Los videojuegos y los mitos de H.P. Lovecraft tienen una larga historia en común. Podemos nombrar más de una docena de títulos inspirados directa o indirectamente por aclamado autor. Desde juegos modernos como Darkest Dungeon hasta clásicos como Prisoner of Ice o Dark Corners of The Earth. Dichos juegos han recorrido distintos géneros y han sido más o menos aclamados, pero siempre mantuvieron algo en común: intentar retratar en la pantalla los indecibles horrores descriptos por Lovecraft y plasmarlos en personajes al borde de la locura, la muerte, o algo peor.

Call of Cthulhu, de Cyanide Studio, se suma a esta larga tradición con una nueva aventura gráfica que busca internarnos en los más oscuros rincones de los mitos de Lovecraft. En este caso interpretamos al detective Edward Pierce, un veterano de la Gran Guerra que sufre de stress postraumático y otros “síntomas” tal vez más siniestros. Desahuciado y al borde de la quiebra, Pierce acepta un enigmático caso: la hija de un poderoso magante, Sarah Hawkins, ha muerto junto a su familia en un siniestro incendio en la aún más siniestra isla de Darkwater. La única pista: una oscura pintura, obra de la finada, que parece indicar signos de que algo más ocurría en el seno familiar.

Pronto Pierce se ve transportado a Darkwater y comienza a descubrir poco a poco que la isla no es solo el puesto ballenero venido a menos que muestra su fachada, sino también el hogar de algo mucho más oscuro y peligroso. A lo largo de una quincena de capítulos, deberemos guiar a Pierce mientras libra una doble lucha: por un lado, descubrir la verdad sobre la muerte de los Hawkins. Por otro lado, mantenerse cuerdo frente a la indecible locura que ocultan las entrañas de Darkwater.

Para lograr estos cometidos, controlaremos a Pierce en una perspectiva de primera persona mientras recoge pistas, investiga escenas de crimen, interroga sospechosos y devela los secretos ocultos de Darkwater. El esquema de control es muy sencillo, y durante el 95% de la aventura Pierce no cuenta con elementos de combate con los que defenderse. Call of Cthulhu nos presenta una jugabilidad que se siente bastante introspectiva. La mayoría del tiempo el juego nos invita a adentrarnos en los distintos ambientes a fin de descubrir pistas, resolver puzles y encontrar secretos.

Para lograr estos contamos con herramientas bastante sencillas. Pierce tiene un gran poder de observación y puede deducir conclusiones rápidas con solo observar objetos y pistas. Lo que es más, Pierce cuenta con una habilidad casi sobrenatural de “reconstruir” escenas previas en su mente. Mediante esta capacidad, vamos a poder visitar los momentos finales de una víctima o reconstruir la ruta de escape de un sospechoso.

Además, Pierce cuenta con otras habilidades que funcionan en torno a estadísticas de estilo RPG. Estas estadísticas van mejorando a lo largo de la historia, al tiempo que asignemos puntos a unas u otras. La estadística de elocuencia, por ejemplo, desbloquea nuevas opciones de conversación al interrogar sospechosos. Mientras que la estadística de investigación le permite a Pierce forzar cerraduras. Lamentablemente, estos sistemas se sienten a medio cocinar y el sistema de estadísticas no tiene mucho sentido dentro de la estructura de juego. La estadística de investigación, por ejemplo, meramente sirve para encontrar pequeños atajos en algunas secciones. Si no podemos abrir una puerta forzando la cerradura, es seguro que en algún lugar cercano habrá una llave disponible. Lo cual elimina la razón de ser de casi todo el sistema. Algo similar ocurre con los interrogatorios, que concluyen de la misma manera sin importar las opciones de dialogo que Pierce tenga disponibles.

Por fuera de las secuencias de investigación, Call of Cthulhu cuenta con algunos puzles y algunas secuencias de infiltración y combate. Los puzles son mayormente sencillos y no presentan demasiados desafíos. Aunque algunos de ellos están bastante bien pensados. En lo particular, una sección que nos obliga a abrir una caja fuerte al tiempo que investigamos una misteriosa biblioteca me ha parecido muy entretenida.

Las secuencias de acción e infiltración no salen tan bien paradas. Pierce no cuenta con habilidades de combate (con la excepción de una única secuencia) y el sistema de infiltración presente en el juego es bastante tosco. Por lo que los escenarios que nos obligan a pasar desapercibido son más un dolor de cabeza que otra cosa. Una secuencia en particular, en la que somos atacados en una galería de arte, me obligo a recargar la partida casi una docena de veces debido a que era casi imposible evitar al atacante. Solo cuando descubrí la cadena de movimientos exacta para salir del lugar pude superar dicha sección.

Por fuera de los elementos jugables, bastante escuetos en sí mismos, Call of Cthulhu cuenta una historia interesante, llena de giros y sorpresas. El misterio en torno a la mansión Hawkins y las obras de arte de Sarah es muy interesante, y la manera en la que Pierce va sumergiéndose poco a poco en la locura está muy bien planteada. Al punto de que llega un momento en el cual no podremos confiar en los ojos y el razonamiento del propio personaje que manejamos.

Lamentablemente, esta historia interesante está atrapada en un juego técnicamente modesto. Desde un punto de vista gráfico, Call of Cthulhu tiene algunos momentos de lucidez, en especial en lo referido a los escenarios y los efectos de iluminación. Pero presenta algunos elementos que son prácticamente inadmisibles en un juego moderno. Los modelos de personajes son totalmente atroces. Casi todos los habitantes de Darkwater lucen aspectos plásticos y faltos de vida. Esto se potencia con animaciones poco realistas y un trabajo de texturas que deja mucho que desear. Solo el propio Pierce, los diseños de algunas criaturas y dos o tres personajes más se salvan de la debacle.

En cuanto a lo sonoro Call of Cthulhu sale algo mejor parado, con un buen trabajo de voces y una banda sonora ominosa que genera tensión en todo momento. También son buenos los efectos de sonidos, que logran situarnos en ambiente de manera muy correcta. Una secuencia que se da en las entrañas de un manicomio, por ejemplo, está muy bien lograda y realmente hiela la sangre.

En definitiva, Call of Cthulhu es un juego correcto por parte de Cyanide Studios, pero que cuenta con una serie de problemas bastante grandes bajo sus tentáculos. Los amantes de los mitos de Lovecraft encontrarán mucho para masticar en la historia oscura y siniestra que plantea el título. Pero las secuencias jugables (en especial las secuencias de acción), seguramente frustraran a la mayoría de los jugadores. Esta mediocridad de los elementos de juego se añade a un aspecto técnico decididamente pobre, con modelos de personajes y trabajos de textura que parecen salidos de un juego de la década pasada. Call of Cthulhu nos presenta una historia intrigante, pero sus elementos constitutivos no están a la altura de los mitos.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Focus Home Interactive/Cyanide Studio.

Call of Cthulhu – Review
Historia85%
Gameplay50%
Gráficos60%
Música y Sonidos70%
Lo bueno:
  • Gran historia en torno a los mitos de H. P. Lovecraft.
  • Algunas secuencias bien ambientadas.
  • Correcto trabajo de voces.
Lo malo:
  • Pobres secuencias de acción.
  • Atroces modelos de personajes.
  • Los elementos RPG no tienen razón de ser.
60%Nota Final
Puntuación de los lectores: (6 Voto)
72%

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