Luego de su lanzamiento con bombos y platillos en 2012, el esperado Diablo III de Blizzard Entertainment comenzó un lento pero decidido descenso hacía las salas del olvido. Los graves problemas iniciales que aquejaron al juego (problemas de conexión, casa de subastas, etc.) se sumaron a un juego con un endgame poco atractivo y que pronto empezó a perder grandes cantidades de jugadores.

La llegada en 2014 de la expansión Reaper of Souls no fue suficiente para revitalizar al título. Pero la eliminación de la infame casa de subastas y la introducción del modo aventura ayudaron a convertir a Diablo III en un digno sucesor de su ilustre hermano mayor Diablo II. Aquellos que se mantuvieron fieles al mundo de Santuario hasta aquí fueron recompensados con una jugabilidad más refinada, frenética y enfocada en sistemas que antes. Diablo III alcanzó su mejor forma recién dos años después de su lanzamiento oficial.

Cinco años luego de aquella fecha inicial, Blizzard Entertainment aún continúa ofreciendo contenido para Diablo III, demostrando que el juego no ha sido olvidado. Las periódicas temporadas y la introducción de nuevos objetos y desafíos aseguran que el juego se mantenga fresco para sus más dedicados jugadores. Y ahora, luego de tanto tiempo, Blizzard nos sorprende con una nueva clase para el juego. Y cuando decimos nueva, en realidad, nos referimos a todo un clásico de la saga: El Nigromante.

Diablo III: Rise of the Necromancer no podría ser catalogado como un paquete de expansión, ya que todo lo que ofrece este nuevo agregado es una nueva clase. El resto del contenido nuevo (Fisuras de desafío, la Armería y un rebalanceo general de objetos y habilidades) son parte del último update gratuito. Por lo que los 15 dólares americanos que nos cuesta el paquete de contenido solo valen por la clase Nigromante. Desde el vamos, estamos hablando un precio tal vez demasiado elevado para lo que es solo una nueva forma de afrontar la misma aventura ya existente.

En todo caso, el objetivo del presente artículo es el de analizar el funcionamiento y las bondades de esta nueva clase. Pero en este caso sentimos que es imposible disociar al producto de su precio. Estamos hablando de un precio standard de paquete de expansión por algo que en otros casos sería considerado apenas como un DLC menor. Sin dudas, Blizzard está aprovechando económicamente el cariño que muchos jugadores de Diablo II siente por esta clase clásica. Pero semejante manejo comercial no debería pasar desapercibido para la comunidad de PC.

Pero vayamos a lo que nos compete. El Nigromante regresa a batallar contra las fuerzas del infierno, y la clase se siente más divertida y fresca que nunca. Al igual que con las otras seis clases existentes, podremos escoger entre una versión femenina y una masculina del Nigromante. Y luego lanzarnos a la lucha ya sea en el modo historia, en el modo aventura o en la más reciente temporada.

Existen algunos rasgos de clase tradicional en el Nigromante. Al igual que el resto, este guerrero cuenta con un recurso propio que es la esencia, la cual no tiene demasiadas características particulares y funciona de manera análoga al maná del Santero o a la furia del Bárbaro. La esencia sirve para lanzar todas las habilidades secundarias y varias habilidades de invocación y soporte, mientras que las habilidades primarias recargan este recurso.

Lo más interesante del Nigromante es que cuenta con un segundo recurso: los cadáveres de los enemigos caídos. Cada vez que un demonio muera en la cercanía del Nigromante dejará tras de sí una carcasa putrefacta, que puede ser utilizada por el jugador de distintas maneras. La habilidad consumir, por ejemplo, permite al Nigromante absorber los cadáveres para recuperar vida y esencia. Otras habilidades son aún más intensas. Resucitar regresa a la vida a los enemigos caídos para pelear del lado del Nigromante durante un breve periodo de tiempo, mientras que lanza cadavérica transforma a los huesos de los caídos en lanzas auto dirigidas que atacan a otros enemigos.

Pero la habilidad más icónica del nigromante (referida a los cadáveres) es su poderosa explosión de cadáveres, y aquí regresa más letal que nunca. Jugando con el Nigromante es posible encadenar explosiones de manera exponencial, comenzando con un enemigo explotado, para luego pasar a dos, a cuatro y así limpiar oleadas enteras. Es realmente satisfactorio ver como todos los rivales estallan en pedazos frente a una oleada de explosiones. Además, el skill se siente divertido de usar, incorporando una naturaleza de “Skillshot” que a veces le falta a otros personajes y habilidades.

Lamentablemente, luego de llevar a un Nigromante a nivel máximo (y estando en un nivel elevado de Paragón), me he encontrado con que las mejores builds de juego final no incorporan de manera efectiva a la explosión de cadáveres. Los sets del nigromante gravitan más bien en torno a la lanza cadavérica, la lanza ósea o el comando de esqueletos (otra habilidad muy divertida, que permite lanzar hasta siete sanguinarios esqueletos sobre los enemigos). De todas formas, no me quedan dudas de que la comunidad de Diablo III pronto encontrará formas de utilizar la explosión de cadáveres en los niveles más elevados de las Fisuras Nephalem.

Otro problema del Nigromante es que uno de sus apartados de habilidades se siente poco útil y bastante aburrido. Me refiero a las maldiciones, que no tienen demasiado punch y solo se vuelven situacionalmente útiles en combinación con ciertos objetos. En contrapunto, recuerdo que mi mejor personaje de Diablo II era un nigromante que combinaba maldiciones de espinas, un elevado grado natural de espinas y la resurrección de cadáveres para hacer que los enemigos se matasen a ellos mismos. Este tipo de tácticas no parece ser aplicable en Diablo III debido a la naturaleza excesivamente débil de las maldiciones.

En definitiva. El Nigromante es una clase más que interesante para Diablo III. Su debilidad en ciertas áreas (maldiciones) se ve suplida gracias a sus excelentes skills en el uso de su recurso secundario: los cadáveres.  Se trata de una clase tan divertida y frenética como las preexistentes. Pero que por suerte agrega su propio sabor a la cacería de demonios. Tal vez la debilidad más grande del nigromante sea el precio del paquete que lo incluye, pero aquellos fanáticos de Diablo III que realicen el gasto se encontrarán con una clase extremadamente satisfactoria.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Blizzard Entertainment.

Diablo 3: Rise of the Necromancer – Review
Historia80%
Gameplay85%
Gráficos70%
Música y sonidos70%
Lo bueno:
  • El regreso del Nigromante, una de las clases más queridas de Diablo II.
  • La explosión de cadáveres
  • Buenos sets y capacidades de fin de juego.
Lo malo:
  • Elevado precio por lo que solo es un paquete de DLC menor.
  • Las maldiciones carecen de poder y atractivo.
70%Nota Final
Puntuación de los lectores: (13 Voto)
52%

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