Fallout 4 es un juego de muchos rostros, que en principio evidencia una dura crisis de identidad. En parte, Fallout 4 se siente como una continuación directa y más enfocada de lo que Bethesda puso en práctica en el año 2008 con Fallout 3. Pero además, este juego es la sexta entrega oficial (contando New Vegas y Fallout Tactics) de una franquicia con ya casi 20 años a cuestas. Y como tal, tiene toda una identidad propia a la que responder. Y por sobre todas esas cosas, Fallout 4 es un producto típico de Bethesda, con todo lo bueno y malo que eso implica.

Con todo este bagaje a cuestas, no es de extrañar el hecho de que Fallout 4 haya sido uno de los juegos más esperados y pre-ordenados de este año 2015. Pero también uno de los más comentados, discutidos y criticados desde mucho antes de su lanzamiento oficial. Por un lado fueron duras las críticas al aspecto técnico del juego, si bien en este tema aplaudimos la actitud de Bethesda de no vendernos gato por liebre en cuanto a los gráficos. Por otro lado, y en nuestra opinión más importante, se sembraron serias dudas sobre elementos tales como la simplificación de las mecánicas de juego y un énfasis demasiado fuerte en los elementos de acción y disparos por sobre la experiencia de rol.

Tras experimentar el juego por más de 50 horas (y por tanto, todavía nos queda muchísimo por descubrir fuera de la historia central), estamos en condiciones de asegurar que estos reparos para con el producto se han cumplido a medias. Por cada paso atrás que Bethesda a dado con respecto al espíritu de la franquicia, el estudio de Maryland parece haber encontrado nuevos trucos y nuevas formas de sorprendernos.

War. War Never Changes.

Fallout 4 continua con la tradición de la franquicia de llevarnos a una nueva región de los Estados Unidos post-apocalípticos con cada entrega, y en este caso la zona elegida son los restos de la ciudad de Boston, en Massachussets. El cambio de locación trae aparejado consigo un cierto cambio de aires con respecto a sus antecesores. Lejos del feeling de western post-apocalíptico de la costa oeste que conocimos en Fallout 1 y 2, y también alejado del patrioterisimo exacerbado y los rascacielos en ruinas de Capital Wasteland en Fallout 3. Boston nos presenta un futuro radioactivo que mira constantemente hacia el pasado.

La nueva región, denominada como la Commonwealth en su conjunto, esta impregnada fuertemente por un aire revolucionario que vuelve constantemente a los avatares de la guerra de independencia norteamericana en el siglo XVIII. En este aspecto, Bethesda ha encontrado interesantes maneras de fusionar el futuro distópico y “retrocincuentista” de la franquicia Fallout con características propias de la idiosincrasia libertadora norteamericana. Sin ir más lejos: uno de los primeros grupos con los que nos vamos a encontrar en nuestro viaje, los Minutemen, son un excelente ejemplo.

Vestidos a la moda del siglo XVIII, esta unidad toma el nombre de las tropas de reacción rápida que defendían al pueblo en los territorios de las Trece Colonias durante la revolución. En particular, el elemento de diseño más interesante de los Minutemen lo encontramos en su arma de elección: el Mosquete Láser. Se trata simplemente de una replica de madera de un mosquete tradicional sobre el cual los Minutemen han montado una serie artilugios retrofuturistas para convertirlo en un arma de energía. Para completar el feeling, el sistema de recarga del Mosquete Láser recuerda bastante a los lentos tiempos de carga de los mosquetes usados por los  revolucionarios, pero con un lindo giro Sci-Fi.

Lo mencionado sobre los Minutemen es solo un ejemplo entre docenas de cómo la identidad norteamericana en general, y bostoniana en particular, atraviesa constantemente las decisiones de Bethesda al plantear el mundo del juego. Edificios históricos reconocibles como la casa de Paul Revere, una ciudad construida dentro del estado Fenway Park o los desolados salones de la Universidad de Hardvard son solo algunos ejemplos más de la autenticidad volcada en el juego.

Podemos asegurar entonces, que Bethesda nuevamente ha alcanzado nota perfecta en cuanto a lo que ambientación se refiere. Cada locación que visitemos esconde interesantes secretos e historias que a veces son contadas de la manera más simple posible. No será extraño toparnos con esqueletos en posiciones reveladoras, que nos pintan un cuadro tragicómico de los últimos momentos antes de la caída de las bombas. Y como ya es costumbre, cada vez que nos encontremos con un refugio abandonado de Vault-Tec nos conviene prepáranos para terroríficas revelaciones acerca de los experimentos sociales llevados a cabo en las profundidades de la tierra.

