La historia reciente de la franquicia Total War es una de luces y sombras. En los últimos años The Creative Assembly nos ha entregado títulos fantásticos como Shogun 2, enormes decepciones como el lanzamiento inicial de Rome 2 y una serie de juegos que terminaron por ser divisivos dentro de la base de aficionados a la franquicia, como fue el caso de las dos competentes entregas de Total War: Warhammer. Esto último debido a que estas dos entregas optaron por un escenario de fantasía en lugar de un escenario histórico, al tiempo que redujeron la complejidad táctica de los combates.

Total War: Three Kingdoms marca un retorno a la inspiración histórica para la saga, aunque con fuertes matices. Inspirado en partes iguales por los registros históricos de la historia china de los siglos II y III, como por la novelización de estos hechos realizada por Luo Guanzhong en el siglo XIV, Three Kingdoms navega entre el hecho y la fantasía con elegancia. Al tiempo que recupera viejos elementos del baúl de la historia de Total War e introduce nuevas y excitantes características a la vieja fórmula.

Como mencionamos anteriormente, Total War: Three Kingdoms nace de una inspiración doble. Y dicha dualidad se traduce en los dos modos de juego presentes en el título. El modo “Registros” toma sus características básicas de las fuentes históricas de la era y se acerca mucho a lo que se podría esperar de cualquier Total War ambientado en algún periodo importante de la historia. Las grandes personalidades de la era están presentes, pero su función no varía mucho de la de los generales y comandantes de títulos anteriores de la saga.

La gran novedad viene dada por el modo de juego llamado “Romance”. Este modo, inspirado en la famosa novelización histórica de Luo Guanzhong, nos transporta a un universo donde las tácticas militares, el desarrollo imperial, el comercio y la industria se dan la mano con héroes de leyenda, capaces de realizar proezas sobrehumanas, inspirar valor y coraje en los suyos, y llenar de terror las filas del enemigo.

Al comenzar cada partida, en cualquiera de los dos modos, dispondremos de una docena de señores de la guerra para elegir. Estos personajes son los líderes carismáticos de cada facción, y cada uno de ellos persigue el mismo objetivo: reunificar China luego de la caída de la Dinastía Han y proclamarse como la nueva dinastía imperial del país de oriente. Aquellos que sean ya de por si aficionados a esta historia (ya sea la historia real o novelizada), o incluso quienes hayan jugado otros juegos inspirados en el periodo (como Dinasty Warriors), encontrarán personajes familiares y legendarios dentro de la selección.

Para mi primera partida escogí jugar con Liu Bei, considerado por muchos como el auténtico protagonista o héroe de esta historia. Liu Bei es un líder cuya magnética personalidad y enorme compasión inspira respeto y obediencia dentro de sus súbditos, y cuya fuerza no proviene del oro ni las armas, sino de la amistad de sus camaradas y del amor del pueblo. The Creative Assembly ha realizado una tarea formidable al traducir estos elementos de la historia en mecánicas de juego.

Por ejemplo, Liu Bei comienza al mando del mejor ejército inicial del juego. Junto a sus camaradas juramentados Guan Yu y Zheng Fei, Liu Bei se plantea el objetivo de recuperar el linaje de Han, del cual él es parte. En esta relación tripartita entre Liu Bei y sus hermanos de armas brilla uno de los subsistemas que funcionan dentro de Three Kingdoms, el sistema de Guanxi, o de relaciones interpersonales dinámicas. Mediante este sistema, cada personaje dentro de la partida cuenta con una opinión de sus aliados y enemigos, y una serie de parámetros que definen sus preferencias, objetivos y aspiraciones. El enorme lazo de amistad entre Liu Bei y sus hermanos comienza con estas características maximizadas, por lo que estos tres héroes legendarios combaten al unísono con una eficacia formidable.

