En los últimos años, los juegos de estrategia nos han catapultado a distintos momentos de la historia y lugares del globo. Usualmente, este enfoque viene acompañado por ambiciones bastante grandilocuentes. Desde la pretensión de cubrir toda la historia humana de la franquicia Civilization hasta los enfoques bastante amplios de cada época que aborda la saga Total War o las recreaciones de la Edad Media, la era de los descubrimientos o la Segunda Guerra Mundial que nos plantean los títulos de Paradox.

Steel Division: Normandy ’44 es un tipo distinto de juego de estrategia. La producción de Eugen Systems y Paradox no busca recrear una era, ni una época, ni siquiera un solo conflicto, sino que busca funcionar a otro nivel mucho más “micro”. Es así, que este juego nos invita a sumergirnos en la sangre y el lodo de los campos de Normandía durante la decisiva campaña llevada adelante por los ejércitos aliados en el año 1944. Gracias a esta decisión de diseño, Steel Division logra encontrar su propia identidad y justificarse como una opción valiosa y novedosa dentro del terreno de la estrategia.

El abordaje súper enfocado que la gente de Eugen Systems ha realizado para Steel Division se hace sentir en distintas facetas del juego, que no solo tienen incidencia sobre las características artísticas del título sino sobre sus bondades jugables. Uno de los puntos más acertados es la manera en la que Steel Division presenta sus distintos mapas. Los muchachos de Eugen Systems han hecho un trabajo magnifico en la recreación de la campiña normanda a mediados de la década del 40. Para lograr esto, el estudio parisino se valió de auténticas fotografías de reconocimiento realizadas por la Fuerza Aérea Real del Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial. El resultado es más que excelente: cada mapa de Steel Division se siente como un lugar real, con su propia lógica interna y sus propias ventajas y desventajas desde un punto de vista táctico. Y además, cada mapa se siente autentico, recreando el terreno que fuera bautizado por los soldados aliados como el “Infierno de las Setas”, debido a la preponderancia de arbustos utilizados para dividir las distintas propiedades y que eran el lugar preferido para colocar nidos de ametralladoras.

Otro elemento que dota al juego de gran autenticidad es la forma en que han sido recreados los distintos tanques, los distintos aviones, las distintas armas y hasta las distintas unidades que participaron del conflicto. Desde los bestiales Panzer alemanes hasta los famosos paracaidistas de la 101 aerotransportada del ejército de los Estados Unidos, cada pieza de armamento y vehículo de combate ha sido reconstruido de una forma que busca acercarlo lo más posible a la cosa real. Los tanques, por ejemplo, están dotados de cuatro frentes de blindaje (cinco, si incluimos la parte superior) y son susceptibles a los ataques por los costados y por detrás. De forma que un uso inteligente de los escuadrones de Bazookas aliados puede reducir a cenizas a los poderosos tanques Tiger alemanes.

Steel Division cuenta con dos modos de juego principales: La campaña y los enfrentamientos en escaramuzas. Estos últimos tanto contra la IA como contra otros jugadores. La campaña es correcta aunque apenas se queda en lo servicial. Se trata de un total de doce misiones divididas en partes iguales para el ejército norteamericano, el alemán y el británico. El mayor logro de la campaña es que escala en dificultad de una manera manejable y es una gran manera de introducir al jugador los distintos elementos del juego (también hay un tutorial, pero francamente me ha parecido insuficiente).

El verdadero plato fuerte de Steel Division está en su modo escaramuza, en especial cuando nos enfrentamos a otros jugadores. Aquí, el juego nos plantea distintos escenarios que van desde el 1 vs 1, hasta el 2 vs 2, 3 vs 3 e incluso un demencial 10 vs 10. Estos escenarios se dirimen por dos condiciones de victoria excluyentes: La victoria por dominación y la victoria por aniquilación. En el primer caso ganaremos si logramos sostener una mayor cantidad de territorio que el rival dentro de un límite de tiempo determinado. En el segundo caso lo haremos al exterminar a todas las tropas y refuerzos del ejército rival. De una forma u otra, el triunfo en Steel Division requiere de coordinación con nuestros aliados para hacer frente a las ofensivas rivales.