From town to town

En este fascinante mundo post-nuclear que nos plantea la gente de Bethesda se desarrolla la historia central del juego. Sin ahondar demasiado en detalles, bastará decir que la historia es funcional, pero demasiado derivativa. Bethesda no ha tomado ningún riesgo en este aspecto. Tras un comienzo intrigante en el año 2077 (en el que podremos experimentar de primera mano el fin del mundo), la historia del juego nos arroja en una búsqueda que recuerda demasiado a los compases narrativos utilizados para Fallout 3 en el año 2008. En este último protagonizabamos a un hijo en busca de su padre, mientas que en la cuarta iteración la trama se desarrolla a la inversa.

En líneas generales, la historia central de Fallout 4 decepciona bastante, si bien se han realizado ciertos esfuerzos para evitar el efecto “Elder Scrolls” en el cual la historia principal termina siendo un condimento accesorio dentro del producto. El principal foco de este esfuerzo esta puesto sobre los personajes NPC que podrán acompañar a nuestro habitante del refugio en su aventura. Apartado en el cual Bethesda parece haber tomado notas del buen trabajo realizado por Obsidian en Fallout: New Vegas.

La docena de compañeros que podemos reclutar a lo largo de la aventura tienen la virtud de estar bien planteados y tener historias personales interesantes, que en muchos casos se interconectan con la historia central del juego. Lo que es más, estos personajes están dotados de una gran personalidad propia, y en ocasiones intervendrán en las conversaciones, nos harán saber su disgusto por nuestras acciones o interactuaran con el mundo por sus propios medios.

Entre los seguidores más interesantes que nos plantea el juego se encuentran Codsworth, nuestro robot mayordomo (que se “sabe” un montón de nombres y llama a nuestro personaje por su nombre de pila) y Nick Valentine, un personaje que se lookea como un detective sacado literalmente de una historia noir y se revela como una autentica sorpresa cuando por fin llegamos a conocerlo. Y Albondiga claro, no sería Fallout sin Albondiga.

A lo largo de la aventura también nos iremos encontrando con diferentes organizaciones a cuyas filas podremos unirnos. Además de los mencionados Minutemen y otras organizaciones clásicas que regresan, hay varias facciones muy interesantes a lo largo y ancho del mapa esperando a ser descubiertas. Y al igual que con los personajes compañeros, muchas de sus historias se vinculan con la trama central del juego.

Este cóctel de lugares, personajes e historias por descubrir hacen que Fallout 4 sea un producto típico de Bethesda. En el cual las historias secundarias y paralelas terminan por ser mucho más interesantes que el arco argumental principal.

Not so S.P.E.C.I.A.L.

En el centro del remolino, se encuentra nuestro propio personaje: el ya icónico habitante del refugio. En esta ocasión con algunos cambios bastante decepcionantes bajo el brazo. Como ya es típico de la saga Fallout, al crear nuestro personaje elegimos su sexo, su apariencia (con un potente editor incluido) y sus habilidades SPECIAL (Strenght, Perception, Endurance, Carisma, Intelligence, Agility y Luck).

El cambio más importante a este sistema viene dado por la completa mutilación que Bethesda ha oficiado por sobre el sistema SPECIAL. Los skills y traits han sido eliminados por completo, o más bien “absorbidos” en un nuevo sistema de perks que intenta abarcar mucho pero termina apretando poco.

Al subir de nivel (algo que ocurre con tal vez demasiada frecuencia) se nos otorga un único punto de habilidad que podemos gastarlo, o bien en un punto de atributo SPECIAL, o bien en un adquirir o mejorar un perk. Esto tiene varias repercusiones. En primer lugar acota bastante el nivel de flexibilidad a la hora de armar “builds” de personajes. Si bien aún puede lograrse cierta variedad con la selección de determinados perks, el viejo sistema era mucho más complejo y satisfactorio. En segundo lugar, lejos de solucionar un problema clásico de la saga (la preponderancia de la inteligencia para obtener más skill points), lo exacerba al encadenar la estadística de inteligencia con la cantidad de puntos de experiencia obtenidos. Finalmente, el nuevo sistema obliga al jugador a tomar ciertos caminos si desea experimentar con todas las opciones disponibles en el nuevo sistema de crafting de armas y armaduras, sobre el que ya hablaremos más adelante.

Los problemas del nuevo y descolorido sistema SPECIAL se vuelven más acuciantes si tenemos en cuenta que ciertas estadísticas no se encuentran bien balanceadas. Carisma, por ejemplo, es una estadística muy poco útil debido al pobre sistema de diálogos implementado por Bethesda.  Mientras que la estadística de Suerte se ha vuelto más importante que nunca, debido a que nos permite encontrar más munición y recursos. Y además nos da acceso a completamente desbalanceado perk “Mysterious Stranger”, que puede resolvernos hasta la más imposible de las batallas.

