Con la salida de The Surge allá por mayo del 2017, pudimos observar cómo el estudio alemán Deck13, nos sorprendió con la premisa de un souls-like futurista postapocalíptico, mejorando ampliamente la fórmula de su juego anterior, Lords of the Fallen, el cual buscó replicar el género inventado por FROM Software sin demasiado éxito.

A pesar de haber sido bien recibido como uno de los clones más decentes de la saga Dark Souls, The Surge no alcanzó todo su potencial, sobre todo dada la poca variedad de escenarios y jefes. No obstante, fue un título que, a pesar no revolucionar el género, le dio a los fans de Hidetaka Miyazaki una alternativa viable con una temática sumamente diferente. Luego de dos años de espera, y con el lanzamiento del aclamado y sensacional Sekiro de por medio, finalmente llegó la continuación de The Surge y, mientras que podemos afirmar que mejora muchos de los contratiempos de la primera entrega, lamentablemente introduce otros problemas de diseño o inconsistencias audiovisuales que evitan que The Surge 2 sea la segunda parte que todos esperábamos.

La historia nos sitúa en Jericho, una ciudad que se encuentra afectada por un nano virus que comienza a corromper a las personas produciendo prácticamente un apocalipsis. Varias semanas después de sufrir un accidente aéreo, nuestro personaje despierta de un coma en una comisaría, sin memoria y con visiones de una niña que pide ayuda. Nuestra tarea en pocas palabras, será la de escapar de la comisaria y encontrar más información sobre esta misteriosa niña y del nuestro pasado, mientras atravesamos una ciudad repleta de enemigos infectados por el nano virus.

A medida que avanzamos en la historia, se irá desenvolviendo la trama y el desarrollo de algunos personajes tanto primarios como secundarios que nos darán diferentes misiones, aunque es una pena que ninguno de estos sobresalga, lo que en última instancia da como resultado una trama de relleno sin ningún personaje memorable de por medio.  Es sabido que los jugadores de los souls-like no esperan una narrativa robusta, mucho menos una con un ritmo atractivo, pero parece que seducen más relatos crípticos como los de los Dark Souls, que nos hacen buscar trozos de información en Wikis y foros, que una historia explícita e insulsa como la del The Surge y The Surge 2.

Al explorar la ciudad nos iremos encontrando con diversos personajes que nos darán misiones secundarias (opcionales), muchas de ella bastante largas y que, inevitablemente, nos obligarán a recorrer todos los recovecos de la ciudad para poder completarlas. Al igual que las de la historia principal, las quests en general suelen son bastante pobres en contenido, narrativa y progreso e, irónicamente, en ningún momento uno se detiene a examinar demasiado los requisitos para cumplir las mismas, sino que, al avanzar en los escenarios, uno simplemente se va encontrando los objetos requeridos para finalizarlas.

Una de las cosas que más esperábamos en The Surge 2 era una variedad escenarios mucho más amplia, ya en la primera entrega eran todos demasiado similares en diseño y un tanto heterogéneos en cuanto a arte. Por suerte, esto no se repite tanto en esta segunda entrega, ya que podremos explorar zonas como el centro de la ciudad de Jericho y el Puerto Nixxon, un bosque bastante detallado y frondoso, y una central eléctrica con una estética cyberpunk, entre otros.

Más allá de que la iluminación y apartado artístico no suele mantener el mismo estándar en todas las áreas, el problema del mapa de The Surge 2 no recae en los distintos biomas o regiones, sino en la manera en qué tendremos que explorarlos. Mientras que en gran medida la exploración sigue siendo gratificante, ya que nos permite descubrir una buena cantidad de objetos escondidos y desbloquear los atajos propios de los souls-like, los diferentes distritos están sumamente comprimidos y cuentan con un diseño laberintico que nos impide disfrutar del juego como se debería.

Esto se ve reflejado ni bien llegamos al centro de la ciudad, en donde tendremos una gran cantidad de caminos para elegir y muchos de ellos, o nos llevan a un callejón sin salida, o a algún recoveco en el que podremos desbloquear accesos rápidos. El área del bosque, asimismo, cuenta con caminos muy pegados entre sí, teniendo que prestar atención muy detenidamente para no incursionar en áreas con enemigos por encima de nuestro nivel. Este problema se ve acentuado aún más luego de un evento de la historia en el que los escenarios sufren un cambio radical, y todo lo que aprendimos (incluyendo los gadgets para acceder a ciertas áreas), se tornan inútiles, como si se trata de un reset del mapa.

Al igual en que su antecesor, para subir de nivel tendremos que intercambiar chatarra tecnológica (similar a las almas del Dark Souls) en las centrales médicas distribuidas en las áreas centrales del juego. Subir de nivel nos permitirá mejorar tres puntos esenciales para la constitución de nuestro personaje: salud, resistencia y la batería (la cual funciona a modo de energía para curarnos, luego de realizar ataques).