En ese aspecto, creo que los mapas de tamaño 3 vs 3 o 4 vs 4 son el punto ideal para abordar el juego, ya que los promocionados enfrentamientos de 10 vs 10 se vuelven demasiado caóticos y confusos. En mapas con un tamaño manejable de aliados y enemigos, los distintos elementos de la faceta táctica del juego se vuelven fundamentales y la coordinación se transforma en el arma más letal a la hora de utilizar nuestros soldados, tanques y aviones.

En su apartado táctico, Steel Division es un juego de estrategia en tiempo real, pero es un juego enfocado casi completamente en el combate. No hay en este juego gestión de recursos ni construcción de bases en un sentido clásico, sino que estos dos elementos se reducen a la creación de grupos de batalla y a la gestión de puntos de refuerzos. Los grupos de batalla son plantillas pre-armadas de ejércitos que funcionaran como nuestro plantel de tropas en cada misión de la campaña o en cada enfrentamiento multijugador. En total hay ocho subgrupos dentro de cada grupo de batalla: Reconocimiento, tanques, asistencia, infantería, antitanque, anti-aéreo, artillería y fuerza aérea. Cada uno de estos subgrupos se compone de distintos casilleros a los que podremos asignar distintas unidades. Las distintas unidades históricas que podemos seleccionar como plantillas definen la preponderancia de un tipo de fuerza sobre los demás dentro de los grupos de batalla. Por ejemplo, la 101 aerotransportada tiene una mayor cantidad de casilleros asignados a la fuerza aérea y las unidades de infantería. Mientras que la división Panzer de Erwin Romel triunfa gracias a su enfoque en vehículos pesados y artillería.

Una vez dentro del juego, las unidades seleccionadas en lo grupos de batalla pueden ser desplegadas haciendo uso de los puntos de refuerzo. Estos puntos se obtienen de manera automática con el tiempo, y su gestión será lo que nos permita mantener la línea de frente de combate y empujar al enemigo con ataques precisos. Este sistema cuenta además con tres “fases de combate” caracterizadas por las letras A, B y C. Cada unidad que seleccionemos para el Grupo de Batalla está asignada a uno de estos niveles, y solo podrá ser desplegada en el juego cuando pase una determinada cantidad de tiempo. Así, por ejemplo, las unidades más poderosas están ubicadas en la fase C, pero nos veremos obligados a realizar una distribución balanceada de nuestras fuerzas para poder aguantar la lucha durante las fases A y B. Es un sistema algo artificial, pero que funciona en su cometido de mantener el juego justo y balanceado.

Steel Division es un juego de estrategia con un gran énfasis puesto en el manejo táctico y la gestión micro de nuestras fuerzas. La filosofía general del juego es que es mucho más fácil defender una posición que atacarla. De esta forma, cada elemento del escenario (arbustos, arboles, casas, etc.) brindará cobertura a nuestras tropas de forma parcial o total. Por lo que nuestra primera obligación dentro del campo de batalla será la de designar una línea de frente y apostar a nuestras tropas a defenderla. Por ejemplo, un escuadrón de ametralladoras apostado dentro de una casa será un escollo duro de roer para la infantería enemiga, mientras que escuadrones de bazookas escondidos entre los pastizales son la pensadilla de cualquier fuerza acorazada.

En este punto se vuelve fundamental el sistema de línea de visión que implementa el juego. Y por suerte la manera en la que Eugen Systems ha implementado el mismo es impecable. Con solo apretar la tecla C podremos ver cuál es la visual correspondiente a cualquier punto del mapa, y de esta forma decidir cuál es la mejor posición para nuestras tropas. Por ejemplo, una unidad antitanque colocada con buena visual de los caminos es capaz de detener a divisiones acorazadas enteras.

