Considerando la existencia de tecnología que permite seguir el movimiento de las manos dentro de la realidad virtual, era inevitable pensar que lo primero que querríamos hacer tras destrozar a tiros a cuanto robot se aparezca en nuestro campo visual sería agarrarnos a trompadas con alguien. La historia ha tenido varios momentos de este estilo, desde el lanzamiento del Powerglove de la NES, pasando por los Wiimotes de la Wii, y hasta llegar a la tecnología de punta que manejan los sets de realidad virtual actuales, como el Oculus Rift y HTC Vive.

Pasadas casi dos décadas del siglo XXI no solo contamos con los controles touch del Rift para lograr una experiencia del estilo, sino que también resucitó la franquicia de Rocky con las dos recientes películas de Creed, obligando prácticamente a responder con una propuesta triple A que esté a la altura de la trama protagonizada por Michael B. Jordan.

Considerado como el mejor estudio desarrollador de juegos VR de 2018, Survios responde con una propuesta que realmente está a la altura de las expectativas generadas por la interminable franquicia, y le pone su ya reconocida experiencia para hacer de este viaje algo mucho más particular que un simple juego de boxeo.

Creed: Rise to Glory -como bien lo aclararon sus desarrolladores en la fase de marketing- es un juego de boxeo cinemático. Acá no vamos a tener que ejecutar con precisión movimientos y técnicas de pugilismo, sino que más bien deberemos responder instintivamente a los movimientos del contrincante y apegarnos a mecánicas lúdicas que incorporan dramatismo y vértigo a cada nuevo enfrentamiento. Esto significa que (para ponerlo en términos de juegos tradicionales) este está más cerca de ser un Punch-Out que de un Fight Night.

Creed cuenta con una campaña, un modo libre para luchar contra otras celebridades de la franquicia y un modo PVP para enfrentarse a otro afortunado dueño de un set VR. La campaña, aferrándose al concepto de juego cinemático, nos propone escalar en la carrera de boxeador amateur para finalmente convertirnos en un profesional, muy al estilo de Rocky. Somos Adonis Creed y construimos toda nuestra carrera en la sombra de lo logrado por el legendario Apollo, por lo que Rocky va a estar respaldándonos para que no suframos de los vicios que suelen encontrarse en el circuito.

Previo a cada combate, o de forma libre si nos gusta transpirar la camiseta sin recibir golpes, contamos con un extenso gimnasio en donde podemos experimentar un grupo de diferentes disciplinas de entrenamiento bastante bien traducidas al mundo de la realidad virtual. Contamos con una speed ball que, tras darle unos golpes, nos obligará a usar la cintura para esquivarla; un torso en donde deberemos pegar fuerte y en orden; la tradicional bolsa colgante; una cinta de carrera en la que deberemos agitar los brazos para aumentar nuestra velocidad; y hasta podremos hacer guantes con el mítico Rocky.

En modo libre, estos minijuegos tan solo sirven para ponernos en forma y así poder anticipar el entrenamiento obligatorio de la campaña sin recibir ninguna sorpresa en el camino. Para la campaña, el entrenador de turno nos pedirá que cumplamos con un set de objetivos progresivos para poder entrar al combate con cierta preparación. Una vez completada esta etapa, podremos finalmente pasar a la jornada de combate.

Creed: Rise to Glory se toma muy en serio la idea de construir una narrativa consistente, a pesar de no contar con elementos técnicos que soporten esa idea. Su manera de contar las cosas es solo a través de charlas con los entrenadores, y trompadas en diferentes escenarios. En algunos momentos deberemos enfrentarnos a un matón en un callejón, libre de las reglas del deporte, en otros tantos pasaremos a través de una pelea de importancia narrativa en la que no importará demasiado ganar o perder, porque lo que le interesa a la trama es llevarnos hacia cierto round o cierta situación, y un poco nos hace perder el control de lo que hemos desarrollado como deportistas virtuales.

El concepto no es malo y hasta resulta interesante en cuanto a lo artístico, pero no estaría nada mal tener otros entornos por donde movernos, u otros personajes con los que interactuar, sacándonos los guantes y los shorts cada tanto para hacernos sentir un poco más personas. Es un vicio que suele ser recurrente en los juegos de realidad virtual, exacerbado por las constantes transiciones a negro para cambiar de escena en escena.

Pero lo más importante a la hora de probar estos juegos, definitivamente es el gameplay, y en eso no falla. Cree no pide más que mover las manos en forma y velocidad para asestar golpes en el torso y la cara del contrincante, también exigiendonos una buena postura para cubrirnos y esquivar a tiempo, algo que se adquiere rápidamente mediante los minijuegos de entrenamiento.

