La saga que posiblemente le diera a Capcom las razones para pasar a Resident Evil a la primera persona regresa con una esperadísima segunda entrega que ha llenado de expectativas a su público de culto desde su anuncio, en octubre de 2015.

Para los despistados, Outlast es una serie de supervivencia y terror psicológico que, salvo contadas excepciones, se caracteriza por despojar de todo tipo de habilidades de ataque y defensa al protagonista, por lo que las mecánicas de juego se basan puramente en el sigilo y la exploración.

En esta ocasión también seremos un trabajador de los medios de la información llamado Blake Langermann, un camarógrafo que documenta todo con su cámara de mano, luego de haber caído en un particular pueblo con serios problemas religiosos. En medio del accidente, él y su mujer Lynn quedan dispersos en esta terrible zona rural, y el trasfondo se convierte en una seguidilla de pesecuciones, busquedas desesperadas y visiones paranormales que no nos dejarán respirar hasta el último momento.

En ese aspecto es donde más brilla Outlast 2. El trasfondo es construido mediante una ambientación envidiable y una ejecución brillante de la estética de horror rural, ideal para el submundo de los gorehounds, que definitivamente recuerdan a clásicos del cine como The Texas Chainsaw Massacre o Jeepers Creepers. Para lograr este nivel de profundidad, la utilización de luces y sombras dinámicas ha sido fundamental desde la parte técnica, y todo el desarrollo parece un ensayo sobre el impacto emocional que generan diferentes estados de la iluminación.

Cada nuevo lugar que visitamos genera una inmediata sensación de descubrimiento, y por algunos segundos nos obliga a admirarlos, por su gran nivel de detalle. Como sucedía en los juegos anteriores, gran parte de la mecánica de juego en Outlast 2 está basada en la absoluta oscuridad, obligándonos a activar la visión nocturna para encontrar el camino, y si bien es un recurso cuestionable a la hora de construir una sensación de horror, la constante variación en nuestra percepción del mundo nos acerca más a la sensación de realismo que intensamente busca.

Los niveles no solo están decorados con objetos tradicionales de estas zonas agrícolas y las particulares cabañas totalmente descuidadas, sino que a este culto de la herejía le encanta asesinar y desmembrar cualquier cosa que alguna vez haya tenido vida. Cada tanto -a pocos metros de distancia entre sí, en realidad- nos vamos a encontrar con torsos, cuerpos empalados, cuerpos crucificados, animales mutilados, cadáveres decorados con alegorías de este culto, y un sinfín de aberraciones que prueban que este pueblo hubiera sido una enorme ciudad, si no los hubieran extinguido sistemáticamente, aunque probablemente haya una explicación algo más compleja. También nos encontraremos con diferentes tipos de templos, objetos religiosos, fogatas de rituales, y maquinaria del lugar. Es un enorme trabajo de parte del estudio, digno de admirar en los momentos en que no nos están persiguiendo.

Aferrándose al concepto de vulnerabilidad, que no permite que nuestro protagonista se ataque de ninguna manera, Outlast 2 mantiene y evoluciona las mecánicas de movimientos y sigilo de las otras entregas, pero en este caso, el diseño de niveles ha tomado otro rumbo, para expandir un poco más las posibilidades frente a un grupo de desquiciados -y algunos seres inexplicables- que solo buscan asesinarnos. Los niveles ya no son solo pasillos, sino que se han expandido de forma transversal para proponer diferentes caminos, como bien nos lo demuestra en el primer enfrentamiento que tenemos, al encontrarnos con una bruja en los primeros minutos de juego, y también ofrecen un amplio catálogo de lugares donde escondernos, como roperos, tambores, pastizales, y hasta podemos sumergirnos debajo de las camas y trabar puertas.

Pero lamentablemente, esto no evita que la aventura tenga enormes cantidades de escenas absolutamente lineales, en pos de mantener el relato y la dinámica de escape, que mantiene un ritmo vertiginoso durante largos momentos, elevando aún más la sensación de terror. Igualmente, es más que evidente que la apertura y la variabilidad no están dentro de la búsqueda de este género, por lo que no termina de ser un punto totalmente negativo.