A la hora de atacar, por otro lado, las cosas se complican. Steel Division utiliza sus mapas de manera magistral haciendo un gran uso del sistema de caminos. Cada una de nuestras unidades se despliega en el mapa a bordo de algún vehículo, y la transición por el mapa es mucho más veloz haciendo uso de los caminos que cortando terreno a campo traviesa. Pero, como mencionamos anteriormente, un enemigo inteligente tendrá cubiertos todos los caminos de acceso con piezas de artillería y baterías antitanque.

De esta forma, el ataque se resuelve en el uso de distintas herramientas y estrategias. Las piezas de artillería, por ejemplo, pueden crear cortinas de humo para anular la línea de visual de las tropas enemigas. También es posible utilizar la fuerza aérea para azotar las posiciones rivales o llamar a poderosos ataques de artillería para denegar al enemigo de una determinada posición. En este punto también es valioso el uso de las fuerzas de reconocimiento, que pueden ingresar al frente enemigo sin ser detectadas y revelar posiciones clave del ejército rival.

Podemos, entonces, caracterizar a cada partida de Steel Division como un complicado baile entre ataque y defensa. Entre un jugador que busca mantener una posición ganada a fuego y sangre y otro que intenta empujarlo hacía atrás en el terreno. Este interesante ritmo de juego se ve potenciado cuando peleamos contra otros jugadores humanos, en especial si lo hacemos en partidas de 3 vs 3 o 4 vs 4, donde la posibilidad de realizar maniobras combinadas abre aún más el abanico de opciones tácticas que nos presenta el juego.

En cuanto a lo audiovisual, Steel Division es un título más que competente. El punto fuerte del juego, sin dudas, es la excelente presentación realizada del terreno de Normandía y de las distintas tropas y unidades que lucharon en él. Cada elemento del juego cuenta con un elevadísimo grado de autenticidad potenciado por un más que eficiente motor gráfico. Y si bien es cierto que Steel Division no cuenta con las texturas más acabadas, el excelente rendimiento de juego y el hecho de que usualmente estamos viendo la acción desde una vista de águila hacen que nos olvidemos pronto de ese problema.

En cuanto a lo sonoro, Steel Division cuenta con una banda musical servicial pero nada memorable. Son los típicos ritmos militares que podríamos intercambiar con cualquier juego ambientado en la Segunda Guerra Mundial y nadie se daría cuenta. Donde sí Steel Division se luce es en lo referido a los efectos de sonido. La autenticidad puesta en la presentación visual se traduce también a la presentación sonora: cada disparo, explosión o bombardeo se siente poderoso y autentico. Y hasta los ruidos de los motores de los distintos carros de combate cargan su propia cuota de personalidad.

En conclusión, podemos decir que la gente de Eugen Systems ha creado un juego de estrategia realmente singular. El enfoque hyper detallista con el que Steel Division aborda la campaña de Normandía dota al juego de una personalidad única. Personalidad que por suerte se ve acompañada por unos sistemas de juego muy bien planteados. Tal vez, el único punto que sembrará dudas sobre Steel Division es si su singularidad histórica y su enfoque casi de nicho lograrán atraer a una gran comunidad de jugadores que le den al juego la vida útil que se merece. Por lo pronto, no es demasiado difícil encontrar partidas abiertas en la comunidad Steam, llenas de aspirantes a generales dispuestos a probar su capacidad táctica en el campo de batalla.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Eugen Systems/Paradox.

Steel Division: Normandy 44 – Review
Campaña60%
Gameplay95%
Gráficos75%
Música y Sonidos80%
Multiplayer95%
Lo bueno:
  • Excelente recreación de la campaña de Normandía
  • Gran modo multijugador
  • Autenticidad elevada del apartado audiovisual
Lo malo:
  • La campaña no explota todo el potencial del juego
  • Sólo dos condiciones de victoria
  • Los modos más entretenidos requieren una gran cantidad de jugadores dispuestos
88%Nota Final
Puntuación de los lectores: (2 Voto)
86%

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