Como siempre obliga la poco respetable costumbre de lanzamientos anuales para las licencias perpetuadas en manos de un publisher, F1 2018 sufre de las presiones tradicionales que le tocan a los que salen después de una entrega de gran calibre. F1 2017 había sido prácticamente un cambio de paradigma en los licenciados de Formula 1, pero además, este es el primer título que cuenta con el controversial halo de seguridad para los pilotos, presentándose como otro bache en la categoría, una vez superado el traspaso a los V6 turbo híbridos en 2015.

Para ser justos, al trabajo excepcional de Codemasters en 2017 realmente no le hacían falta demasiados cambios. En el título no solo encontrábamos un gran modelo de conducción que se arrimaba más al arcade que a la simulación detallista, sino que la estructura general de la experiencia ofrecía enormes recovecos llenos de momentos de disfrute.

F1 2018 se siente como una gran actualización para el título pasado, pero no es algo que deberíamos menospreciar, ya que el paso que dio el estudio es más o menos el esperado, y es respaldado por unos pequeños nuevos giros que realmente justifican el traspaso al nuevo juego.

En primer lugar, por sobre todos los demás ajustes, F1 2018 ofrece un nivel de desarrollo de la inteligencia artificial inaudito. Si bien F1 2017 era implacable en los escalones más altos del centenar de pasos en la dificultad adaptable, la entrega de 2018 recibe más naturalidad, un comportamiento más humano y una variedad de personalidades llamativa a la hora de enfrentarnos en pistas con diferentes pilotos y equipos. Esto también se traslada un poco a la parte técnica de los vehículos, que corresponden aún más con sus contrapartes del universo real: Las curvas son de los Ferrari, pero una vez agarrado el envión, no hay como un Mercedes.

El lugar de cabecera donde vamos a experimentar todo esto es en el modo campaña, donde al igual que en entregas anteriores vamos a ocupar el lugar de uno de los corredores de una marca a elección para participar de campeonatos anuales y el desarrollo de la tecnología del bólido que pilotamos. En esta ocasión, Codemasters apostó a ajustar un poco más la experiencia de management entre carrera y carrera, presentando un sistema de nivel de moral entre los diferentes departamentos de desarrollo.

Al final de cada carrera, o entre sesiones previas al grand prix, nos enfrentaremos al exigente escrutinio de una reportera que hará certeras preguntas acerca de diferentes aspectos de los resultado obtenidos en cada etapa, y esto provocará la suma o la resta de diferentes niveles de asistencias en el desarrollo de perks específicos. Una mala respuesta puede bajar la moral del equipo desarrollador de transmisiones, por lo que esa renovada caja de cambios puede llegar a tardar un poco más de tiempo, y hasta fallar en el proceso de construcción, lo que finalmente terminará costándonos otros cientos puntos de experiencia para volver a iniciar otro desarrollo.

Por otro lado, al dar respuestas en favor del equipo y tratando de acomodarnos a complacer a casi todos los que participan en las mejoras del auto, iremos alcanzando una evolución más lenta y balanceada de toda la experiencia, aunque eso nos ubicará en los lugares menos interesantes del campeonato. Es una cuestión de saber a dónde apuntar para sacrificar lo que realmente no nos hace falta y apostar por lo que si necesitamos, por más que pueda resultar en situaciones desfavorables.

El problema de esta mecánica no es la influencia imprevisible en los resultados de nuestro campeonato sino en la manera en que debemos optar por cada respuesta: Llega la pregunta y un timer de unos 10 segundos nos obliga a leer las 4 posibilidades a la velocidad de la luz, para no terminar sin decir nada, empeorando la situación, y es inevitable pensar en cuál es la necesidad de hacerlo de esa manera. Generalmente uno responde de forma rápida cuando sabe lo que quiere responder, pero si antes de responder tiene que pensar en cuál de las 4 cosas le interesan más, un reloj apurándonos es una mala decisión.

Volviendo a los boxes, el juego repite lo grandioso de las etapas de práctica que se implementaron el año pasado. Una vez que nos sientan en el auto tenemos la posibilidad de practicar diferentes aspectos del propio vehículo y el circuito de turno. El primer apartado enseña a recorrer la pista de la forma más rápida posible, imponiendo checkpoints en cada una de las curvas y rectas, con un requerimiento específico de velocidad para obligarnos a estar lo más a fondo posible, la mayor parte del tiempo. Otro de los apartados de este modo es el de reducir el desgaste de los neumáticos en una serie de vueltas, haciendo el trazado correspondiente y frenando tratando de no bloquear; y finalmente un modo de prueba de clasificación que configura todo el vehículo con la información obtenida durante las otras prácticas para tenerlo en su mejor forma y tratar de conseguir el mejor tiempo.

En la pista, F1 2018 logra sensaciones de velocidad como ningún otro juego actual, a pesar de tratarse de una propuesta no tan exigente en cuanto al manejo, aunque tampoco nos vamos a topar con un arcade accesible. Gracias a la gran respuesta de los controles y el excelente force feedback, sumado a las exigencias de las pruebas de práctica, una vez más, la serie obliga a aprender a ser el mejor de cada circuito, como parte primordial de la experiencia F1. Si bien al compararlo con simuladores mucho más detallistas, como es el caso del pack Ferrari de Assetto Corsa (que incluyó la versión 2017 del “cavallino rampante”), los Formula X de Race Room Racing Experience, o la propuesta un tanto más ligera de los equivalentes en Project Cars (aunque estos dos últimos con motores más potentes), este juego cumple con creces con las sensaciones esperadas de las versiones virtuales de la categoría, ofreciendo larguísimas horas de diversión y competencia, como se debe.

Los gráficos, al igual que todo lo que ya es parte de esta estructura, han sufrido algunos cambios pero de poca escala, aunque resultan en una mejor visual general, gracias a sistemas de partículas que simulan la atmósfera de los diferentes cambios climáticos, y un nuevo sistema de luces dinámicas que aportan a refinar de mejor manera el tono general de cada cuadro. Definitivamente, no ofrece los resultados de un cambio de motor gráfico por completo, pero mientras mejora lo que ya se ha logrado en años anteriores, también propone una optimización irreprochable, lista para responder como se debe en un juego que requiere reacciones de fracciones de segundo.

Y si bien es cierto que todo esto pudo haber llegado mediante una gran actualización, incorporando los nuevos modelos de autos, agregando más autos clásicos y actualizando las estadísticas de todos, el precio regionalizado para nuestros países es mucho más que accesible que el precio de la media de los triple A. De hecho, tras el cambio a monedas regionales en la plataforma de Steam, este título vale lo mismo que el juego del año pasado, que ya cuenta con precio reducido en relación a su lanzamiento.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Deepsilver/Codemasters.

F1 2018 - Review
Gameplay90%
Gráficos90%
Música y Sonidos85%
Multiplayer80%
Lo bueno:
  • Retoques de mejoras en todos los aspectos de F1 2017
  • La inteligencia artificial más precisa del género
  • La experiencia de campaña sigue mejorando
Lo malo:
  • Podría ser un gran parche para la edición anterior
  • El halo suele molestar más de lo necesario
  • Los gráficos están cada vez mejor, pero hace falta dar el paso hacia nuevas tecnologías
86%Nota Final
Puntuación de los lectores: (1 Voto)
90%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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