Y también agrega mecánicas que lo hacen un tanto más videojuego y un tanto más accesible, para que finalmente juguemos a ser boxeadores profesionales, en vez de exigirnos serlo al pie de la letra. Dadas ciertas condiciones de resistencia en la pelea, podremos esquivar un fuerte golpe del contrincante para activar una secuencia de camara lenta en donde se nos dará la posibilidad de combinar rápidamente una serie de golpes que finalmente nos llevarán a la cuenta regresiva del knock out. Para recuperarnos de un fuerte golpe, también deberemos ser rápidos para ejecutar ciertas posturas con las manos para tratar de volver al combate lo más rápido y enteros posibles.

Hasta caer al suelo trae su propio minijuego en donde prácticamente nos salimos de la humanidad de Adonis Creed para tener que volver al trote para levantarnos y seguir luchando. A medida que más veces caemos en la pelea o más trompadas hemos parado con el rostro, más largo será el camino de retorno, lo cual finalmente terminará por dejarnos fuera de combate de forma definitiva.

Quizá lo más reprochable de toda la experiencia en solitario de Cree esté en el tremendo desgaste físico al que nos lleva, aún sin tratarse de una simulación realista del deporte. Este título exige que exploremos todos los movimientos del cuerpo para poder vencer a los más pesados contrincantes, y aunque no nos duela cada piña que nos asestan, el tener que esquivarlas y pegar con una velocidad suficiente para provocar un daño importante (que se puede determinar por los valores de daño demostrados  en los entrenamientos), requiere de esforzar la musculatura completa tanto de nuestra parte superior como de la inferior. Tirar una piña es un movimiento de cuerpo completo, como en el deporte real, y es algo que hay que tener muy en cuenta a la hora de pensar en comprarlo.

El modo online cumple con todo lo que se puede esperar de acuerdo a lo ofrecido por la campaña pero amplificado por la presencia de otra persona en la piel del contrincante, lo cual le da otra complejidad a las cosas. Quizá la experiencia cinemática que se ha planteado para el título no cuadre demasiado bien con los estilos de pelea de cada jugador, lo cual parece romper un poco con el estilo construido para Creed. El título funciona perfectamente pero se pierde por completo la sensación de vértigo y satisfacción de victoria cuando cada uno puede revolear trompadas sin ton ni son para tratar de ganar o correr alrededor del ring sin ser penalizado, convirtiéndose simplemente en un juego de boxeo más digno del Wii Fit que de lo pretendido por Survios.

Donde más brilla es definitivamente en el apartado visual, que en cierta forma explica el porqué no existen escenas de más personajes o mayor complejidad de entorno. Cada modelo de personaje es una despampanante manifestación de humanidad estilizada que da hasta miedo tener en frente. Todos los luchadores ofrecen variables de tamaño, altura y peso, lo cual hace que pararnos delante de cada uno sea una experiencia en si misma. Lo mismo sucede con los escenarios, en lo que felizmente nos encontramos con una gran variedad para alternar en los modos libres, pasando por gimnasios de entrenamiento, callejones abandonados, o hasta los rings más importantes del mundo, llenos de público, asistentes de ringside, presentadores y árbitros.

En lo audiovisual es donde Survios ha puesto todo su mayor empeño y es donde definitivamente el estudio sabe brillar, trayendo por fin la experiencia triple A a la creciente industria de la realidad virtual.

Creed: Rise to Glory es definitivamente un juego para no dejar pasar, una vez considerado el desgaste al que nos enfrentaremos, y sobre todas las cosas, si nos gusta el deporte. Todo en este título es un homenaje a la franquicia de Rocky, y hasta ha recibido actualizaciones gratuitas con nuevos personajes presentados en la segunda película de Creed. Iniciar el titulo y comenzar a escuchar la melodía de la famosa composición de Bill Conti, luego transpuesta en “You Are Creed” del compositor Ludwig Göransson, es una experiencia realmente impagable en el género, por lo que es dificil pensar en tener un set de realidad virtual sin darle una probada a semejante construcción.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Survios.

[VR] Creed: Rise to Glory - Review
Historia80%
Gameplay89%
Gráficos90%
Música y Sonidos90%
Lo bueno:
  • Una de las mejores experiencias de boxeo VR
  • Gráficos espectaculares
  • La ambientación Rocky/Creed
Lo malo:
  • Las transiciones y falta de escenas cinemáticas rompen un poco la narrativa
  • El modo multijugador no cumple con las expectativas
  • Importante desgaste físico
90%Nota Final
Puntuación de los lectores: (9 Voto)
82%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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