A pesar del gran éxito de Tomb Raider Underworld, una entrada que se mantenía fiel a sus raíces y, sin dudas mantenía intacta la emblemática jugabilidad de la saga junto con sus intrincados puzzles, Crystal Dynamics decidió que era hora de darle a Lara Croft un nuevo rostro y enfoque con TOMB RAIDER, el reboot del 2013 que fue muy bien recibido gracias a su gameplay cinemático (al estilo Uncharted) y su modalidad semi open-world, incrementando en su paso la dosis de acción. Estos tres elementos, indudablemente ajustados para las consolas de la previa y actual generación, idearon una fórmula al que ningún gamer o, seguidor de la sensual saqueadora de tumbas, podría resistirse.

Como no podía ser de otra manera, la continuación del reboot de la saga, titulado Rise of the Tomb Raider, reutiliza y profundiza dicha amalgama, agregando no solo quests secundarias para asemejarse a un ligero RPG de acción-aventura, sino también una buena cantidad de tumbas, criptas y cuevas que explorar, cuya entrada a muchas de éstas estará condicionada por la adquisición de gadgets que iremos obteniendo al avanzar en la misión principal. Otro novedad es que, al resolver los -relativamente sencillos- puzzles de las tumbas, se nos recompensará con habilidades pasivas secundarias que, en muchos casos, se complementarán con algunos de los skills que podremos desbloquear en las tres grandes ramas.

Contrario a su predecesor, Crystal Dynamics decidió ampliar el arsenal de Lara que ahora, cuenta con varias alternativas para cada grupo de armas (arco, pistola, rifle y escopeta) y con actualizaciones que se aplican a una misma rama. Por ejemplo, la gran mayoría de actualizaciones de un arco se aplican automáticamente a todos los otros arcos. A pesar de que ésto no tiene mucho sentido, o no está en sintonía con el resto de los elementos «realistas» de caza y supervivencia, si resulta muy cómodo y práctico para el jugador. Caso contrario, no se podrían actualizar casi ningún arma en su totalidad por falta de recursos.

Al igual que en su primera iteración, habrá un amplio surtido de objetos complementarios a la historia o coleccionables que, contrario a otros juegos, todos serán de ayuda para sumar más experiencia y para que a la Lara se le facilite su misión. En etapas tempranas del juego se presentarán papiros y murales que, al examinarlos, aumentarán el conocimiento de los idiomas griego, ruso y mongol. Dicho saber nos servirá para traducir antiguos monolitos que a su vez, revelarán determinados items en el mapa. Otros items como mochilas de exploradores también nos informarán de otros items de interés, como documentos, desafíos propios de cada zona, y hasta algunas de las tumbas, criptas y cuevas mencionadas. Tanto los monolitos como las mochilas serán imprescindibles para que los complecionistas no pierdan tiempo recorriendo cada punta de los escenarios aunque, si vamos al caso, algunos no serán tan fácil de encontrar.

Otros items, como el caso de las monedas bizantinas, nos darán recompensas más tangibles a través de un vendedor enemigo renegado. Podremos adquirir una herramienta para actualizar armas, agregados para armas y gadgets, trajes, y hasta dos -costosas- armas para extender nuestro arsenal. Los items u objetos más importantes de todos modos, son las (cuatro) piezas de armas que tendremos que encontrar para poder fusionarlas y tener más opciones a la hora del combate. Habrá dos arcos, pistolas, rifles y escopetas además de las primaria, ofreciendo diferencias en daño, tasa de disparo y capacidad de munición.

A pesar de que todos estos collectibles suenan muy atractivos en papel, la realidad es que entorpecen demasiado el ritmo de juego con respecto a su primera parte, y no son muy diferentes de cómo se presenta el collectathon de los Assassin’s Creed. Tampoco ayuda el hecho de que tengamos que revisitar zonas por falta de gadgets como la flechas con cuerda, el respirador, o las armas con munición explosiva, haciendo que cada ítem sin poder agarrar o cada entrada a una zona sin explorar, sea la pesadilla de todo obsesivo compulsivo.

En cuanto a la historia, Lara Croft seguirá los pasos de su padre en la búsqueda de un artefacto de gran poder también que, según cuenta la leyenda, tiene la capacidad de inmortalizar a seres humanos. Similar a la historia de los Assassin’s Creed y la ferviente rivalidad entre Asesinos y Templarios, este objeto de origen divino también será incesantemente rastreado una Trinity, una milenaria y siniestra organización de fanáticos que no teme ensuciarse las manos con tal de lograr su meta y, como era de esperarse, tampoco desean hacerse de la misteriosa pieza para fines precisamente benevolentes.

