No es novedad que, desde el primer momento, la serie Watch Dogs nace como una búsqueda de Ubisoft por disputar la zona que domina Rockstar con la serie Grand Theft Auto, aunque ese primer experimento no salió del todo bien.

Avanzando a nuestro presente, el segundo intento de la empresa franco-canadiense tiene un aroma distinto, que se arrima un poco más a la fórmula de mundo abierto vertiginoso, pero además propone una modernidad que si le está haciendo falta a su mayor rival.

Estamos en una San Francisco super tecnológica donde un simil Gran Hermano ya es un nuevo elemento de la cotidianeidad y la gente parece estar peligrosamente acostumbrada a compartir su información de manera indiscriminada. La situación es tan cercana a nuestra realidad que asusta, pero bien sirve para hacernos recapacitar sobre cómo nos comportamos en el mundo hiperconectado, dejando nuestras vidas en manos de corporaciones que lucran con nuestra información.

La historia se cuenta a través de eventos que referencian a lo que conocemos día a día. El buscador de internet Nudle es el que controla todo lo que se nos ocurre escribir en su campo de entrada de texto y ofrece vehículos autónomos; hay un incidente similar al de  Wu-Tang Clan con Martin Shkrelli; y hasta el infame Uber tiene su propia versión, irónicamente llamada “Driver SF”. En general, es en estas referencias en donde se encuentra el encanto de esta nueva entrega, pero además, desde el comienzo se empieza a notar que es totalmente lo opuesto a la entrega anterior.

San Francisco es una ciudad colorida, la gente hace deporte y se junta a pasar un rato, los locales de ropa están llenos de detalles y cada parque tiene su propio grupo de personalidades que le dan un toque unico. En el juego anterior, la sensación era de una oscuridad absoluta, un mundo demasiado cercano al 1984 de George Orwell (salvando las situaciones particulares de la novela), en donde hay poca esperanza y el frio viento de Chicago penetraba hasta en los mensajes de texto de la gente.

Acá tenemos dias soleados, un grupo de pibes con mucho carisma, y una estética millenial que nos baja más a tierra que cualquier drama, permitiéndonos identificar fácilmente con este universo que reconoceremos instantáneamente si somos ávidos navegantes de la red de redes.

Puntualmente, la historia nos pone en el cuerpo de Retr0 (conocido como Marcus Holloway por sus padres y abuelos), quien primero busca un lugar en el pequeño grupo de jóvenes revolucionarios conocido como Dedsec, y una vez conseguido, como especialista de campo del equipo que parece ser el lado juvenil, muy cerca de haber dejado la adolescencia, de Power Rangers pero del mundo hacker. La relación entre ellos, el funcionamiento simbiótico del equipo, es una de las cosas más entrañables y divertidas del juego. Cada uno presenta una personalidad interesante y sobre todo, son divertidos a su manera – que es la manera que conocemos los engendros que somos parte y visitamos este sitio.

Entendiendo que la internet y el mundo de los hackers ya no se trata de quien sabe programar mejor, sino que también tienen un lugar mucho más importante en redes sociales y cultura pop, el grupo Dedsec está compuesto por un ingeniero especializado en hardware, un capo del control de los flujos de la información, un maniático que la tiene clara en todo lo que no sea relacionarse con otros humanos, una diseñadora audiovisual, y nuestro avatar, el Maradona del hacking que tiene un talento natural para infiltrarse tanto en fortalezas físicas como digitales.

Este grupo juvenil tambien sirve de herramienta para referenciar al mundo en que vivimos. Son pibes actualizados, que disfrutan del arte en todas sus manifestaciones pero además reconocen que la humanidad está cegada, dentro de un mundo que aparenta ofrecer maravillas de ocio y diversión, pero en realidad son carnada para el control de la información y todo el comercio que existe detrás de los espejitos de colores.

