Cada cierto tiempo aparece algún estudio o publisher con la intención de explotar a la legendaria franquicia de Tetris. Hemos visto centenares de versiones y variantes bajo esa licencia, y si bien han existido grandes propuestas a lo largo de los años, tratar de reinventar a Tetris es tan difícil como intentar hacerlo con la rueda o las hamburguesas.

Tetris Effect es la última gran propuesta del puzzle digital por excelencia que nació como una colaboración entre los estudios Resonair y Monstar Inc., y el publisher Enhance -del excepcional productor Tetsuya Mizuguchi-, quienes ya habían trabajado juntos para la brillante creación del Area X para Rez Infinite.

Además de Tetris, esta construcción tiene algo del ADN de Lumines (otro de los grandes puzzles que han aparecido en los últimos años) y del mencionado Rez, ofreciendo una experiencia audiovisual impactante pero que no se interpone en la fórmula más básica del juego creado por Alekséi Pázhitnov. Tetris Effect es un Tetris puro y duro, con tan solo tres variantes que lo diferencian de lo que conocemos tradicionalmente del título.

Como su nombre lo indica, el juego busca amplificar las consecuencias de un síndrome que justamente se conoce como “efecto Tetris”, que es cuando luego de jugar por tiempos prolongados a cualquiera de las versiones del juego, las personas sostienen una línea de lógica en la que ven en el mundo piezas que pueden encajar entre si, y hasta llegan a alucinar con la caída y el encastre de tretriminós.

En cierto modo, y gracias a la brillante dirección de Mizuguchi, Tetris Effect conecta al puzzle con el mundo, tanto por una constante dinámica de evolución y viajes en objetos que aparecen detrás del panel de juego, como por la influencia dinámica de sonidos y melodías que van mutando a medida que vamos avanzando. Esta característica nos lleva a atravesar una galaxia de un par de docenas de niveles eclécticos que representan diferentes momentos culturales y naturales, algo similar a lo que pudimos ver en la progresión de niveles de Rez.

De las tres mecánicas que separan a Tetris Effect del resto, una ha sido implementada en varias ocasiones, siendo la posibilidad de reemplazar el tetriminó de turno por un suplente que se ofrece aleatoriamente. Este suplente no es el que el juego muestra como el siguiente, sino uno que especialmente aparece para reemplazar por única vez a cada pieza que cae, lo cual no solo permite ajustar la estrategia de forma instantánea, sino que además permite una segunda oportunidad si la pieza que estábamos acomodando no nos daba tiempo de encajarla correctamente.

Por otro lado, y también a forma de variante mecánica, Tetris Effect no va acelerando el ritmo de las partidas de forma lineal, a medida que vamos superando determinadas cantidades de líneas (al menos en su modo campaña), sino que los cambios son algo así como incursiones narrativas del contexto en que se encuentra cada nivel. Por ejemplo, si el nivel hace referencia a alguna antigua civilización latinoamericana, y se inicia con el leve sonido de unos tambores in crescendo, los tetriminós caerán de forma suave, y con tiempo de dejarnos analizar todo tranquilamente, pero al comenzar los momentos más potentes del ritual, el vértigo aumenta, y como si se tratara de un virtual estimulador sensorial, nos sumerge en la propia tensión de sus animaciones al obligarnos a responder rápidamente y casi sin pensar al ataque de piezas que caen prácticamente sobre las que ya hemos asentado.

El resultado de todo eso no es menos que excepcional, y sin lugar a dudas, algo que jamás se ha experimentado en ningún otro videojuego de ingenio, exacerbado también de forma inigualable por la posibilidad de experimentarlo dentro de la realidad virtual, que si bien mantiene nuestra mirada apuntada a la parte central, donde realmente está el juego, todo el escenario nos envuelve en un festival de partículas y luces inigualable.

Pero quizá la mayor influencia sensorial de Tetris Effect llega por el lado auditivo, ya que al igual que lo advierte ni bien lo iniciamos, es imprescindible experimentarlo con auriculares. Rez es otra gran referencia para tener una idea de este apartado del espectáculo, ya que esta obra no solo cuenta con melodías excelentes, sino que se ajustan dinámicamente a la forma en la que estamos jugando. También, de acuerdo al ritmo en que movemos y colocamos las piezas, otros efectos de sonidos complementarios generarán armonías que se ajustan a la música de fondo, de la misma forma en que el mencionado rail shooter agrega “beats” por sobre la banda de sonido al bloquear y atacar a los enemigos.

La tercera innovación de Effect viene por una mecánica inédita para la serie, que no hace más que quebrar la dinámica de gameplay y aportar para elevar el puntaje final, pero que sirve también para salvar las papas cuando se nos está por explotar la partida en un torrente de piezas mal colocadas. Se trata del modo “Zona”, que ralentiza la caída de piezas para que podamos acomodarlas a gusto con el diferencial de que cada línea terminada no se borra, sino que se cuenta para sumar un combo de hasta 8 líneas, que multiplica el score, y luego de haber terminado el tiempo de acción, limpia la pantalla para tener una nueva oportunidad.

Gracias a esto, los jugadores menos entrenados en esta disciplina podrán contar como estrategia la barra de “Zona” para utilizar como último recurso, ya sea para controlar el flujo de una partida que se va poniendo cada vez más difícil, como para usar de salvavidas.

Todas estas ocurrencias hacen que Tetris Effect se sienta no solo como el juego definitivo para la franquicia, sino que además lo pone como un juego absolutamente moderno, digno del sello del brillante Mizuguchi que siempre suelte proponer cambios radicales que nos hacen experimentar el gaming de maneras totalmente diferentes y únicas.

Quizá el punto más bajo de esta propuesta está en la imposibilidad de competir con otros jugadores de forma directa, pero se entiende que conceptualmente este es un título personal e íntimo, donde nos enfrentamos solo a la experiencia y nosotros mismos.

Para resolver un poco esta ausencia, existe la modalidad “Effect”, que es una especie de leaderboard online para meternos en desafíos que cambian constantemente y nos comparan con las performances de otros jugadores. Esta modalidad es muy útil para ampliar la rejugabilidad, ya que no solo varían diferentes aspectos del juego para presentar diferentes desafíos, sino que además cuenta con un amplio catálogo de cosas para desbloquear a medida que ganamos puntaje.

Sin dudas, este es uno de los juegos más imprescindibles en las bibliotecas de cualquier tipo de jugador, y hasta podría ser el exclusivo más importante que se encuentra en la tienda de Epic Store (más allá de Fortnite, claro). No hay manera que alguien se pueda resistir a la experiencia de Tetris, uno de los juegos más divertidos y accesibles de la historia, que ahora también nos lleva a un viaje sensorial que muchos con grandes presupuestos pretenden lograr y no llegan ni a acercarse. De paso también hay que pedir que haya larga vida para el gran Mizuguchi, que cada vez que aparece, agita los paradigmas de una manera sin igual.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Enhance, Inc.

Tetris Effect - Review
Gameplay100%
Gráficos90%
Musica y Sonidos95%
VR80%
Lo bueno:
  • La mejor experiencia Tetris de la historia.
  • Se expande con el uso de VR.
  • Imprescindible para cualquier tipo de gamer.
Lo malo:
  • Ausencia de un modo competitivo.
95%Nota Final
Puntuación de los lectores: (4 Voto)
83%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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