, directamente.

La ciudad está llena de superficies reflectivas, y a eso se le suman los efectos en el cambio climático y del horario del día, también agregando reflejos en los charcos de agua, nubes volumétricas, neblina, proyecciones de sobras de prácticamente todos los emisores de luz que hay en pantalla, y una calidad de NPCs que no tiene comparación. Cada persona que ronda Londres – por culpa del ambicioso sistema de gameplay – está preparada para tener un primer plano en una cinemática, lo que obligó al estudio a desarrollarlos con una alta topología de modelo y alta resolución de textura para cada uno de ellos, poniendo en marcha un complejo sistema de LOD para que todo se ajuste en favor de la optimización de los recursos. Es un juego pesado y difícil de correr, pero se ve a las claras cuando lo tenemos en pantalla.

Donde flaquea – en la parte audiovisual – es en la banda sonora, principalmente por la estricta direccionalidad hacia contenido británico que ha impuesto Ubisoft. La música da vueltas entre el rap, el punk y algunos grandes referentes de la música electrónica, pero hay que estar muy atento a este particular nicho de géneros para conocer a cada uno de los temas incluidos, y no ofrece cosas más populares como las bandas de NWOBHM o los clásicos como The Rolling Stones o Beatles (porque los derechos deben costar tanto como hacer el juego).

Las actuaciones de voces sí merecen un párrafo aparte por el trabajo detallado que llevan cada una de ellas. Debido a la cantidad de NPCs que podemos controlar, el estudio se ha tomado el trabajo de regrabar cada línea de diálogo con actores diferentes, tanto de hombres como de mujeres, y todos presentan actuaciones excepcionales, que se conjugan sin ningún problema con los actores recurrentes de la campaña. Es imposible imaginar la cantidad de horas de diálogos que han tenido que grabar, editar y programar para que todo funcione, pero definitivamente lo hace, y sin ningún sobresalto.

Sin lugar a dudas, con Watch Dogs Legion, Ubisoft presenta un nivel de desarrollo de próxima generación, del cual se irán agarrando los otros estudios que quieran seguir exprimiendo el mundo abierto. Mientras que este título se apoya en ideas propuestas por otros grandes exponentes, la construcción en su totalidad, el nivel de producción, y la dinámica con la que se desarrolla la campaña, son algo que pocas veces vemos en la industria, y a pesar de que mucha gente odia a Ubisoft sin saber mucho por qué, esta entrega de la serie definitivamente es la mejor, y hasta se puede decir que supera a otras franquicias de la empresa que no han sabido acomodarse a los tiempos que corren.

Queda por ver qué van a hacer con el modo online, cuando sea develado el mes próximo, con el potencial de expandir la experiencia y convertirla en un servicio de constante evolución, como ha sabido hacer Rockstar con Grand Theft Auto V, y en menor medida, con Red Dead Redemption 2. Mientras tanto, Watch Dogs Legion ofrece una sólida campaña, que se puede resolver en unas 20 horas para el que la pasa de corrido, o alcanzar las 50 para los que se dedican a explorar cada nuevo elemento

Es una pena que tanta gente vaya a perderse semejante juego por un prejuicio que la propia Ubisoft alimentó, pero contra el que también lucha para revertir desde hace un par de años. Watch Dogs Legion es muy recomendado para quienes sean fanáticos de los juegos de mundo abierto pero necesitan algo fresco, para desprenderse de conceptos que se repiten en cada nueva entrega sin mucho más sentido que “jugar a lo seguro”. En mayor o menor medida, este juego puede considerarse algo innovador, y lo acompañan grandes momentos de diversión y una historia lo suficientemente competente como para mantenernos atentos durante toda su extensión.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Ubisoft.

Watch Dogs: Legion - Review
Historia80%
Gameplay90%
Gráficos95%
Música y Sonidos90%
Lo bueno:
  • Nivel técnico deslumbrante
  • La ciudad es impactante en cada uno de sus rincones
  • Cada NPC es desarrollado como si fuera un protagonista
Lo malo:
  • Grandes problemas de rendimiento
  • Algunas misiones de reclutamiento pueden repetirse
  • Ausencia del online en el lanzamiento
90%Nota Final
Puntuación de los lectores: (7 Voto)
43%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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