Ya se torna un tanto redundante hablar del resurgimiento de nuestra plataforma cada vez que una franquicia exclusiva de consolas llega a nuestras costas. Ya nos pasó tantas veces, gracias al enorme rédito comercial que los publisher se niegan a confesar, que hoy ya es cosa de todos los días. Pero si alguien, hace 2 años, hubiera dicho que Yakuza llegaría a PC, más de alguna carcajada y/o insulto hubiera surgido en foros y grupos de redes sociales, porque no había chance alguna que una serie tan arraigada a un grupo cultural tan particular atravesara todas las barreras para llegar a Steam. Esto no solo era una situación impensada, sino que además tomó nada menos que seis diferentes entregas de la serie principal -y algunos otros spin-offs- para que finalmente podamos vivir de primera mano las aventuras de Kazuma Kyriu y Goro Majima.

Para los que nunca le pasaron cerca, Yakuza es una serie difícil de encajar en un género tradicional porque estamos frente a un juego de rol japonés pero que no se acomoda con lo que normalmente se conoce como rol japonés, hablando de cosas como Final Fantasy, los Hyperdimension Neptunia o los aclamados Ni No Kuni, por ejemplo.

Tampoco son juegos de rol occidentales como Skyrim o The Witcher, y si se puede decir que es de mundo abierto, tampoco hay manera de compararlos con los Grand Theft Auto o los Saints Row, porque eso también lo hace con su estilo propio, y si se quiere, mucho más delimitado. Este es un animal de otro calibre, una idea general propia que no se puede encontrar en otra franquicia, y a lo sumo, está más en sintonía con los clásicos Shenmue que con otras cosas.

De hecho, hasta se podría decir que toda la parte mecánica del gameplay es solo un adorno en función de una novela visual de grandes actuaciones y excelentes modelos de personaje, que nos sumerge en dos facetas del inframundo Yakuza a través de sus dos protagonistas, que son una especie de exiliados despreciados por dos diferentes familias de la organización.

Por un lado tenemos a Kazuma Kyriu, la cara más visible de esta franquicia, quién ha caído en un boycott a gran escala para incriminarlo en un asesinato que no cometió y no solo convertirlo en el chivo expiatorio de un gran plan maestro de bienes raíces, sino que también es uno de los engranajes en la maquinaria que pusieron en marcha otros miembros de la familia Dojima, del clan Tojo, para deshacerse de uno de sus más poderosos tenientes, ahora en prisión.

Kiryu recibe este trabajo de parte de un prestamista del área ficticia de Kamurocho, un puñado de manzanas en el corazón de Tokio donde se vive el estilo Las Vegas pero con fuertes particularidades culturales de este Japón de fines de los 80s. Pronto Kiryu descubre que todo ha sido una trampa y empieza a desentrelazar los movimientos de los tenientes involucrados en toda esta maniobra, para no solo tratar de limpiar su nombre sino además para defender a su protector y vengarse. Para llegar a esto, el primer paso es salirse de la familia, y no encuentra mejor manera que llevarse puesto a todo un ejército de protectores del edificio que centraliza a este clan, y a partir de ese momento inicia su propio camino como exiliado y enemigo público número uno.

Por otro lado vamos a experimentar la trama de Goro Majima, otro confrontado con el clan Tojo pero con base de operaciones en Sotenbori, otra zona ficticia pero de Osaka. Majima tiene sus propios problemas con la familia, devenidos de un plan de asesinato que no pudo cumplir, y por el que su hermano por elección fue condenado a años de prisión. Esta traición le costó caer en un período de tortura Yakuza del que pocos salen vivos, y terminó siendo obligado a pagar una deuda millonaria administrando uno de los más importantes cabarets de Sotenbori, el The Grand.

Sentadas estas bases, y transcurriendo en capítulos intercalados, el juego propone una experiencia cinematográfica de inicio a fin, por lo que todo lo que sea jugar es bastante relativo, y aunque muy funcional, puede parecer poco para el que esté acostumbrado a propuestas más occidentales. En Yakuza 0 tenemos que estar dispuestos a experimentar escenas cinemáticas y diálogos que duran entre 10 y 30 minutos, por lo que se hace dificil de aprovechar para partidas más casuales.

En general, el mundo abierto propone un gameplay de exploración en tercera persona con combates en instancias propias que se generan tanto aleatoriamente (al chocar con ciertos tipos de bandos como motoqueros, yakuzas o borrachos) como preestablecidos por la trama. A la hora de los bifes, Yakuza 0 se pone agresivo, pone la música metalera a todo volumen, y expulsa un aroma a Tekken que inyecta adrenalina inmediatamente, para sumergirnos en una danza violenta de combos y movimientos de ejecución contra tantos enemigos como entren en la acera.

La mecánica es similar a la de muchos beat ‘em ups clásicos pero con condimentos modernos que resultan en una satisfacción inexplicable al deformarle la cara a los villanos de turno. Mediante un sistema “lock-on” ligero, y tres posturas de combate diferente tanto para Goro como para Kyriu, estas peleas ofrecen constante variabilidad y vértigo lo suficientemente bueno como para poder ser un juego por si solo. La previa a cada disputa obliga a un cálculo estratégico muy rápido, y muy interesante, que determina los movimientos que utilizaremos y las condiciones en que se dará la trenza pugilista.

Para esto, Yakuza 0 incorpora algunos elementos de progresión de personaje en los que se incorpora su parte económica. Cada victoria recompensará con una suma de dinero determinada por ciertas condiciones de la batalla, que finalmente no solo será útil para comprar items y experimentar los lujos de estas ciudades, sino que además será requerida obligatoriamente para poder elevar las diferentes estadísticas de personaje y desbloquear nuevos movimientos.

