Luego de dos proyectos exitosos como Wasteland 2 y Torment: Tides of Numenera, Brian Fargo y sus muchachos en InXile regresan a la carga con un nuevo proyecto. Y en esta ocasión, la misión es continuar con una de las sagas más antiguas y venerables del juego de rol para computadoras: The Bard’s Tale.

Lanzado en 1985 bajo el titulo Tales of Unknown, Volume I: The Bard’s Tale, el producto de la vieja y querida Interplay significó una enorme evolución para con el género RPG al agregar por primera vez gráficos en tres dimensiones, animaciones para los distintos personajes y enemigos, y un uso de la música sin precedentes. Cosas que hoy damos por sentado, pero que hace casi 35 años sorprendieron a todos. The Bard’s Tale fue un gran éxito, y recibió rápidamente dos secuelas: Destiny Knight en 1986 y Thief of Fate en 1988, para luego caer en el olvido y apenas ser reflotado como un spin of de acción olvidable en 2004. Por suerte, InXile recuperó los derechos de la franquicia y luego del éxito de sus primeras experiencias con el financiamiento colectivo se puso manos a la obra con The Bard’s Tale. Así, vimos llegar The Mage’s Tale (una precuela VR para The Bard’s Tale IV) y las ediciones remasterizadas de los juegos anteriores de la saga. The Bard’s Tale IV: Barrows Deep es la última parada de este extenso y difícil camino.

The song I sing will tell the tale

Más de un siglo ha pasado desde que un grupo de aventureros salvase a Skara Brae y al mundo de Caith de las garras del mal. Durante todo ese tiempo, humanos, enanos, elfos y trow vivieron en relativa paz y armonía. Pero ahora, una vez más, la armonía de Skara Brae y el mundo están en peligro. Oscuros agentes operan en las sombras, y la persecución racial ha regresado a las calles de la ciudad. En medio del caos, la cofradía de aventureros es atacada y sus miembros capturados, ejecutados o dispersados a los cuatro vientos. Y una vez más, recae en un pequeño puñado de aventureros la tarea de encontrar a los responsables y rescatar a Skara Brae.

Comenzamos la aventura en The Bard’s Tale IV al mando de la trovadora Melody, si bien pronto el juego nos da la opción de personalizar a nuestro personaje principal (en lo particular, terminé por escoger a un bardo humano de facciones sospechosamente similares a las de Brian Fargo). Luego de nuestras primeras peripecias en las entrañas de la ciudad, comenzarnos a sumar a nuestros aliados. Barrows Deep utiliza un sistema ligeramente diferente a lo que seguramente recuerdan los viejos aficionados a la franquicia. En lugar de crear a nuestro grupo de aventureros de una sola vez, nos vamos a ver obligados a ir reclutando personajes compañeros diseñados por InXile. Si bien también vamos a poder crear personajes propios en la cofradía de aventureros, pero solo a través del uso de una moneda de cambio específica para tal función. En lo particular, encontré que los personajes pre-diseñados terminan por ser más interesantes, ya que discuten entre ellos y a veces tienen observaciones que hacer sobre el mundo del juego. Cosa que los personajes personalizados hacen pero de forma más limitada. De todas formas, los puristas también tendrán la opción de construir un grupo de aventuras a su medida, pero no desde el comienzo de la travesía.

En total hay ocho razas/culturas y cuatro clases básicas en The Bard’s Tale IV. Las razas (que incluyen cuatro culturas diferentes de humanos) apenas significan cambios estéticos y bonificadores pasivos. Por lo que no plantean demasiada variación. Las cuatro clases presentes son el epónimo bardo, el guerrero, el ladrón y el practicante de magia. Cada una de estas clases cuenta con tres tiers de habilidades y distintas ramas de personalización. The Bard’s Tale IV simplifica de forma bastante notoria el sistema de progresión y uso de habilidades. Cada vez que ganemos un nivel vamos a obtener un punto de habilidad que podemos gastar en mejorar algún aspecto de nuestros héroes, y al llegar a una determinada cantidad de puntos gastados, nos veremos obligados a visitar a la Junta de Revisión en la cofradía para desbloquear el siguiente tier de habilidades. Es un sistema que busca recuperar parte de la experiencia de los juegos originales, pero que se siente algo artificial y fuera de lugar en su uso dentro de este nuevo juego.