En esta utópica travesía que nos transportará a Siria, Rusia y otras locaciones enigmáticas, Lara podrá o no acceder a ayudar a los nativos de ciertas regiones, recibiendo trajes, gadgets y otros ítems en caso de cumplir con dichas misiones secundarias. Por supuesto, no realizarlas no nos impedirá de continuar con el objetivo principal, pero como casi todos los elementos se complementan de forma casi unificadora, es poco probable que muchos gamers dejen pasar por alto estos objetivos adicionales.

Sin embargo, al margen de todas las nuevas alternativas y cambios, el problema de principal de Rise of the Tomb Raider, es que no profundiza ni presenta grandes cambios con respecto al reboot del 2013. Sin dudas es un excelente título hayamos o no jugado TOMB RAIDER, pero en caso de haberlo hecho, muchos aspectos se sentirán más como algo ya jugado que como algo novedoso o innovador.

Otro punto negativo a tener en cuenta es la dificultad. En Modo Normal la inteligencia artificial de los enemigos no es muy buena que digamos, pudiendo realizar disparos a la cabeza con suma facilidad. Esto se ve acentuado o es indiferente al arma -del grupo que sea- que estemos usando. Un headshot es un headshot sin importar si acertamos un flechazo con el arco, o balas o perdigones de pistola/rifle o escopeta, a menos que nos enfrentemos a enemigos con blindaje -que pueden ser vencidos fácilmente con una habilidad. Por eso es que me pasé gran parte del juego usando el arco que, dicho sea de paso, su uso puede resultar demasiado abusivo con habilidades como la de tirar tres flechas a la vez con extrema facilidad, dejando un tanto mal parado a Legolas de El Señor de los Anillos.

Si bien la dificultad se puede cambiar en cualquier momento, recomiendo jugarlo en dificultad superior a la normal -e inclusive la más alta- para que Rise of the Tomb Raider sea no solo una experiencia cinemática relativamente memorable, si no también una desafiante y de verdadera supervivencia. Salvo contadas excepciones, los puzzles tampoco son muy difíciles de descifrar, de manera que los enfrentamientos presentarán las únicas oportunidades para hacer alarde de las habilidades personales de Lara, como también aquellas que nos permitirán crear explosivos con ítems encontrados en los escenarios, tales como latas para fabricar bombas, o botellas para lanzar molotovs, o hasta hacer que los cuerpos enemigos despidan un gas venenoso.

A pesar de su baja dificultad, es necesario resaltar que muchos combates se pueden pasar por alto siendo sigilosos, para lo cual necesitaremos desbloquear algunas habilidades en caso de querer explotar nuestra discreción al máximo. Podremos eliminar grupos enteros de soldados sin disparar una sola flecha o bala, pudiendo recurrir a muertes sigilosas o usando elementos del entorno, e inclusive poner en práctica algunas de las habilidades e items para atraer y distraer a los enemigos.

Como complemento al modo historia y tratando de compensar la falta de un modo multiplayer (si presente en su antecesor), Crystal Dynamics decidió implementar el Expediciones, un modo extra que nos permitirá repetir capítulos mediante varias modalidades, con el objetivo de obtener puntos y competir en leaderboards online. Para aumentar el multiplicador de puntos o facilitarnos las cosas, podremos usar una amplia gama de cartas, que podrán obtenerse al jugar el modo historia, o el mismo modo expediciones.

En este modo le dará un significado más próximo a la palabra supervivencia, teniendo que hacer fogatas para mantener caliente nuestro cuerpo, o buscar comida para no pasar hambre. Esta modalidad se verá potenciado con el DLC ‘Endurance’, que contará con un marcador tanto para el frío como para el hambre y que, en caso de acabarse, Lara inevitablemente morirá. El modo Expediciones podrá ser desafiante -dependiendo las cartas que usamos- y quizás lo disfrutemos durante algunas partidas, pero yo hubiera preferido un multiplayer similar al de TOMB RAIDER. Al menos eso hubiera mantenido enganchado a los jugadores por unos meses, mientras que el modo expediciones quizás nos aburra después de unas pocas horas.

En cuanto a su apartado visual y cómo podrán observar en las sensacionales imágenes y videos de gameplay, los gráficos en esta secuela han sido mejorados sustancialmente, ofreciendo una verdadera experiencia de nueva generación que no tiene nada que envidiar a juegos como Witcher 3, Dragon Age Inquisition o Assassin’s Creed Unity/Syndicate -dejando de lado la modalidad open-world y el tamaño de los mapas de éstos. El nivel de diseño de los escenarios ha mejorado mucho con respecto al anterior, con zonas más distintivas y paletas de colores más vividos y realistas.