El mencionado sistema de diálogos, se encuentra relacionado con el otro gran cambio a nuestro personaje jugable: el hecho de que ahora sus diálogos son 100% hablados. Ponerle voz a nuestro personaje puede parecer una buena idea en un primer vistazo, pero el resultado es que los grandes sistemas de dialogo de la saga Fallout han sido remplazados por una aburrida rueda al estilo Mass Effect con solo 3 o 4 tipos de respuesta y una injerencia mínima de nuestras habilidades en las conversaciones. El equipo de desarrollo de Bethesda parece haber notado esta debilidad del diseño, y son muy pocas las situaciones que podremos resolver sin recurrir a la violencia. Los jugadores que esperaban construir personajes carismáticos similares a los que podían usarse en Fallout: New Vegas se van a sentir decepcionados con esta nueva entrega.

Power Mechanics

Afortunadamente, las importantes falencias en el nuevo sistema SPECIAL se ven subsanadas en gran medida gracias a unos renovados y poderosos sistemas de crafting y construcción. Estos sistemas son pasibles de dividirse en dos grandes categorías: la personalización de equipamiento y la construcción de asentamientos.

La personalización de equipamiento nos permite acceder a todo tipo de recetas y modificaciones para nuestro equipo. Desde mejoras para armas y armaduras hasta la preparación de medicinas y comidas, el sistema se revela como un elemento de juego dotado de una aparentemente inacabable variedad. La personalización de armas, por ejemplo, es fantástica. No solo podremos intercambiar diversas partes de nuestras escopetas, pistolas y rifles de plasma, sino que hasta podremos personalizar su aspecto y su nombre, lo que le da un gran sentido de pertenencia a cada pieza de equipo. Algo similar ocurre con las piezas de armadura, que ahora se encuentran divididas en seis categorías: cabeza, pecho y piezas individuales para cada extremidad.

Tal vez el elemento más interesante de esta faceta del juego es que vamos a poder tunear nuestras servoarmaduras. El juego comete un aparente pecado al permitirnos acceder a una servoarmadura en la primera media hora. Pero este problema en la progresión se ve subsanado cuando descubrimos que podemos mejorar e intercambiar las piezas de la servoarmadura a nuestro antojo. Por otro lado, la mecánica de uso de estos poderosos trajes ha sido modificada y ya no funcionan como un revestimiento común y corriente, sino como auténticos tanques andantes. Cada vez que nos subamos a una de estas bestias metálicas (con una excelente animación “a lo Ironman”) tendremos acceso a habilidades y capacidades fuera de lo común, tales como soportar la radiación o sobrevivir a caídas empinadas. Por otro lado, las servoarmaduras ahora necesitan combustible, por lo que será mejor reservar su uso para situaciones que realmente lo ameriten.

La construcción de asentamientos es otra de las grandes novedades que presenta el juego. A medida que exploremos las tierras de la Commonwealth iremos encontrando nuevas zonas de población y aliados. En cada uno de estos nuevos refugios dispondremos de un taller mediante el cual podremos construir todo tipo de instalaciones: desde casas hasta plantaciones, desde defensas automáticas hasta redes de energía. El mantenimiento y desarrollo de estos asentamientos nos remunerara con distintos beneficios, tales como acceso a recursos gratuitos y vendedores especiales con precios de descuento.

Una ventaja secundaria de estos sistemas de personalización y construcción es que recompensan al acaparador compulsivo dentro de cada uno de nosotros. Recolectar todo tipo de basura y porquería a lo largo del yermo nos va a servir para tener materiales listos a la hora de personalizar armas o mejorar asentamientos. Una simple taza, un lápiz o un oso de peluche pueden esconder materiales valiosos para nuestros proyectos de construcción.

Plasma and Baseballs

Fallout 4 es un juego que se siente bastante más cómodo con la etiqueta de juego de acción si lo comparamos con las entregas más recientes de la franquicia. La mejoría en cuanto a los sistemas de disparos y balística del juego es muy notable en relación con Fallout 3 y Fallout New Vegas. Con tiroteos que se sienten auténticos y viscerales. A tal punto se ha mejorado este aspecto que el sistema de apuntado automático VATS, si bien sigue presente, ya no se siente tan necesario y preponderante.