When evil fled and brave men bled

Una vez que tengamos a nuestro grupo de aventureros preparado es hora de salir a las calles de Skara Brae y comenzar la aventura. The Bard’s Tale IV recupera todos los elementos clave de los juegos originales, y su apartado jugable se divide mayormente en tres grandes áreas: la exploración, los puzles y el combate.

La faceta de exploración nos libera de la grilla cuadrangular y nos permite recorrer Skara Brae y el mundo de Caith con mayor libertad (si bien InXile tiene prometido un “modo grilla” a agregar en próximos DLCs de forma gratuita). A pesar de que la mayor parte de la exploración es sencilla y no presenta mayores desafíos, una buena porción de las áreas presentes en el juego están escondidas detrás de barreras que solo pueden ser flanqueadas con el uso de la música. A medida que vayamos progresando la historia central vamos a ir desbloqueando distintas canciones, y cada una de estas canciones funciona como una suerte de habilidad a lo “metroidvania”, en el sentido de que nos van a brindar acceso a secretos y lugares presentes en cada uno de los escenarios. Por ejemplo, la tonada “Hidey-Bide” nos permitirá encontrar alijos trow escondidos, siempre y cuando encontremos las pistas de su presencia en el mapa. Mientras que la melodía conocida como “Granfather Sky Sees All” servirá para despejar zonas bloqueadas por un tipo específico de vegetación.

La exploración va emparejada con los distintos puzles que nos presenta el juego. Los hay de todos los sabores y colores. Desde sencillos juegos de engranajes que bloquean puertas hasta rompecabezas tridimensionales que involucran hadas y aves. Algunos de estos puzles son bastante simples, y no presentan demasiado desafío. Mientras que otros (en especial los que se encuentran dentro de las distintas mazmorras), son mucho más enrevesados y nos obligaran a pensar muy bien en la solución. También existen otros puzles opcionales, tales como las armas rompecabezas o los altares de la rueda de código. Las armas rompecabezas son objetos élficos que obtienen todo su poder solamente tras resolver una serie de acertijos en el arma, y a lo largo y ancho del mundo de juego. Mientras que los altares de la rueda de código nos obligan a utilizar una herramienta real, por fuera del juego, de manera similar a lo que se usaba como sistema de DRM en la década de 1980.

Finalmente, el combate enfrenta a nuestro grupo de hasta seis aventureros contra distintos enemigos en una grilla de 4×4. Las dos filas más cercanas al jugador son para nuestros héroes, y las dos más lejanas para los enemigos. El sistema de combate es interesante, y por momentos plantea un buen desafío. Si bien la variedad de habilidades no es tan grande como la que teníamos en los juegos originales (y solo se nos permite “equipar” hasta cuatro habilidades a la vez), The Bard’s Tale IV hace un buen uso del posicionamiento y los sistemas de buffs y debuffs a la hora de otorgarle distintas opciones al jugador y no volverse del todo monótono.

Los sistemas de juego que funcionan dentro de The Bard’s Tale IV son efectivos por su cuenta, pero presentan algunos problemas con respecto al diseño de los distintos escenarios. Por momentos, el juego nos obliga a resolver una vez tras otra el mismo tipo de puzle, sin descanso ni pausa. Mientras que en otros momentos enfrentaremos enormes zonas plagadas de enemigos que significan un combate detrás del otro sin parar. Estamos ante un juego que presenta mecánicas variadas, pero que no las distribuye bien dentro de la estructura de su campaña. Por lo que a veces la experiencia con The Bard’s Tale IV se puede volver algo frustrante y repetitiva.