Entonces Dedsec es el Anonymus de este mundo. Sabiendo quiénes manejan los hilos de la civilización, se proponen develar cada una de las maniobras oscuras que confunden a la gente para convertir sus vidas en dinero para las vidas de otros. Dedsec utiliza los propios recursos de estos antagonistas para desenmascararlos en la opinion publica, y mientras tanto, suman adeptos y se divierten. Mecanicamente, el juego es bastante similar a lo dejado por el original Watch Dogs, pero también cumple con la obligatoria revisión de la fórmula, que lo eleva varios escalones por encima de su antecesor y de varios otros exponentes del género.

Retr0 tiene, más o menos, las habilidades de Aiden Pearce, pero no pierde el tiempo en ocuparse de problemas ajenos. Ubisoft eliminó, prácticamente, todas las misiones procedurales que no nos dejaban respirar en Chicago, ahora inclinándose más por el juego online que le queda tan bien, con misiones de hackeo, invasión y muchas cooperativas. Esto no solo evita la repetición de mecanicas y situaciones, sino que le da una aleatoridad impagable. Cada encuentro con otro humano nos enfrenta a un reconocimiento obligatorio de su comportamiento, antes de ponernos manos a la obra. Además, de la manera en que está implementado, el sistema online no se cruza nunca con el placer de la experiencia. Todo ha sido resuelto aun de mejor manera que en su primo de empresa, The Division, permitiéndonos entrar y salir del matchmaking tan fácilmente como si estuvieramos aceptando o abandonando una misión offline. Está todo tan bien integrado que, realmente, parece todo del mismo mundo.

Pero como se trata de un juego principalmente singleplayer, con una campaña fuerte y un mundo abierto que debería ser interesante, Ubisoft ha tirado toda la carne al asador, para demostrar que la historia de Aiden había sido tan solo un traspie. En Watch Dogs 2 toda la narrativa está organizada en desafíos o inquietudes de nuestros compañeros de equipo, que abren nuevos objetivos de campaña principal y sidequests, que a la vez están organizados en distintos capitulos. Estas inquietudes que mueven a la narrativa aparecen en forma de árbol, así que mientras un objetivo cumplido puede abrir otros dos o tres nuevos momentos de la historia, también lo hacen las sidequests, proponiendo un mundo en el que realmente tenemos la libertad de seguir avanzando por donde nos plazca.

La filosofía de Watch Dogs 2 prioriza la calidad sobre la cantidad, y como oposición a las misiones procedurales y repetitivas que nos llenaban la ciudad de cosas para hacer, pero sin ningún sentido, en este juego cada misión secundaria ofrece una profunidad única, que tiene un proposito y nos invita a seguir jugando y explorando este vasto mundo. Los resultados de cumplirlas aportan aun más al background de cada elemento de la historia, y son de tal calidad que, más de una vez, obliga a chequear si en realidad estabamos haciendo una misión principal sin habernos dado cuenta.

Como Retr0 es un hacker de campo, todo lo hace de manera directa, en el lugar de los hechos, apoyándose tanto en su dispositivo móvil como en dos artefactos que lleva en su mochila, ambos construidos con una impresora 3D. Los dos drones -el Jumper y el Quadcopter- nos permiten planificar las entraderas de manera precisa, y hasta sirven para sacar provecho a situaciones sin tener que hacer acto de presencia. Pero además, la manera en que están diseñados estos pequeños laberintos urbanos, llenos de enemigos, también le devuelven al mundo de los videojuegos de mundo abierto el elemento intelectual. De la manera en que están construidos los objetivos y todo lo que los rodea, Watch Dogs 2 penaliza -de manera violenta- que seamos incautos. Es un juego que sabe enseñarnos a ser pacientes e inteligentes -como los viejos Splinter Cell- para poder ejecutar de manera correcta. Aunque es en el plano de la ejecución donde quizá esté su mayor defecto.

