La oferta de simuladores de alto nivel se ha multiplicado exponencialmente durante la última media década, tanto por las posibilidades técnicas que ofrecen los procesadores y placas gráficas recientes, como por la definitiva adopción de la distribución digital de juegos y diferentes modalidades comerciales. Se han hecho juegos que han optado por precios completos, llenos de vehículos y pistas; otros a precio reducido, relegando su longevidad a la modalidad de los packs de contenidos descargables; y RaceRoom va por el lado de los free-to-play.

Lo interesante de RaceRoom es que se deja jugar de forma gratuita en dos detallados circuitos y permite elegir entre cinco autos que más o menos representan la experiencia en su totalidad, ofreciendo una muestra del nivel de dificultad, el uso del volante, el force feedback, y la calidad de la simulación de físicas. Todo lo demás es contenido, y sin lugar a dudas, es imposible equivocarse si uno se tomó el tiempo de probarlo antes.

Pero claro, si uno quiere expandir y saciar la necesidad de tener todo, cada agregado tiene su precio. Hay algunos packs en venta que cuestan más o menos lo que un indie de todos los días, y algunos un poco más, con el tope máximo de 100 euros para adquirir todo lo que haya salido del juego hasta el momento, pero también se puede hacer el minucioso trabajo de solo adquirir exclusivamente lo que se va a usar, con precios que no superan los 4 euros por vehículo o 5 euros por pista, lo cual es tan bueno como peligroso, ya que al ver que los precios son tan accesibles, podremos entrar en una seguidilla de compras que finalmente resultará en un doloroso resumen de tarjeta.

El desarrollo y mantenimiento de RaceRoom viene de la mano de Sector3 Studios, que no es ni más ni menos que el aclamado estudio SimBin -responsable de varios hitos de la simulación como Race: The Official WTCC Game y GT Legends- y se nota el nivel de experiencia en cada aspecto del título. En el menú inicial vamos a encontrar que se han ocupado de construir una herramienta especialmente dedicada a la comunidad competitiva de los simuladores, con competencias que llegan hasta a tener premios en efectivo, un lobby de campeonatos online, ranking mundial, y desafíos personales online, sumados a los tradicionales modos single player que además permiten crear campeonatos propios para sumergirnos largas horas en este fantástico simulador.

Como corresponde, también presenta una gran cantidad de opciones de configuración tanto para los autos como para los controles y los obligatorios ajustes gráficos y de sonido. Sector3 ha optado por reutilizar el popular motor isiMotor 2, cuya tecnología data de principios de siglo XXI, cuando sostenía a los juegos de F1 de Electronic Arts y luego a los populares rFactor y todos sus derivados, pero este estudio ha decidido usarlo de soporte mientras lo viste con su propio módulo de render gráfico, lo que hace que RaceRoom se vea absolutamente moderno y a la vez extremadamente optimizado, aunque sin alcanzar la cima de la fidelidad a la que llegan otras propuestas más recientes.

Grandes ejemplos de su vigencia son el imponente Nordschleife en una versión escaneada a laser que no tiene nada que envidiarle a cualquier otra propuesta actual, o la reciente incorporación de los Formula RaceRoom X-17, unos F1 que buscan emular a los más actuales monoplaza, pero tomándose la licencia de cambiar los ecológicos V6 turbo por unos insaciables V10. El catálogo completo de recursos gráficos y tecnológicos construyen una experiencia extremadamente atractiva y divertida, con opciones para todos los gustos que, si no fuera porque otros estudios cuentan con acuerdos de las licencias más importantes de la FIA, este sería uno de los juegos infaltables para todos los apasionados de la simulación.

También es un gran aporte que, además de su naturaleza free-to-play para comprar solo lo que le interesa a cada uno, es uno de los simuladores hardcore más accesibles que existe. Al contrario de Assetto Corsa o el fallido intento de Project CARS por darle entrada también a la gente que no tiene volantes o las habilidades para controlarlos, en RaceRoom existen tres modelos de simulación de físicas apuntados a los jugadores casuales de gamepad, a los de volante recién iniciados, y a los que quieren ir por todo. Obviamente, toda esta filosofía va un tanto en detrimento de la simulación pura y dura, basándose directamente en el movimiento del auto como un todo, acompañado de cálculos de fricción y tracción, pero dejando de lado elementos que son muy importantes en juegos modernos como la simulación del comportamiento de las ruedas, la influencia de la diferencia en la presión de los neumáticos, la flexibilidad del chasis y ese tipo de cosas que hasta los fabricantes de la vida real tienen en cuenta en sus propios experimentos simulados.

Pero igual cuenta con las herramientas suficientes para terminar de construir una experiencia que va a satisfacer a la mayoría, y como no se convierte en algo frustrante para los menos hábiles, y es lo suficientemente atractivo para los amantes de las competencias de alto nivel, siempre se encuentra poblado de candidatos a llegar una grilla de largada.

Donde realmente saca varias vueltas de distancia, de manera absoluta, contra todas las ofertas que alguna vez hayan existido, es en el apartado sonoro. Cualquiera de los autos, con cualquier tipo de motor, en cualquier tipo de condiciones, presenta una fidelidad de la representación del rugir de sus entrañas que difícilmente otros juegos alguna vez puedan alcanzar. La mezcla de texturas que resultan de la intersección entre el repique de los pistones, la salida de los escapes, y el dulce condimento de las contra explosiones que susurran “alta competencia” cada vez que soltamos el acelerador, provocan un efecto que no se puede encontrar en otro lugar, y suman una profundidad a la atmósfera de la simulación que no hay técnica o cálculo matemático que podrían igualarla.

Todas esas mencionadas características tan particulares son los engranajes de una maquinaria que responden a una filosofía muy específica, apuntada exactamente a cierto tipo de público (el de los simuladores es muy amplio y fragmentado), para el que no parecen dar un solo paso en falso. Sus limitaciones técnicas, quizá heredadas de un motor que ya pide el retiro, terminan siendo parte de una construcción conceptual que le dan a la gente de RaceRoom solo lo que RaceRoom puede darles, y eso no tiene ningún tipo de objeción. Es un juego que se puede recomendar tanto para expertos como para recién llegados, porque puede no llegar a ser el más completo, pero es uno de los que más personalidad tiene.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Sector3 Studios/RaceRoom Entertainment AG. Pueden ver más video de gameplay en nuestro canal de Racing at Home.

RaceRoom Racing Experience - Review
Gameplay80%
Gráficos80%
Sonidos100%
Multiplayer85%
Lo bueno:
  • Excelente balance de cualidades
  • Optimización de gran nivel
  • El mejor sonido de motores de la historia
Lo malo:
  • Faltan algunas capas de simulación moderna
  • El modelo free-to-play puede ahuyentar a algunos
  • Los gráficos están un escalón por debajo del resto
87%Nota Final
Puntuación de los lectores: (6 Voto)
88%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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