A pesar de haberse lanzado con algunos problemas de rendimiento (como en el caso del Valle Geotérmico y algunas zonas cerca del desenlace del juego), el estudio holandés Nixxes Software nuevamente hizo un excelente trabajo con el port de PC de Rise of the Tomb Raider, presentando una gran cantidad opciones gráficas exclusivas para la versión de PC, haciendo que la de Xbox One (que corre a 900p/30fps) quede en el olvido.

En caso de tener una placa de video Nvidia, también podremos aprovechar los efectos HBAO+ y PCSS de Nvidia Gameworks, al igual que Pure Hair (sucesor de TressFX 3.0) de AMD. Es poco inusual pero agradable ver como tecnologías gráficas de ambas compañías trabajan para un bien común. Sería bueno que en algún momento las de Nvidia pudieran ser disfrutadas por usuarios de AMD, pero sabemos que eso nunca va a pasar.

En cuanto a la optimización, creo que está acorde a la visual que el juego brinda. Para jugar en 1080p y todos los detalles al máximo (con filtro FXAA, claro), vamos a necesitar no menos de un Core i5 (de segunda generación en adelante) junto con una GTX 970 o superior. En locaciones como el Campamento Soviético, el Valle Geotérmico o la ciudad perdida de Kitezh, ni siquiera una GTX 970 será suficiente para habilitar todo como nos gustaría. Sin embargo, esto no implica que el juego esté mal optimizado. De hecho es bueno que los desarrolladores se atrevan a mejorar las versiones de PC de maner que quienes tengan el hardware adecuado para activarlos, puedan aprovecharlos. No por nada Crysis sigue siendo un gran exponente de nuestra plataforma, aún a ocho años de su lanzamiento.

Por otro lado, para jugar en resolución 4k necesitaremos ni más ni menos que dos GTX 980Ti o GTX Titan X para obtener 60fps con detalles al máximo. En cuevas subterráneas podremos hasta activar SSAAx2, mientras que en áreas más exigente como las mencionadas, tendremos que usar SMAA o FXAA, tal como sucede en los juegos previamente mencionados.

No mucho que criticar a los sonidos, siendo la calidad y sobre todo el posicionamiento, de primera calidad. La música se luce durante los enfrentamientos, pudiendo escuchar tambores de guerra y demás sonidos de percusión para alimentar el frenesí de las balaceras. Por supuesto, no podían faltar las melodías calmas y mágicas que aparecen al descifrar los puzzles o al descubrir nuevas y enigmáticas locaciones. Las voces lamentablemente, están un poco sobreactuadas y a veces es difícil hacer coincidir el acento melancólico, pesimista e inocente de Lara, cuando en realidad podría pasar por una Rambo femenina si analizamos su desempeño durante los combates.

En pocas palabras, a pesar de que Rise of the Tomb Raider no presenta una gran historia ni grandes cambios en comparación a la formula del reboot del 2013, es un juego que puedo recomendar a cualquier gamer que busque un buen juego de acción-aventura con un gameplay sencillo pero atractivo, y una visual y ambientación sin precedentes, complementadas por excelentes escenas de gameplay cinemáticas.

Vuelvo a retirar sobre el tema de los collectibles y la dificultad. En lo posible traten de esquivar los primeros y traten de jugarlo en dificultades por encima de la normal, ya que de esta manera disfrutarán de la historia principal sin interrupciones y los enfrentamientos resultarán aunque sea un poco más desafiantes, pudiendo aprovechar las ramas de habilidades y darle a nuestro arsenal un uso más meritorio.

Sin mucho más para agregar, Rise of the Tomb Raider podrá percibirse como una especie de deja-vu con algunos agregados (sobre todo para quienes ya jugaron su previa entrega), pero aún así es un juego que cuenta con extraordinarios valores de producción, un gameplay sólido con agregados de caza y traversal que se saben apreciar y que, en caso de ser uno de esos que les gusta juntar todo, nos dará entre 30 y 40 horas de juego.

Recuerden pasar por nuestra enorme galería 4k con casi 1000 imágenes con SSAAx4 (equivalente aproximado a 8k), aunque si aún no lo jugaron, eviten mirar más allá de la segunda mitad de la galería para no spoilearse.

Este review fue realizado con una copia comercial proporcionada por Crystal Dynamics.

Rise of The Tomb Raider - Review
Historia80%
Gameplay90%
Gráficos95%
Música y sonidos90%
Lo bueno:
  • Extraordinaria ambientación y diseño de escenarios
  • Los nuevos gadgets y armas
  • Excelente port de PC con gran cantidad de opciones gráficas
Lo malo:
  • Baja dificultad
  • Los collectibles interrupen el ritmo de juego
  • Pocos cambios sobre su fórmula original
86%Nota Final
Puntuación de los lectores: (11 Votes)
89%

Sobre El Autor

Editor en Jefe. PR.

Rosario. Santa Fe. Argentina

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