La IA presente en el juego ayuda bastante en este aspecto, con enemigos realmente brutales como los Sanguinarios (Death-Claws) y los Mutascorpions que se mueven y reaccionan ante nuestras acciones. En líneas generales el juego no es demasiado difícil, pero no por eso los momentos de acción dejan de ser excitantes. El único punto flojo en cuanto al combate sigue siendo el melee, que se presenta aún como tosco y poco interesante. Una pena porque realmente hay hermosas armas de combate cuerpo a cuerpo en el juego.

Otras mecánicas típicas de la saga Fallout regresan. La habilidad de abrir cerraduras vuelve, tan básica como siempre, con una sobreabundancia de horquillas que nos aseguran que vamos a tener siempre material disponible para abrir puertas. Aquí se evidencia otra debilidad del nuevo sistema SPECIAL, que nos bloquea completamente el acceso a determinadas cerraduras si no tenemos el nivel de perk adecuado (algo que era igualmente problemático en Fallout 3, pero que podía subsanarse con el uso de drogas en Fallout 1 y 2). Algo similar ocurre con el skill de informática para hackear terminales y robots. También regresa la habilidad de infiltración, una vez más con la hilarante opción de colar una granada activa en los pantalones de algún bandido desprevenido.

Crawl out through the Fallout, baby.

Finalmente, toca hablar de la parte técnica de este nuevo producto de Bethesda. Como ya mencionamos, Fallout 4 recibió duras críticas de los fanáticos por su discreto apartado gráfico. En un año donde pudimos experimentar toda la gloria del mundo abierto con The Witcher 3, la Commonwealth de Fallout 4 se siente bastante mundana en comparación. No ayudan demasiado en este aspecto una enorme colección de texturas mal acabadas y el ya clásico problema de Bethesda con las animaciones de los personajes. Animaciones que han mejorado, en realidad, pero a las que aún le falta bastante. Otro tanto similar puede decirse acerca de los rostros y las animaciones faciales, que se notan algo mejor con respecto a Skyrim pero aún se sienten bastante robóticas.

Todo esto no quiere decir que Fallout 4 sea un juego feo, porque no lo es. Por cada textura mal habida y cada animación a medio cocinar hay un efecto de luces que saca el aliento o un gran uso ambiental de la niebla volumétrica. Si bien es cierto que cuando estos elementos aparecen en pantalla es posible experimentar perdidas de framerate, aún en equipos poderosos. El paquete final es, en síntesis, aceptable. Y en lo que es ya una sana costumbre, podemos esperar que la comunidad modder se encargue de mejorar y pulir el trabajo de Bethesda en este aspecto.

Un punto en cuanto a lo técnico que no debe ser pasado por alto es la elevada cantidad de bugs presentes en el juego. No existe, tal vez, un bug que rompa del todo la experiencia. Pero una gran cantidad de pequeños fallos de naturaleza diversa terminan por romper la inmersión. Glitches de todo tipo, diálogos bugueados, secuencias scripteadas que se cortan, seguidores que desaparecen, son solo algunos ejemplos entre lo que son docenas y docenas de distintos bugs. Por un lado se entiende que un juego tan masivo como este es pasible de enfrentarse a algunos problemas serios en cuanto a estabilidad de sus sistemas (y nadie olvida el desastroso lanzamiento de Fallout: New Vegas). Pero la verdad sea dicha, muchos de los bugs aquí presentes son bastante similares a problemas sufridos por The Elder Scrolls V: Skyrim en su lanzamiento. Un estudio tan grande como Bethesda no debería tropezar dos veces con la misma piedra.

En el aspecto sonoro, Fallout 4 colma sobradamente las expectativas. La decisión de dotar de voz propia al personaje jugador puede no haber sido acertada desde un aspecto de mecánicas de juego, pero al menos sirve para caracterizar mejor el rol del jugador durante la historia. El trabajo realizado por los actores de voz en general es aceptable, con algunas actuaciones sobresalientes en personajes como Nick Valentine y Travis, el inseguro locutor de Diamond City Radio.

Hablando de la radio, la fabulosa banda sonora de Jazz que pudimos disfrutar en Fallout 3 regresa. Tal vez decepciona un poco el hecho de que Bethesda no se haya jugado por incluir más temas nuevos en el repertorio. Pero el regreso de clásicos como Maybe de los Ink Spots o el inocentemente racista Civilization de Danny Kaye es más que bienvenido.

Los efectos sonoros también están muy bien logrados. Los disparos de los diferentes tipos de arma suenan con un estruendo reconocible. Los gritos de guerra de los supermutantes o los rugidos de las diferentes bestias que acechan el yermo ayudan a dotar de tensión cada enfrentamiento. Y se ha logrado un excelente efecto de ruido ambiente, con cosas tales como el retumbar de monstruosos ladridos a la distancia o los sonidos de batallas y explosiones lejanas que nos llegan mientras exploramos las calles devastadas del centro de Boston.