Dentro de las características de estos héroes y los que emplean las otras facciones sale a la luz otro de los brillantes sistemas propios de Three Kingdoms, el sistema de Wu Xing o “cinco elementos”. Mediante este mecanismo, cada héroe cuenta con una suerte de clase que dicta su rol en el campo de batalla y su utilidad al frente de determinados tipos de tropas. La clase comandante, a la que pertenecen personajes como Liu Bei o Cao Cao, se encarga de inspirar a las tropas pero también es efectiva a la hora de liderar la carga. La clase duelista, a la que pertenecen fantásticos guerreros como Guan Yu y Lu Bu, destaca a la hora de los combates unipersonales entre héroes. La clase vanguardia, a la que pertenece Zheng Fei, es especialmente útil a la hora de pasar al ataque o liderar una carga de caballería por los flancos. Mientras que la clase centinela, a la que pertenecen héroes como Sun Jian, es efectiva a la hora de montar defensas o preparar muros de escudos. Finalmente, la clase estratega, dentro de la cual se encuentran personajes legendarios como el famoso Zhuge Liang, suple su ausencia de habilidades de combate con la capacidad de potenciar a los ejércitos que están bajo su control.

Cada una de estas clases esta codificada por un color, y dicha codificación se extiende a otros elementos del juego, tales como los tipos de tropas o las distintas opciones de construcción y desarrollo en cada provincia. Este sencillo y práctico sistema de colores ayuda a visualizar de forma rápida cual es el mejor camino de construcción, que personajes serán más útiles en cada región y que tropas funcionaran mejor bajo la tutela de uno u otro héroe.

Cada uno de los héroes dentro de Three Kingdoms puede ocupar distintas funciones en la administración, el gobierno o el campo de batalla. Al comandar ejércitos, cada personaje puede liderar a una división de hasta seis unidades. Y en total pueden combinarse tres héroes dentro de un ejército. Como mencionamos anteriormente, distintos personajes serán más efectivos a la hora de comandar distintos tipos de tropas, por lo que la composición de los ejércitos depende de muchísimos factores dentro de Three Kingdoms, haciéndola la más compleja dentro de la franquicia Total War. No solo tendremos que tener en cuenta el balance de tropas de infantería, caballería, soldados a distancia y armas de asedio. Sino que también deberemos prestar atención a las habilidades de comandancia de los héroes, sus clases, y su relación con los otros personajes que formen parte del ejército.

Por fuera del campo de batalla, Three Kingdoms se comporta más o menos como un Total War clásico, aunque también hay novedades interesantes en esta faceta. Como en todos los juegos de la franquicia, controlamos a nuestro imperio en un sistema de turnos al tiempo que capturamos provincias, desarrollamos las capacidades productivas, gestionamos el comercio y la diplomacia, y nos encargamos de mantener al pueblo feliz y alimentado.

Cada provincia o “comandancia” de Three Kingdoms se compone de un centro urbano central y territorios adyacentes especializados en distintos tipos de producción, como campos de labranza, campamentos madereros o minas de hierro. Si logramos capturar todos los asentamientos dentro de una comandancia la controlaremos por completo, y podremos asignarle a la misma un administrador que, dependiendo de sus características personales y su posición dentro del Wu Xing, mejorará distintos aspectos del territorio capturado.

A medida que conquistemos más y más territorios encontraremos más resistencia por parte de los otros participantes en este “juego de tronos” oriental. Three Kingdoms ofrece un escenario dinámico de alianzas, vasallajes, luchas por la independencia y traiciones cuyo combustible es la dinámica de los sistemas existentes, por un lado, y una serie de eventos predeterminados, por el otro. Estos eventos están inspirados en el Romance de los Tres Reinos y sirven para empujar la narrativa hacía determinados momentos de importancia, y para, al final del día, dar comienzo a la auténtica guerra de los epónimos tres reinos de Wei, Wu y Shu (o, si nos desviamos de la historia, cualquier otro reino que sobreviva).

Una vez que una facción obtenga suficiente fuerza como para presentar un reclamo potente al trono, esa facción y sus dos competidores más cercanos adoptaran el manto de alguno de los tres reinos, y el juego pasara a una etapa de guerra total tripartita que recuerda en cierta forma al sistema de “Imperio Dividido” de Shogun 2. Si bien se trata de una versión mucho más interesante y refinada del mismo. Con esto dicho, Three Kingdoms tal vez presenta elementos diplomáticos y de espionaje más interesantes en la etapa previa a la guerra de los tres reinos, ya que las etapas finales del juego se traducen en grandes enfrentamientos entre tres enemigos declarados y ya no queda lugar para demasiadas sorpresas.