Le suma muchísimo a la construcción de esta fantasía el comportamiento tan elaborado de los enemigos en los niveles de sigilo. Si bien la inteligencia artificial no se compara a juegos de mundo abierto o shooters de cobertura, los caminos dinámicos que se adaptan a nuestra presencia hacen que cada situación sea particular, y a pesar de mantener puntos de spawn fijados, nunca nos vamos a encontrar con una misma situación, generando unos encuentros muy similares al gran Alien: Isolation.

Por el lado técnico, más allá de las decisiones artísticas ya mencionadas, Outlast 2 presenta un apartado audiovisual que está a la altura de cualquier desarrollo moderno triple A. Los gráficos son sumamente avanzados, utilizando todo el espectro de posibilidades que ofrece este Unreal Engine 3 modificado, poniendo en tela de juicio el rendimiento de cualquier otro título desarrollado sobre Unreal Engine 4. La lista va desde luces volumétricas, sombras dinámicas, complejos sistemas de particulas, algo de físicas, teselación, desenfoque de profundidad de campo, y algunos trucos como el desenfoque de movimiento en algunas escenas cinemáticas, o aberración cromática al momento de usar la cámara, pero todo en la justa dosis, entendiendo que a los jugadores no nos gusta tanto el abuso de efectos que van en contra de la búsqueda de un realismo visual.

Quizá lo más objetable, por el lado de los gráficos, sea el poco nivel de detalle en la topología de ciertos modelos de personaje, sobre todo en los enemigos comunes. En cierto modo, es síntoma de los apretados tiempos de producción de estudios pequeños, y no afecta a la experiencia en general, en la cual vamos a estar más tiempo tratando de escapar que teniendo tiempo de enfocarnos en esas cosas. Gracias al buen nivel de texturas, y definitivamente, la excelente iluminación -una vez más, el balance general de la estética lo pone en lo más alto de las ofertas actuales, al igual que por el lado del sonido.

El costado auditivo de Outlast 2, además de reproducir efectos de gran calidad, también aporta una capa más de profundidad a las mecánicas de gameplay. Los pasos, los efectos ambientales y las voces funcionan sobre un sistema de oclusión que nos permite identificar de donde provienen y calcular distancias aproximadas. También se incorpora la mecánica del micrófono de la cámara, que, al activarlo, nos permite amplificar diversos sonidos para localizar mejor a los enemigos detrás de paredes u otros objetos.

Por el lado musical, aunque en un primer momento parece estar despojado de toda melodía que acompaña, buscando esa refinada atmosfera, la banda de sonido se despliega de manera meticulosa, de acuerdo a la situación que afrontamos. Cuando nos encontramos en momentos de tensa calma, investigando el entorno o reconociendo nuevos lugares, el sonido de fondo se limita a ciertaS notas cacofónicas que perturban más que lo que entra por los ojos. Cuando la escena se llena de violencia y vértigo, la banda arremete con todo para acelerar las pulsaciones y sacar el mayor provecho de espectáculo audiovisual y así elevar al máximo todas nuestras sensaciones.

A lo largo de sus seis capítulos y su -promedio de- ocho horas de juego, Outlast 2 es, por sobre todas las cosas, una montaña rusa de emociones que pone a prueba nuestro valor y habilidades en todo momento, para convertirse en uno de los juegos de terror más atrapantes y violentos de la industria. Un cuento de desesperación e intriga que nos mantiene en vilo desde el primer minuto y hasta el final, que termina satisfaciendo las necesidades de un público de culto que no esperaba menos de una de las sagas más aclamadas del género.

Este review fue realizado con copias proporcionadas por el estudio Red Barrels. Pueden ver nuestra galería de imágenes en 4K -de todo nuestro playthrough- en este link.

Outlast 2 - Review
Historia80%
Gameplay80%
Gráficos90%
Música y sonidos100%
Lo bueno:
  • El mejor juego de terror de los ultimos años
  • Apartado audiovisual al mas alto nivel de la industria
  • Experiencia atrapante y vertiginosa
Lo malo:
  • Algunos modelos de personajes no concuerdan con el gran nivel técnico
  • La historia se pone un tanto confusa
  • Personajes poco memorables
90%Nota Final
Puntuación de los lectores: (14 Voto)
87%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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