Pero, además de incrementar esos tres rasgos básicos, acrecentar el nivel del personaje otorga un punto de poder para el traje (o núcleo) que actúa como un nivel propio para poder equipar armas, armaduras e implantes (que son básicamente habilidades pasivas o activas que usan energía), los cuales requieren de cierta cantidad de puntos del exotraje para utilizarlos. Una equilibrada mezcla entre armas, armadura e implantes será crucial para no pasarla mal con los enemigos y jefes de The Surge 2.

Además de ser sinónimo de experiencia, la chatarra tecnológica también nos permite crear los planos previamente obtenidos, y mejorar tanto los módulos como las armas y armaduras, aunque muchas partes requieren de componentes específicos además de la chatarra en sí.

El combate fue substancialmente mejorado con respecto a la entrega anterior. Si había algo que faltaba era una especie de contrataque, ya que lo único que podíamos hacer en The Surge para defendernos, era bloquear o esquivar los ataques. En esta segunda entrega, podremos contratacar a cualquier enemigo siempre y cuando bloquemos el ataque en la dirección correspondiente, una mecánica que se asemeja a la propuesta por For Honor de Ubisoft, aunque aquí es un tanto más básica. Incluso tendremos un implante con el que podremos saber en qué dirección nos están atacando para poder contratacar de manera más eficaz.

El dron acompañante es otro de los aspectos que se han mejorado y resulta muy útil en ciertas circunstancias, ya que en la primera entrega el pequeño robot no era de mucha ayuda -o era en pocas palabras, inservible. Ahora, lo podremos intercambiar entre variantes con diferentes habilidades y disparos. Algunas de estas nos ayudarán a acceder a zonas nuevas, mientras otras serán extremadamente útiles para enfrentarnos a uno o varios enemigos a la vez.

La variedad de enemigos es otro de los puntos a resaltar. Al comenzar nos enfrentaremos a individuos simples con patrones de movimientos que se pueden anticipar fácilmente y que no representarán una amenaza directa, mucho menos que venimos de jugar los Souls, Sekiro o The Surge, pero, a medida que vayamos avanzando en las distintas zonas, encontraremos una variedad de oponentes que nos darán un verdadero dolor de cabeza.

Entre estos están lo que poseen escudos que tendremos que destruir para poder hacerles daño, mientras que otros poseen habilidades como un torrente de adrenalina que los harán más rápido y, en el caso de encontrarnos con varios de estos al mismo tiempo, o una combinación de ellos, podremos pasar un mal rato si no planificamos nuestra estrategia acorde a cada espacio, poder de fuego y ataques cuerpo a cuerpo de los enemigos.

De igual manera, la variedad de jefes ha aumentado tanto en número como en tamaño, como también en las habilidades que utilizan, forzándonos a emplear nuevas y más complejas estrategias considerando sus patrones -aleatorios- de movimiento. Por ejemplo, uno de ellos es sumamente enorme y no se le puede hacer daño de manera convencional, de modo que hay que utilizar mecánicas exclusivas del encuentro para derrotarlo. Hay otro que cuenta con varias barras de vidas, y cada vez que le quitamos una, cambia los tipos de ataque. Si bien la cantidad de jefes definitivamente aumento, algunos de ellos se repiten a lo largo del juego, aunque sí agregan ataques nuevos para compensar su reaparición.

A cuanto a su “componente online”, tendremos a disposición un ítem con el que podremos dejar mensajes a otras personas para marcar ubicaciones donde podremos encontrar enemigos, equipo o gastarle una broma a un incauto. Claramente es un sistema similar que al de Dark Souls para comunicarnos con otros jugadores.

Los sonidos y los diálogos en su mayoría no logran sobresalir en cuanto a su calidad de audio o a su diversidad, y en el único lugar que podremos encontrar música es a la hora de enfrentarnos a los jefes, y no representan de ninguna manera la tensión de la pelea como lo hacen los juegos de Miyazaki.

Luego de haber jugado por más de treinta horas y haber conocido y explorado todo lo que la ciudad de Jericho tenía para ofrecernos, podemos afirmar que The Surge 2 corrige y mejora muchos de los problemas del primer juego, y eso es precisamente lo que esperaríamos de esta continuación -en cuanto a gameplay y contenido. No obstante, la adición de nuevos elementos no fue precisamente acompañado con el mismo estándar de calidad para el diseño de escenarios (que se sienten un tanto apretados e intrincados) o la parte audiovisual que resulta inconsistente a lo largo de todo el juego. Por supuesto, esto no significa que The Surge 2 sea un mal juego en absoluto, sólo que, por estos últimos aspectos mencionados, esta segunda entrega, a nuestro parecer, no logra alcanzar todo el potencial que podría haber ofrecido.

Este review ha sido analizado con copias de prensa proporcionadas por Focus home Interactive/Deck 13.

The Surge 2 - Review
Historia60%
Gameplay90%
Gráficos80%
Música y Sonidos75%
Lo bueno:
  • La nueva mecánica del contrataque.
  • La variedad de armas/armaduras y los nuevos sets.
  • Diversidad de lugares para explorar.
Lo malo:
  • El diseño laberintico de niveles.
  • La reutilización de jefes
  • Apartado audiovisual inconsistente
82%Nota Final
Puntuación de los lectores: (3 Votes)
86%

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