Por lo demás, el escenario de campaña de Three Kingdoms presenta todos los elementos esperados dentro de la franquicia. El árbol de desarrollo tecnológico es bastante sencillo y directo, pero al mismo tiempo ofrece múltiples opciones para priorizar el desarrollo en distintas áreas. El sistema de espionaje, si bien no está del todo bien explicado, ofrece una gran variedad de alternativas a la hora de socavar los esfuerzos de nuestros enemigos, o hasta de nuestros momentáneos aliados. Mientras que los sistemas de diplomacia y comercio son realmente muy completos, y se encuentran entre los sistemas más complejos de este tipo en la historia de la franquicia Total War.

Por todas sus bondades, Total War: Three Kingdoms realmente logra alcanzar todas las notas altas en el departamento audiovisual. La capacidad gráfica, técnica y artística del título se sale de las escalas. Three Kingdoms conjuga enormes batallas, un fantástico estilo artístico (aplausos especiales para la hermosa interfaz de usuario) y un rendimiento muy superior al de otras entregas recientes de la saga. Los tiempos de carga son adecuados y el framerate es mayormente constante con la única excepción de las batallas y asedios más grandilocuentes, en especial cuando cada bando usa más de un ejército. Párrafo aparte merecen las fantásticas animaciones de combate en los duelos personales entre los héroes, que traen aparejado el problema de que pueden distraernos del fluir de la batalla si queremos apreciarlas en toda su gloria.

El aspecto sonoro del juego también es fantástico. La banda musical, tanto en las batallas como fuera de ellas, es sobrecogedora y nos pone de lleno en el mundo de la Antigua China. De hecho, muchos temas presentes en el juego y el material promocional son auténticas antiguas composiciones chinas sobre el Romance de los Tres Reinos, en lo que es solo una muestra de la enorme atención al detalle volcada en el título. El trabajo de voces también es fantástico, con las voces de los personajes en chino y los diálogos y desafíos que se lanzan unos a otros en el campo de batalla.

Un elemento que no puedo dejar de volver a subrayar es la fantástica atención al detalle presente en el juego. Aquí se nota que la gente de The Creative Assembly ha realizado un extensivo estudio de la era en cuestión, con algunos elementos que llegan a rozar el rigor académico. Además de ser realmente entretenido, un espectáculo a la vista y un juego mecánicamente sólido. Three Kingdoms es también una gran puerta de entrada para interiorizarse en esta fantástica historia de la China antigua, tal vez no tan conocida por el público occidental.

Total War: Three Kingdoms es un regreso a la forma para Sega, The Creative Assembly y la franquicia Total War. Estamos ante, tal vez, el mejor Total War moderno y un juego que seguramente se ubicara entre los favoritos de los fanáticos de la estrategia o de la historia de la China antigua. Además, Three Kingdoms es un raro caso de una nueva entrega dentro de una franquicia establecida que deshace el camino de la simplificación recorrido por otras entregas recientes, algo enormemente bienvenido en los tiempos que corren.

Sistemas sólidos, novedades significativas, una enorme profundidad táctica y un apartado audiovisual que se sale de la escala se conjugan para brindarnos lo que, a mi humilde opinión, es ya un digno candidato al mejor juego del año.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por SEGA/Creative Assembly.

Total War: Three Kingdoms – Review
Historia100%
Gameplay90%
Gráficos100%
Multiplayer80%
Lo bueno:
  • Los sistemas de Guanxi y Wu Xing, y como impactan en el fluir de la partida.
  • Un juego que da marcha atrás con la “simplificación” de la franquicia en años recientes.
  • Visual y técnicamente impecable.
Lo malo:
  • Algunos elementos, como el espionaje, no están del todo bien explicados.
  • Persisten algunos problemas propios del motor usado para Total War, si bien han sido mitigados.
  • El sistema de Tres Reinos al final de la campaña inclina demasiado la balanza hacia el lado de la guerra.
95%Nota Final
Puntuación de los lectores: (6 Votes)
80%

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