Otro de los aspectos importantes de esta experiencia de mundo abierto son la enorme cantidad de minijuegos que vamos a encontrar en las áreas de ambos personajes. Tanto Kamurocho como Sotenbori cuentan con locales y habitaciones privadas para jugar a mahjong por dinero, a los videojuegos clásicos de SEGA como Space Harrier, para disfrutar de un poco de karaoke junto a otra gente, cabarets, y hasta departamentos privados donde se puede pagar un turno para ver videos eróticos (muy livianos para los estándares occidentales) de diferentes “idols” que vamos desbloqueando a medida que avanzamos en la historia.

Toda esta estructura se interconecta con momentos de free roam donde además de ir del final de una misión principal, hasta el inicio de otra, nos vamos a encontrar con un centenar de tramas secundarias que profundizan aún más en la vida de estos lugares, y de manera mucho más importante, nos da a todos los que somos lejanos espectadores de esta cultura, un verdadero pantallazo de la vida cotidiana de Japón, desde como la ven nenes de apenas algunos años, como hasta los más ancianos, pasando por la gente que se levanta a trabajar todos los días, como por impunes mafiosos que se aprovechan de la connivencia del estado y cobran por protección.

En este apartado es donde Yakuza 0 brilla más -y creemos que el resto de la serie también- ya que el planteo de las situaciones, el desarrollo de la trama principal y todas las accesorias, es algo que pocas veces se ha visto en esta industria. Los yakuza son una organización ideal para contar historias, no solo por lo interesante que proponen como cultura exótica, sino además por la forma de su cadena de mando y las interminables capas de poder que llegamos a experimentar en esta historia, que además se ve influenciada por poderes externos, también de multiples capas, que generan un vértigo realmente atrapante, y hacen que cada extensa cinemática se pase como agua entre los dedos.

Es un monumento a la narrativa, y no es difícil a animarse a validarla como algo mucho más elegante y preciso que lo desarrollado en la aclamada serie Grand Theft Auto, donde suelen enfocarse en historias de desterrados y poderosos pero de una manera mucho más lineal y menos interesante.

No podíamos cerrar este análisis sin pasar por la parte técnica de toda esta construcción, y como suele suceder en los últimos años, el trabajo de SEGA ha sido muy correcto. En primer lugar hay que hablar de lo estético y sonoro, ya que a pesar de parecer un motor gráfico bastante limitado, ofrece unos planos de las ciudades realmente despampanantes, llenos de detalles que hacen creíble la vida en estos lugares. Además, tanto las escenas de diálogos en plano medio o primer plano, y las cinemáticas más relevantes, cuentan con modelos de personaje de altísimo nivel, representando a actores de la vida real como Hitoshi Ozawa, Riki Takeuchi y Hideo Nakano de manera excepcional, tanto por la topología de los modelos como por la utilización de texturas de alta frecuencia.

El apartado audiovisual también brilla por el lado sonoro, gracias a las excepcionales actuaciones de voz de todos los personajes que viven en este mundo, tanto principales como de segunda. Cada una de las personas con las que interactuamos están llenas de expresiones y detalles en sus formas de comunicarse, aportando aun más a la inmersión propuesta, que no suele decaer con frecuencia.

Al momento del lanzamiento, y a pesar de haber pasado por algún que otro parche, los foros de Steam se han llenado de gente hablando de problemas de crashes al inicio del título, y pérdidas de partidas guardadas, pero no hemos podido replicar los defectos en ninguna de nuestras máquinas. Otro de los detalles a corregir, del que si podemos dar fé, es un grave problema en el sistema de LOD (nivel de detalle) que parece heredar el comportamiento de las versiones de consolas, y cuando los personajes secundarios se nos cruzan en el camino de mundo abierto, no logran alternar a sus versiones de topologías más complejas, rompiendo un poco la experiencia. La única manera de poder verlos en su máxima expresión es apuntarlos con la cámara de observación en primera persona, o entrar en un pequeño intercambio de diálogo, así que esperamos que pronto encuentren la manera de solucionarlo.

El resto de los elementos técnicos es brillante. Funciona a 60FPS sin ningún problema (en parte gracias a su poca complejidad gráfica), y mantiene un rendimiento constante sin ningún bajón aparente, al menos en nuestras pasadas.

Gracias a todas estas bondades, la historia se puede disfrutar sin tener que preocuparse por nada más, y da gusto que una experiencia tan clara, tan diferente, y tan bien lograda, sea parte también de nuestros catálogos. No por nada esta serie cuenta ya con siete entregas, y si bien nos llega como novedad para los jugadores de PC, el promedio de puntajes en cada una de ellas es realmente excelente, y considerando que también ya está en planes de llegada de la remake del primero -Yakuza: Kiwami- iniciarse con este es la mejor oportunidad de empezar a recorrer el camino de estos dos antihéroes, porque historia se viene para rato.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por SEGA.

Yakuza 0 - Review
Historia100%
Gameplay90%
Gráficos80%
Música y Sonidos90%
Lo bueno:
  • Excelente desarrollo de historia y personajes
  • Muy original en todos sus aspectos
  • Una nueva mirada al mundo oriental
Lo malo:
  • Su estilo tan japonés puede ahuyentar a muchos jugadores
  • El motor gráfico no es de lo mejor
  • Algunos bugs
92%Nota Final
Puntuación de los lectores: (7 Voto)
82%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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