Como se comentó, Dedsec es un grupo de hackers con los recursos y la inteligencia suficiente como para -con tan solo un click- develar los horrores de las megacorporaciones abusivas y convencer a los jóvenes de ser un poco más inteligentes a la hora de sentarse frente a una PC, pero toda esa personalidad y habilidad para convertir sus ideas en hechos se cae por la borda en el momento en que podemos asesinar a un pobre asalariado, guardia de seguridad, porque simplemente se pone en nuestro camino.

Quizá la idea del director de desarrollo fue que todo dependa de nosotros, que evitemos el enfrentamiento para evitar las bajas, o que lo resolvamos sin derramar sangre, pero lo ideal sería que este grupo de jóvenes veinteañeros no carguen con armas de guerra “por las dudas”, sino que directamente estemos obligados a otra cosa. Seguramente es un síntoma de la industria de videojuegos que supimos conseguir, pero si está la oportunidad de cambiarlo, hubiera estado más que bien que Ubisoft dé el primer paso.

La maquinaria que mueve a Watch Dogs 2 está a la altura de la tecnología que ofrece su ficción. San Francisco es una maravilla artística y técnica, con vida en el rincón que se nos ocurra mirar y un nivel de detalle extraordinario en cada uno de los edificios que nos toca revisar. El estilo es tan moderno como todo el paquete, dejando de lado los assets genéricos que utilizan todos los émulos de GTA, para inclinarse en una personalidad propia, haciendo uso de todos los artilugios gráficos que presenta este impresionante motor gráfico.

Claro está, Watch Dogs 2 no va a alcanzar la fidelidad realista de titulos más lineales, pero si hace fuerza como para competir como el juego de mundo abierto urbano con mejor calidad gráfica. Destaca la altísima resolución de las texturas, que se conjuga con un excelente sistema de iluminación y varios modos de antialiasing, para todos los gustos. Hasta el agua, que es un elemento secundario de las costas de esta bahía, goza de los más avanzados efectos del motor.

En general, la optimización es muy buena, con alguna resistencia en ciertos lugares sobrepoblados, pero que se justifica por el gran nivel de detalle. Como buen juego moderno, también incorpora la posibilidad de extender el nivel gráfico a niveles que sobrepasan lo pretendido por los programadores. Los sliders para ampliar la distancia de dibujado y nivel de detalle se pueden llevar más allá de los presets, lo que ofrece el mayor nivel posible en nuestra plataforma. Lamentablemente, esta exageración se traduce en una fuerte resistencia al querer experimentarlo en los preciados 4K, pero quizá no todo sea tan perceptible por el ojo común, lo que nos permite promediar para abajo en busca de una mejor performance.

Dicho todo esto, queda por mencionar que, a pesar de sus pequeños problemas de coherencia en los malos ejemplos de violencia, Watch Dogs 2 es una de las más entretenidas experiencias que ha dado Ubisoft en los últimos años. El mundo de San Francisco está vivo, es colorido, divertido, la historia nos pasea por los rincones más juveniles de nuestra humanidad, y no se toma nada demasiado en serio como para oscurecer la experiencia. Eso era lo que aburrió en el primer Watch Dogs y es lo que ya no queda tan cómodo en los GTA anteriores al V. Toda una sorpresa que llega de la mano de uno de los estudios más controversiales y que, por suerte, puede hacer uso de todos los recursos técnicos y comerciales para que llegue a las masas.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Ubisoft.

Watch Dogs 2 - Review
Gráficos85%
Sonidos75%
Gameplay90%
Historia80%
Multiplayer80%
Lo mejor:
  • San Francisco
  • La juventud del grupo Dedsec le da una favorable liviandad narrativa
  • Estructura de juego, tanto offline como online
Lo peor:
  • Libertad para asesinar sin consecuencias
  • Fuerte caída de rendimiento en las más altas configuraciones
  • La conduccióin sigue tan floja como en el anterior
86%Nota Final
Puntuación de los lectores: (7 Votes)
81%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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