Of castle walls and torchlit halls

Desde un punto de vista técnico, Barrows Deep presenta enormes dificultades al momento de su lanzamiento. Gráficamente el juego es decente, si bien algunos escenarios se presentan como muy poco inspirados y con un trabajo de texturas decididamente pobre. Es llamativo el hecho de que la zona menos agraciada desde un punto de vista gráfico es precisamente la primera que visitamos. Mientras que el aspecto visual de juego, tanto desde un punto de vista técnico como desde uno artístico, mejora cuando abandonamos las catacumbas de Skara Brae.

Un mayor problema viene representado por el rendimiento del juego. Aun superando con creces los requisitos recomendados, The Bard’s Tale IV presenta severas inconsistencias en su framerate y hasta microstuttering en algunas áreas. Estos problemas de rendimiento se suman a toda otra larga lista de bugs, glitches y cuelgues que empañan de manera muy severa la experiencia del juego.

Lo que es más, The Bard’s Tale IV utiliza un sistema de puntos de guardado que puede dar lugar a momentos de enorme frustración al emparejarlo con los problemas de rendimiento del juego. El sistema de guardado presenta lógica en los papeles, ya que agrega una buena dosis de tensión a los combates. Pero cuando perdemos veinte o treinta minutos de progreso porque el juego decide colgarse y salir al escritorio la lógica vuela por la ventana junto con nuestras ganas de seguir jugando.

Pero tal vez, el problema más grave de todos es una serie de bugs y fallos que impiden el progreso en la aventura. Uno de ellos, particularmente grave, viene atado con la traducción al español para el juego, y nos impide avanzar en la historia al romper el funcionamiento de un determinado tipo de puzle. Si van a lanzarse a la aventura en The Bard’s Tale IV en estas primeras semanas, estarán obligados a hacerlo con el idioma inglés. Si desean jugar en español, la única alternativa es sentarse a esperar a que InXile solucione el problema mencionado.

Solo un elemento salva las ropas dentro del apartado audiovisual del juego, y es el magnífico trabajo musical puesto al servicio de la aventura. Sin dudas, un juego que lleva por título The Bard’s Tale merecía una banda sonora a la altura, y por suerte InXile ha cumplido con creces en este aspecto. La banda musical compuesta por distintos tonos de origen celta o gaélico es realmente fantástica, y se ve acompañada por un muy buen trabajo de voces, en especial para los distintos personajes compañeros.

Till men of old for blood and gold had rescued Skara Brae!

De manera similar a lo ocurrido con Torment: Tides of Numenera, InXile nos presenta un juego que contiene fantásticas ideas y el potencial para horas de diversión, pero que sin dudas necesitaba un mayor tiempo de producción para pulir bugs, asperezas y problemas de balance. Cuando funciona, The Bard’s Tale IV se revela como una de las mejores experiencias de rol del año. Pero cuando un bug, glitch o desbalance jugable se nos mete en el camino, estamos ante un juego decididamente frustrante.

Como aficionado a los juegos de este estilo, me encantaría poder recomendar a The Bard’s Tale IV: Barrows Deep con una reseña más halagüeña y un puntaje final más alto. Pero no podemos faltar a la verdad. El producto de InXile presenta muchos fallos serios, al punto de que algunos de ellos impedirán a varios jugadores el disfrute de la aventura. Desde aquí, esperamos que los muchachos de Brian Fargo pongan manos a la obra y puedan mejorar el nivel técnico del juego con sucesivos parches y actualizaciones. Algo que ya hicieron con Torment: Tides of Numenera. Por lo pronto, nos vemos obligados a agregar varios asteriscos a nuestra evaluación final de The Bard’s Tale IV.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por inXile Entertainment.

The Bard’s Tale IV: Barrows Deep – Review
Historia75%
Gameplay70%
Gráficos65%
Música y Sonidos95%
Lo bueno:
  • Buen diseño de exploración, puzles y combates.
  • Hermosa banda musical.
  • Buen diseño artístico en algunos escenarios, en especial al promediar el juego.
Lo malo:
  • Bugs, toneladas de bugs.
  • Severos problemas de rendimiento.
  • Problemas de balance en el diseño de los escenarios.
70%Nota Final
Puntuación de los lectores: (3 Voto)
85%

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