Prepare for the future

En conclusión, y más allá de toda duda inicial, podemos decir que con Fallout 4 Bethesda ha dado en el clavo en la mayoría de los departamentos. Es cierto que persisten algunos problemas como los bugs y cierta debilidad a la hora de hilar una narrativa central interesante. Y que además se han sumado nuevos elementos negativos, en especial en lo referido a la pobre implementación del sistema de diálogos y a la “masacre” operada sobre el viejo y querido sistema SPECIAL.

Pero a pesar de estos problemas, Fallout 4 logra elevarse por sobre sus debilidades para mostrarse como un producto sólido, competente, entretenido y hasta innovador. Apoyado en unas sólidas mecánicas propias de un buen FPS, una ambientación de primer nivel y un sistema de crafting extremadamente poderoso, Fallout 4 reclama su lugar entre los mejores RPG del año.

Y en un año en el que contamos con cosas como The Witcher 3: Wild Hunt y Pillars of Eternity, tales aseveraciones no son poca cosa. Fallout 4 no será un juego tan completo como el primero, ni un RPG tan profundo como el segundo. Pero valiéndose de sus propias armas logra abrirse paso para sumarse como el tercer contendiente firme en la lucha por ser el mejor juego de rol del año.

Desde estas líneas admitimos que teníamos poca fe en el producto de Bethesda desde un primer momento. Una campaña publicitaria más bien escuálida, signos de serios problemas en cuanto a la fidelidad técnica del producto, y una percibida “consolización” de las principales mecánicas de la franquicia apuntaban hacía una gran decepción. Admitimos con alivio que estábamos equivocados. A pesar de todos los cambios oficiados por Bethesda para bien o para mal, en el fondo Fallout 4 mantiene la esencia de la franquicia intacta. Como la guerra… Fallout. Fallout no cambia nunca.

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Fallout 4 - Review
Historia85%
Gameplay85%
Gráficos85%
Musica y Sonidos90%
Lo bueno:
  • Superlativa ambientación
  • Mecánicas de disparos muy mejoradas
  • Impresionante sistema de crafting
Lo malo:
  • La simplificación del sistema SPECIAL
  • Historia central poco inspirada
  • Bugs. Toneladas de bugs
88%Nota Final
Puntuación de los lectores: (29 Votes)
74%

8 Respuestas

  1. Escipionicus

    Muy buen análisis. Pero en lo personal es un juego de un bien merecido 100. Los bugs desaparecen con los parches. Salvo excepciones (como que el juego sea injugable) siento que no merecen perder puntos por esto. The Witcher 3 salió con toneladas de bugs por ejemplo. Fallout 4 es absurdamente inmenso en su contenido. Atrapante, inmersivo, alucinantemente adictivo e interminable. Cientos de horas de contenido del bueno. Tiene sus virtudes y defectos por supuesto. Sus cosas nuevas y viejas. Es una de esas pocas situaciones donde este 88 de nota termina siendo anecdótico. Tanto como mi 100. Porque es innegable que es un juego que todo, pero todo jugador, no debe perderse. Fanático de la saga o no. Amante de los rpg o no. Los gráficos? Las animaciones? Las texturas? Cuando lo pruebes y salgas al yelmo por primera vez verás que son nimiedades. Boludeces, hablando claro. Porque solo pensarás en explorar, en sobrevivir, en matar cada alimaña de la forma más sangrienta y en recoger todo lo que encuentres. Desde un lápiz a un lanzamisiles. Construirás durante horas, días mejor dicho, asentamientos de todo tipo y tamaños. Te preocuparás por ellos. Luego no pararás de cumplir misiones y querrás conocer la historia de todo y de todos. Porque este juego es así. Cada persona es alguien y cada objeto algo. De ahí su aparente limitación gráfica. Porque esto consume memoria y los recursos no son infinitos. Ni hablar del maldito lastre de las consolas «next-gen». Si me dieran a elegir y me dijesen: Súper gráficos y animaciones hollywodenses, o esta profundidad de gameplay. Sin dudas, pero sin la mínima duda, elijo lo segundo. Claro, es mi opinión.

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    • Juan Cesario

      En rigor de verdad, la mayor quita de puntos no vino por el lado de los gráficos y bugs, si no por los problemas en el sistema SPECIAL, que fue demasiado simplificado. Y, en relación con lo anterior, por el nuevo sistema de diálogos que deja mucho que desear.

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